lunes, 3 de septiembre de 2012

CUMBRES DEL ANGLIRU - (Asturias) 02-09-12

 


1ª ASCENSIÓN A “LA GAMONAL”, “MONCUEVO” Y “GAMONITEIRO”. (El Angliru, Asturias).

02-09-12           (Domingo)

Como primera salida de este mes de septiembre teníamos programada la ascensión a varias cumbres en la Sierra del Aramo, en el alto del Angliru de Asturias. Hace unos años lo habíamos intentado sin éxito por la nieve acumulada en la misma carretera de acceso y luego un grupo del club sí lo había conseguido. En esta ocasión la mayoría ascendimos tres de las principales cumbres y algunos compañeros dos más. A la salida hemos ido cinco componentes: Álvaro, Mª Jesús, José Antonio, Gloria y yo.
A las 8:00 h. salimos de Guzmán en el coche de José A. por la nacional hacia Pajares. El cielo se mantenía despejado, lo cual era raro en la parte asturiana. Eso nos animaba, y tras bajar el puerto, llegamos a Pola de Lena dónde nos desviamos por carreteras secundarias hacia Riosa tras el cual emprendimos la subida del puerto Angliru. En aquella ocasión encontramos nieve desde la parte baja donde dejamos los coches para subir andando por la carretera oculta bajo cerca de dos metros de espesor. Ahora lo subimos sin dificultad con el coche, aunque apurando las marchas más cortas por la pendiente de más del 20 % de algunos tramos y sus curvas cerradas.
A las 10:00 horas, tras 115 Km., llegábamos a la parte alta, 1550 m, donde termina la carretera en un aparcamiento en el que dejamos el coche. Nos preparamos para la marcha con el primer objetivo a la vista y cercano, La Gamonal. A las 10:20 horas emprendimos la ruta metiéndonos hacia una hondonada emplazada entre el aparcamiento y la ladera del pico en la que bajamos unos 50 metros. Procuramos ir ladeándola para no perder demasiada altura, pero yo creo que hubiese sido mejor seguir la ruta normal que la atraviesa directamente.
Así nos metimos en una zona pedregosa que, sin oponer mucha dificultad, creo que nos retrasó. Íbamos sesgando el hoyo por la parte Norte hasta que nos metimos de lleno en la misma ladera de la cumbre. Por una cresta rocosa fuimos ganando altura dejando a un lado una ganadería con perros que nos ladraron. José Antonio se había ido más al Norte y seguía otra cresta paralela.
Cómodamente fuimos cogiendo altura y alcanzamos la cumbre de La Gamonal a las 11:10 horas. En la misma hay instaladas unas antenas y un panel solar grande de alimentación. En un buzón con forma de hórreo dejamos nuestra tarjeta y cercano vimos un belén entre unas rocas. Allí nos sacamos también unas fotos. La brisa del Norte nos hizo abrigar.
Desde aquella altitud de 1712 metros teníamos una vista impresionante como luego ya no volvimos a tener. Desde Oviedo a Gijón así como Grado y creemos que Avilés. Infinidad de cumbres tanto asturianas como leonesas emergían de Suroeste a Sudeste. Picos de Europa, Macizo de Ubiña y cumbres cercanas al mismo como Peña Rueda, Tapinón, etc. Otras tantas de Somiedo y Ventana, Mampodres, Sierra del Cuera y el Pienzu en la del Sueve se contaban en la panorámica que teníamos desde aquella magnífica atalaya. Como no, allí mismo surgían todas las de esta sierra del Aramo cuya máxima altitud es el Gamonitéiro, emplazado a unos 5 kilómetros en línea recta destacando sus grandes antenas y la caseta. A su lado estaba el pico Xistras y en medio teníamos el Moncuevo y Barriscal que completan las cinco principales cimas del macizo y objetivos posibles de la jornada. En el aparcamiento veíamos ahora numerosos vehículos que antes no estaban.
A las 11:50 horas emprendimos el descenso hacia el valle por la ladera Sudeste encontrándonos con zonas cerradas de matojos y rocas cortantes que sorteamos como mejor se pudo. Así llegamos a la parte baja donde la altitud es de unos 1460 metros para comenzar a remontar sin más la ladera del Moncuevo. Lo hemos cogido transversalmente pasando entre una manada de caballos y dejando a la derecha, y algo alejado, un refugio en la base de unas rocas en las que además se veía una cueva en la parte alta.
Fuimos ganando altura gradualmente, unos por un lado y otros por otro, con dirección a una collada entre la cumbre principal y otra más baja al Norte. A ésta decidió subir Mª Jesús mientras Gloria y Álvaro se metían en una canaleta hacia la principal. Yo opté por seguir las indicaciones del mapa que llevábamos y bordeé la cima hacia el Este para encaramarme luego por roca en los últimos metros a la cumbre a la que llegué a las 12:55 horas.
El Moncuevo tiene una altitud de 1719 metros y en ella hay una placa incrustada en la silueta de un montañero hecho de chapa. No hay buzón en el mismo y sí un hito de piedras entre el que dejamos nuestra tarjeta tras recoger otra. La vista también es amplia comprobando como la bruma iba difuminando el paisaje hacia la costa.
Tras hacernos unas fotos retomamos la marcha a las 13:25 horas descendiendo por la loma Suroeste hacia una collada del pequeño macizo que se alarga en esa dirección cerca de un kilómetro. Al llegar a dicho collado vimos un bonito valle hacia la derecha que terminaba en una verde campa abajo. En vez de bajar desde el mismo a la Vega Barrera, optamos por crestear toda la sierra siguiendo un sendero que transcurría por la roca y muchos tramos entre matorral que tuvimos que sortear. De continuo íbamos viendo la cumbre del Gamonitéiro al que nos dirigíamos ahora y para el que nos quedaba aún una buena tirada.
Al final de la sierra se encuentra la cima del Vallongo, de 1623 metros, a la que algunos optaron por subir. La gran cantidad de matorral de la misma hacía no muy fácil el acceso y Álvaro y yo decidimos olvidarla y reservar fuerzas para el resto de cumbres principales que nos restaban. Los otros tres compañeros siguieron cresteando a la misma mientras nosotros dos seguimos el sendero que comenzaba a bajar hacia la Vega Barrera o Teicieyu, como marca el mapa. Entre más matorral y roca fuimos perdiendo altura hacia el valle tras el cual corría la sierra en la que se emplaza el Barriscal. Pasamos entre los restos de unas brañas, las de Vallongo podían ser, y llegamos al fondo del valle dónde formaba un pequeño colladín en medio de la vaguada. Echando la vista a la parte baja del valle veíamos Peña Rueda y Ubiña justo frente a nosotros y “a tiro de piedra”. Allí la altitud era de unos 1450 metros y eran las 14:30 horas.
Sin más comenzamos a ascender por la ladera herbosa siguiendo un sendero medio marcado con dirección Sur que ganaba altura muy suavemente. Por la falda del Vallongo bajaban ahora los compañeros hacia el valle. Nosotros pasamos luego por encima de un rebaño de cabras custodiado por un par de perros que nos ladraron al acercarnos. Tras atravesar una zona pedregosa llegamos al final de la sierra del Barriscal en su parte Sur en el marcado como Campa Teya, en ella pastaba un rebaño de vacas, una de ellas con un bonito ternero que estaba amamantando.
Frente a nosotros volvíamos a ver el Gamonitéiro y delante algo que no nos hizo mucha gracia, otro valle. Bordeamos este final del macizo mientras nos alcanzaban los compañeros y estudiábamos un poco la ruta mejor de bajada evitando algunos hoyos que había. Allí estaríamos a unos 1600 metros de altitud y eran las 14:55 h.
Comenzamos a descender con dirección a la cabecera de este valle por el cual subía un camino ancho desde la desembocadura. El terreno era pedregoso y el sendero apenas inexistente. Encontramos más ganado en la ladera del mismo. José Antonio y Gloria pararon a comer un bocata y quedaron por detrás mientras Álvaro ya se adelantaba unos metros. Pasamos una zona rocosa con pasadizos y canaletas antes de llegar a la parte baja del valle cubierta por numerosos cardos. Eran las 15:25 horas y estábamos a 1500 metros de altitud.
Ahora cabían dos posibilidades, seguir el camino que subía del valle y que luego emprendía una rampa en zigzag a la cima o atajar por una loma de hierba más corta pero bastante pendiente. Optamos por ésta última opción y nos metimos en esta ladera Norte del Gamonitéiro improvisando nosotros los giros serpenteantes para hacerlo más llevadero. Entramos a una zona rocosa que no era homogénea y nos entorpecía más que ayudar. Álvaro se había adelantado un poco más a la izquierda hacia otras rocas de las que luego se desvió también. La inclinación se las traía y solo haciendo esos quiebros era más sufrible.
Llegamos a un punto en el que salimos al camino de tierra por el que bajaba un todoterreno de ganaderos. A ellos les preguntamos por la existencia de una ruta de regreso por otro valle que veíamos confirmándonos que sí se podía. Al poco nos alcanzaron José A. y Gloria que subían por dicho camino mientras Álvaro ya estaba en la cima. Atajamos nosotros algunas curvas mientras a mí me daba de nuevo los calambres en las pantorrillas. Decidí entonces seguir también el camino por el que subí a mínimo paso. Mas arriba enlazó entonces con una carretera asfaltada recientemente que llega a esta cumbre y que, sinceramente, le resta todo el encanto de una cumbre montañosa. Los últimos metros los hice por el asfalto hasta llegar arriba dónde ya estaban todos, al igual que más personal que había subido en coche. Eran las 16:30 horas y la altitud, 1791 m.
Una cruz encima de unas rocas marcan esta cima tan peculiar como fea. Cerca de ella se emplaza el recinto cerrado con un gran edificio y las dos torretas de antenas de telecomunicaciones. Salva todo ello la gran vista que se tiene desde allí también con toda la sierra de Aramo desde el lado contrario a La Gamonal. Ahora sí tenemos Peña Rueda y Ubiña al alcance de la mano. En cambio, la bruma impide ver ya los valles de Oviedo y aún menos la costa. Algunas nubes han comenzado a surcar el cielo y por la zona Norte de la Sierra vemos unas lenguas de niebla que a mí no me gustan lo más mínimo. Al Este, en la misma sierra y no muy lejano, se encuentra el Xistras con sus 1765 metros al que optamos por dejar para otra ocasión.
Ya era buena hora para comer, más bien tarde, y nos sentamos allí mismo a hacerlo. Teníamos un pequeño problema con la cantidad de líquidos que nos quedaban para el regreso ya que, aunque los habíamos administrado, eran muchas horas las que llevábamos. Fue José Antonio el que le echó cara y gracias a eso alguien de los que habían subido en coches nos dieron agua e incluso algunas latas de refrescos que agradecimos sinceramente.
A las 17:30 horas emprendimos el largo regreso al coche. Bajamos de nuevo por la ladera Norte, pero hacia el Lago de La Cueva, por una fuerte pendiente que cogimos diagonalmente. En unas rocas vimos un curioso y gran furaco que traspasaba la caliza totalmente. Seguimos un sendero polvoriento del que nos salíamos a tramos para evitar tragar dicho polvo que se levantaba y pasamos cerca del lago dónde había ganado pastando. A su vera había también un pequeño caseto con un panel solar y un bebedero. Más abajo dejamos atrás los restos de las majadas del Xugu La Bola, zona más baja del valle en aquel punto con 1529 metros.
José Antonio y Gloria habían marchado de nuevo por delante y enseguida les vimos desviarse a su bola hacia la cumbre del Barriscal. Nosotros seguimos el sendero que nos fue metiendo en el valle de la parte Este de dicho pico. En un continuo sube - baja, aunque ganando altura, fuimos bordeando la sierra a media altura encontrando en el terreno unas curiosas zanjas de origen desconocido para nosotros. Así alcanzamos un alto desde el cual vimos la cabecera de dicho valle y lo que nos restaba de subida aún, y no era toda.
Sin perder altura ladeamos el lago Robles y pasamos entre otro rebaño de ganado con dirección a la siguiente collada. En la base del pico Cuadrazales vimos algunas cabañas y por unas campas alcanzamos la collada Llana La Collá con 1591 metros de altura a las 18:50 horas. Desde allí vimos por fin el aparcamiento, pero.... oh! sorpresa, tras otro par de bajadas y subidas.
Bordeamos entonces el Barriscal por su ladera Nordeste mientras perdíamos altura hacia la Vega Barrera que por la mañana habíamos atravesado más abajo. Perdimos de vista de nuevo el coche y antes de llegar abajo se nos unieron Gloria y José A. En la parte baja había un estanque de agua que se alimentaba con varios regueros y tubos que la recogían en diferentes puntos altos del valle. Allí estábamos a unos 1475 metros y eran las 19:30 horas.
Emprendimos la subida por la loma contraria con el cansancio ya haciéndose notar. Yo me tomaba con calma estas subidas para evitar los calambres que de vez en cuando querían reaparecer. Del valle subía un camino ancho al que nos incorporamos poco antes de llegar a otra de las infinitas colladas que habíamos pasado durante toda la ruta. En esta nos reunimos con un joven en moto y al que la falta de gasolina le había hecho subir con ella de la mano hasta el aparcamiento al menos. La altitud aproximada de este punto era de 1591 metros y eran las 19:45 horas. Echando la vista atrás vimos por última vez la cumbre del Gamonitéiro.
El resto de ruta describía una serie de vaivenes por hondonadas en las que vimos unos bonitos caballos pintos y otra cabaña con estanque cercano. Nos comentó aquel joven que usaban mucho motores para conseguir llenar estos estanques al estar muy altos y de ahí también las casetas. Un último tramo en llano nos llevó por fin a la explanada del aparcamiento cuando eran las 20:15 horas. Echando cálculos me salen un total de unos 1100 metros de desnivel acumulado. Los kilómetros ya no me atrevo, pero no menos de 15.
Al pie del coche nos cambiamos antes de emprender el regreso a las 20:35 horas. En un mirador cercano paramos unos minutos a ver los valles al atardecer. Bajamos el pendiente puerto con cautela mientras en el cielo se dibujaban unos bellos efectos luminosos con las nubes. En pocos minutos llegamos a Riosa dónde nos detuvimos a tomar un refrigerio. Media hora después retomamos el viaje, esta vez hacia Mieres por mejores carreteras. Aquí enlazamos con la autopista hacia León que no abandonamos hasta La Magdalena.
A las 23:00 horas llegamos a la capital dónde tenía la furgoneta en la que acerqué a Mª Jesús a casa antes de llegar yo a la mía.
Jornada dura de montaña en la que sin embargo disfrutamos de unas vistas espectaculares de buena parte de la provincia limítrofe y de un tiempo inmejorable.


















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