lunes, 2 de julio de 2012

TRES OBISPOS - LOS PENEDOS - LAS CHARCAS - CUERNO MALDITO (Porcarizas) - 01-07-12

 


1ª ASCENSIÓN A “CUERNO MALDITO”, “LAS CHARCAS”,

“LOS PENEDOS” Y “TRES OBISPOS”. (Porcarizas).

01-07-12          (Domingo)

Una vez más hemos intentado, esta vez con éxito, la ascensión al pico Tres Obispos, al que ya el club pretendió subir en marzo pasado cuando la climatología adversa se lo impidió. En aquella ocasión no iba yo, y la niebla y lluvia hizo imposible alcanzar dicho objetivo. Esta vez no solo no llegamos a esta cima, sino que nos recorrimos parte del cordal en el que se emplazan también las del Cuerno Maldito, Las Charcas y Los Penedos.
Hemos ido seis componentes del club: Álvaro, José Antonio, Santiago, Mª Jesús, Nati y yo. De Guzmán salimos a las 8:00 h. en mi furgoneta todos menos Marcial, que se nos unió en Astorga minutos más tarde. Por la autovía circulamos hacia Villafranca del Bierzo dejando atrás algunas nieblas en la zona del Manzanal. En dicha localidad abandonamos esta vía rápida y nos metimos en la estrecha y serpenteante carretera hacia Porcarizas, 1000 m. A las 10:20 horas llegábamos a dicho pueblo tras 158 Km., aparcando los coches en un rincón de una calle a la salida del valle norte.
Nos preparamos para la ruta y cargamos agua antes de ponernos en marcha a las 10:40 horas. Por el camino paralelo al arroyo de Porcarizas comenzamos a ascender suavemente entre escobas floridas contemplando al fondo parte de la sierra que luego recorreríamos. Pasamos al lado de un merendero y el antiguo molino cerca del cual pastaban varias vacas y terneros. Tres mastines comenzaron a seguirnos y lo hicieron durante un buen trecho. Vimos innumerables plantas con campanillas rosadas formando bellos ramilletes. También encontramos muchos helechos de gran verdor que contrastaban con las laderas floridas de color amarillo y morado formando una bonita alfombra. El camino atravesó entre praderías, algunas de ellas cercadas con bajas tapias de piedras, y un tramo de arboleda antes de salir de nuevo a cielo abierto en un gran helechal. Caminamos un tramo más entre este bonito entorno antes de salir a una pista ancha que bajaba por la ladera de la izquierda y seguía hacia el fondo del valle. Hace unos años, cuando hicimos una travesía por este valle, había nieve y encontramos un todoterreno atascado en esta pista.
Al llegar al cambio de rumbo de la pista, que volvía por la ladera contraria, atravesamos un puente sobre el arroyo y allí cerca estaba el desvío del sendero que se internaba en el bosque. Un indicador marcaba “Camino Antiguo – Fuente de los Cardos”. Una cadena impedía el paso de vehículos, aunque estaba en el suelo. Nos metimos en este sendero entre arboleda tupida hasta llegar a la Fuente Bendita. Un puente de madera nos dio paso al otro lado del arroyo dónde estaba el manantial. Bebimos de este agua con un vaso que llevaba Álvaro encontrándola fresca y rica.
Retomamos la marcha por el sendero que ahora salía de nuevo al sol. De vez en cuando veíamos enormes piedras redondeadas y cubiertas de musgo en las márgenes de la senda. En medio de la explanada vimos otra piramidal con dos árboles a su lado, un acebo de hojas verdes y otro cargado de flores amarillas. Pasamos al lado de una zona vallada con alambrada antes de meternos en el verdadero bosque del valle. No especificaré que clase de árboles vimos por allí, porque nunca los he distinguido muy bien, pero los vimos de formas realmente curiosas y retorcidas. Uno de ellos estaba cubierto totalmente con líquenes que le colgaban de las ramas y tronco haciéndole parecer un tanto fantasmagórico. En otro de gran tronco nos sacamos una foto Álvaro, Mª Jesús y yo, que éramos los que quedábamos por detrás. En algunas zonas los árboles formaban un tupido bosque de troncos no muy gruesos.
Dejamos un desvió a la derecha hacia la Fuente de Los Cardos mientras nosotros dábamos un giro a la izquierda. Encontramos acebos cargados de frutos rojos en este tramo en el que la pendiente se hacía notar. Salimos poco después del bosque viendo enseguida el refugio por encima de nosotros. Por detrás de él también vimos algo que no era alentador, la niebla se cerraba en las cumbres. Tras unos metros más de subida y salir a un ancho camino, llegamos nosotros al refugio de Las Charcas, 1500 m, a las 13:00 horas.
Allí ya estaban José Antonio y Santiago. El refugio consta de dos habitáculos separados en los que había chimenea, unos camastros, mesas y sillas. La vista del valle era amplia y por encima ya veíamos la cumbre del pico Tres Obispos. La niebla seguía entrando del Norte cubriendo las cimas y bajando unos metros hacia el valle.
Quince minutos después retomamos la marcha por el ancho camino que seguía hacia arriba. Pasamos al lado de un rebaño de vacas y llegamos a la laguna de Las Charcas, que estaba seca. Allí abandonamos el camino siguiendo un sendero entre escobas. Aunque la cumbre del Tres Obispos estaba más al Oeste, nos habíamos desplazado hacia el otro lado siguiendo la mejor opción de subida. Fue en este tramo dónde decidimos que se podía ascender al Cuerno Maldito, la cumbre más alta de ese valle y cuya dirección llevábamos ahora.
Santiago ya había alcanzado la cresta mientras que nosotros íbamos subiendo por la ladera entre matorral bajo y algunos pedreros. Al fondo del valle veíamos Porcarizas, dónde por cierto habíamos dejado a Nati. A las 14:00 horas llegábamos nosotros a la cresta de la sierra, límite provincial con Lugo, cuyos valles veíamos desde allí.
La niebla se mantenía en las cimas del Este por delante de nosotros, aunque no se veía muy cerrado más allá. Incluso de vez en cuando veíamos la cima del pico Las Charcas tras otro más pequeño y cercano. Echando la vista atrás veíamos el cordal que seguía por Los Penedos, Tres Obispos y se perdía hasta llegar a Peña Rubia, cumbre a la que subimos desde Tejéira hace dos años en parte de noche.
Por un sendero comenzamos a rodear la cima más baja por la parte Norte hasta alcanzar el collado siguiente. Fue entonces cuando vimos atravesar a pocos metros un grupo de corzos que pasaron por debajo hacia la parte de atrás. Enseguida comenzamos el ascenso a la cumbre de Las Charcas, aunque algunos la bordeamos hacia el Cuerno Maldito. Santiago ya había llegado a éste y volvía hacia nosotros. Le indicamos que volviese para reunirnos todos en el principal y sacarnos la foto de grupo en él. Nos restaban pocos metros para la cima a la que llegamos nosotros cuando eran las 14:30 horas.
Desde esta cima del Cuerno Maldito, con 1850 metros de altitud, podíamos ver el lago de Burbia bajo las laderas del Mustallar. La niebla se había disipado por completo y la vista era amplia en redondo con numerosas cumbres cercanas y lejanas. También teníamos los valles que bajaban por las vertientes de las dos provincias entre las que nos encontrábamos. Al lado de la laguna de Burbia veíamos a tres personas y enseguida comenzaron a llegar muchas más desde el valle. Por encima de ellos vimos un gran número de corzos en las praderas. De pronto vimos aparecer allí mismo un pequeño perro negro que más tarde comenzó a bajar por estas laderas.
En la cima no había señal alguna de cumbre, así que entre unas piedras colocamos el bote con la tarjeta y pusimos una barra de hierro vertical de las varias que había por allí no sabemos para qué. Nos sacamos también unas fotos de grupo e individuales con toda la cresta que luego recorreríamos hacia el Tres Obispos y emprendimos el paso a éste cuando eran las 15:20 horas.
Pasamos por el collado y en diez minutos alcanzamos la cima de Las Charcas. En esta cumbre de 1800 metros de altitud también dejamos una tarjeta entre el hito de piedras que había y nos sacamos otra foto.
Bajamos la ladera hacia el collado pasando una alambrada que a la subida casi “me como”. Esta vez fue Mª Jesús la que se la llevó por delante. Lo cierto es que resultaba un verdadero peligro en medio de la loma dónde no te esperas un alambre sin ningún tipo de señal. Si alguien baja corriendo, como algunas veces hacemos, puede causar un buen accidente. En este collado había dos señales de reserva de caza, una de La Junta de Castilla y León y otra de La Xunta de Galicia.
Emprendimos la subida a la cumbre intermedia sin nombre por la que pasamos poco después. El siguiente collado era bastante largo y comenzamos a cruzarlo por la parte alta siguiendo el sendero bien visible. En pocos minutos lo atravesamos y emprendimos la subida al primero de los varios picachos de Los Penedos. Estas cumbres son bastante rocosas y cómodas de subir. Algunas las pasamos bordeando hasta llegar a la última, la más alta con 1787 metros. Eran las 16:20 horas.
Para sacar las fotos en él tuvimos que hacer algunos números ya que no había casi lugar para colocarnos nosotros y la cámara. Allí no dejamos tarjeta y emprendimos el descenso hacia el último collado antes de subir al ya cercano Tres Obispos. La bajada fue un medio destrepe entre rocas hasta dicho collado. En pocos minutos estuvimos en él y comenzamos el remonte al objetivo principal de la excursión. También en esta subida tuvimos algunos tramos pendientes entre piedras de gran tamaño que sorteamos sin problema.
A las 16:55 horas llegábamos a la cumbre del Tres Obispos con 1798 metros de altitud. Tampoco allí había señal alguna de cumbre. Sí encontramos una en gallego algo más al Oeste que ponía “Tres Bispos”. Nos sacamos unas fotos en la cima y dejamos la tarjeta en un hueco antes de acomodarnos por fin a comer. Del Norte corría una brisa bastante fresca y nos sentamos a la abrigada. En la parte baja veíamos el refugio y en la lejanía la ermita y alguna palloza de Campo del Agua. Mas alejados aún se podían distinguir los edificios de Ponferrada así como la central térmica. Eran numerosas las cumbres que se veían también desde esta cima. Hacia el Oeste, la primera más alta era Peña Rubia, tras los collados que habíamos pasado en su ascensión. Porcarizas estaba oculto tras una de las lomas que caían en la mitad del valle. El verde era el color predominante en el paisaje en el que las escobas granates destacaban.
Cuando terminamos de comer y me levanté me dio un fuerte tirón muscular en el muslo izquierdo que me dejó paralizado. Me era imposible enderezar la pierna sin sufrir un dolor agudo que me quitaba la respiración. Como pude hice unos estiramientos hasta que fue remitiendo en su mayoría. Varias veces me ha dado subiendo y más suave, pero nunca tan fuerte como en esta ocasión. Realmente no hubiese podido bajar si no me hubiera remitido algo como lo hizo.
Eran ya las 18:10 horas cuando emprendimos el descenso. Lo hicimos hacia la loma Oeste entre matorral bajo que no causaba mayor contratiempo. Al llegar a un collado emprendimos el descenso directo al valle en el que vimos otro numeroso grupo de corzos en las praderas. Además pasamos cerca de un gran rebaño de vacas, una con curiosa piel rayada como nunca lo había visto.
Siguiendo los senderos perdimos altura hasta meternos entre matorral más alto y algo de arboleda tupida. En medio de una pradera vimos un mástil de colores para marcar las alturas de las nevadas. Esta vez no llegamos al refugio, al que dejamos unos metros a la izquierda antes de salir al ancho camino. Por éste nos metimos al bosque en el que Mª Jesús y yo decidimos atajar aprovechando que el camino daba una curva. Entre la arboleda comenzamos a bajar más bruscamente encontrando algunos árboles caídos. De pronto vimos por delante lo que parecía una gran roca comprobando luego que se trataba de un enorme tronco derribado de una envergadura que creo no haber visto nunca. Tenía muchas oquedades y nudos y en algunos lugares parecía realmente de piedra. Nos sacamos unas fotos con él antes de seguir descendiendo en busca del camino con el que forzosamente teníamos que encontrarnos. Aunque no tan enormes, vimos algunos ejemplares más de gran calibre y formas retorcidas.
Al fin salimos al camino en el que poco después nos reunimos con Álvaro. Vimos una gran piedra cubierta de musgo y a modo de mostrador de bar en el que nos sacamos también unas fotos. Pasamos bajo un túnel de vegetación y salimos a cielo abierto en la pradera dónde estaba la roca con forma piramidal. Desde ella nos sacamos más fotos con la línea de cumbres como fondo. Metidos de nuevo entre árboles dejamos atrás la Fuente Bendita y pasamos el puente de troncos antes de llegar poco después a la pista de tierra. Eran las 20:05 h.
Por la misma recorrimos unos 200 metros antes de abandonarla hacia el sendero que nos metía entre los helechos y más arboleda. No tardamos en llegar a las praderías en las que estaban las vacas y los mastines que por la mañana nos habían seguido. Esta vez también lo hicieron durante unos metros antes de abandonarnos. Nos fuimos juntando al río en el que se formaban algunas pequeñas cascadas. Así llegamos al merendero con el molino adjunto en el que entramos. En él aún se puede ver parte del mecanismo de moler.
Siguiendo la marcha vimos aparecer la luna detrás de las lomas frente a nosotros. Escasos metros nos restaban para llegar a Porcarizas en el que entramos a las 21:10 horas. Allí mismo teníamos la furgoneta. Santiago ya no tenía el coche y supusimos que se habría ido. Nos cambiamos y nos dirigimos al bar en el que estaban Nati y José Antonio.
En él nos tomamos un refrigerio y fuera, con una vieja bici, estuvieron Nati y Álvaro dando una vuelta. Ya eran las 22:05 horas cuando nos pusimos en marcha hacia León. Por la estrecha carretera hicimos los 25 Km. hasta Villafranca del Bierzo por la que atravesamos para enlazar a la autovía poco después.
Yo iba pendiente de encontrar una gasolinera para llenar el depósito; pues bien todas las que encontramos, incluida una en Cacabelos tras salirnos hacia él, estaba cerradas. Mas cien Km. sin una gasolinera abierta.....ahí lo dejo. Por fin cerca del Manzanal pude echar gasoil y seguir el viaje más tranquilo. En Astorga decidí, dado la hora que era y como excepción, hacer también el último tramo por la de Peaje. A León llegábamos cuando eran las 00:30 horas. Quedaron Álvaro y José Antonio en el centro y acerqué a Mª Jesús a casa antes de llegar yo a la mía poco después.
Cumplimos otro de los objetivos pendientes de este año y lo ampliamos como ya hicimos en la salida de Peña Correa.























No hay comentarios:

Publicar un comentario