EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PEÑA NEGRA Y LA FILERA

martes, 5 de junio de 2018

PEÑA NEGRA Y LA FILERA - 03-06-18

1ª ASCENSIÓN A “PEÑA NEGRA” Y “LA FILERA” (Abelgas de Luna)

03-06-18 (Domingo)

Un domingo más hemos salido a la montaña para realizar una nueva ruta. En esta ocasión elegimos la bonita zona de Luna, y concretamente Abelgas, para ascender a dos cimas en la sierra de La Filera, Peña Negra y la principal, La Filera. La previsión del tiempo era un tanto irregular y al final sufrimos esas inclemencias durante la segunda parte de la jornada.

Por un despiste mío pasé a recoger a José Luis media hora antes de lo acordado, a las 8:10 horas. A las 9:00 horas teníamos la salida de Guzmán donde nos reunimos los cinco participantes: Cundi, José Luis, Álvaro, Alex H. y yo. En mi furgoneta salimos a esa hora por la carretera hacia La Magdalena donde enlazamos con la autopista para evitar el tramo de carretera del pantano de Luna. La abandonamos tras cruzar el puente colgante para seguir a la vera del embalse casi lleno al 100 por 100. Tras pasar Pobladura de Luna, y ya en la variante de Sena de Luna, se toma el desvío a Abelgas de Luna, al que se accede por una estrecha carretera de 7 kilómetros.

A las 10:00 horas llegábamos a dicho pueblo, cuya altitud es de 1275 metros, y aparcamos en la calle principal. En el cielo se alternaban las nubes y los claros y la temperatura era suave. Nos preparamos para la marcha que comenzamos a las 10:25 horas. Desde el pueblo ya se veía la cumbre a la que íbamos a subir, aunque en ese momento no la diferenciábamos. Avanzamos por las calles en las que encontramos algunas fachadas con numerosas flores en macetas así como lilares cargados de bonitas lilas. En un viejo tractor le saqué una foto a Álvaro, como ya es costumbre cuando encontramos alguno en las rutas. Pasamos al lado de la iglesia de piedra con un crucero delante y salimos del pueblo por el valle del arroyo Guariza, al igual que hace varios años cuando ascendimos a Peña Correa, en la cabecera de dicho valle. Íbamos siguiendo ahora la ruta de Cuatro Valles, “El Cordel de Merinas” que Cundi iba a hacer.

El valle es muy estrecho en este primer tramo encajonándose entre paredes verticales. A la vera del arroyo se cultivan varias huertas protegidas por pequeños tapiales de rocas apiladas a modo de muro. Cruzamos el arroyo por un puente de arco de piedra situándonos ahora a la vera de otro cauce, el del arroyo Del Cuartero durante un pequeño tramo. Después de haber recorrido 1,100 Km llegamos al desvío donde abandonábamos esta ruta marcada para girar hacia la cabecera del valle mientras Cundi seguía por la misma.

Continuamos subiendo por el camino aquel hasta llegar a un colladín desde el cual tuvimos una amplia panorámica del valle con Peña Correa frente a nosotros. Por la parte izquierda del mismo seguía la pista bajo la falda de la Sierra de La Filera a la que íbamos a subir. En el GPS llevaba metido el track de dicha ascensión, pero vimos que daba mucho rodeo. Llegaba incluso al collado de Remansadero, que da paso al valle de Salce y la comarca vecina de Omaña. Decidimos entonces echarnos directamente a la falda de la sierra justo de frente a la Peña Castillo. La pendiente se pronunció y lo tomamos con calma. Nos dividimos un poco y fuimos subiendo siguiendo diferentes senderos de la loma, muchos del ganado.

Poco a poco fuimos girando hacia el Este para rodear la peña por ese lado ya que la cumbre principal estaba hacia esa orientación. Encontramos algún árbol solitario en esta ladera y algunos pedreros que cruzamos. En el suelo vimos un enorme hormiguero lleno de hormigas que parecían hervir con el movimiento. Según rodeábamos la peña íbamos viendo más claramente la cresta de la sierra que teníamos que ir subiendo y las pendientes laderas hacia la misma. Por debajo, en una pradería, vimos varios caballos pastando cerca de un refugio. Un mastín comenzó a ladrar al vernos.

Nos metimos bajo unas terrazas verticales que teníamos que remontar por los escasos pasos adecuados que veíamos. Cada uno lo fuimos cogiendo por donde mejor nos parecía y así íbamos ganando altura bastante bruscamente. En poco tramo subimos unos cuantos metros y nos situamos en la cresta a una altitud de 1650 metros. Desde allí veíamos Abelgas y la furgoneta aparcada allí.

Nos reunimos todos en ese punto antes de atacar la subida a la Peña Negra. En el cielo se veían cada vez más nubarrones y temíamos lo peor. No tardamos en meternos en la falda de dicha cumbre y las escobas y matorral alto nos dificultaron mucho al avance. Tuvimos que “pelear” duro con ello antes de alcanzar la cima a las 13:00 horas. En esta cumbre de 1806 metros había un monolito de piedras, pero no encontramos nada entre ellas. Tampoco dejamos nosotros tarjeta ni sacamos foto en la misma. Apuramos para llegar a la principal por si empeoraba el tiempo.

Por delante se alzaba otra cumbre, esta más pedregosa y con un cresteo que no parecía fácil que digamos. En algunos mapas viene como La Viesca y su altitud es de 1869 m. Un sendero la rodea por delante y siguiéndolo remontamos el tramo siguiente hasta la última loma hacia la cumbre principal. El sendero estaba muy marcado y desde él teníamos una amplia panorámica hacia el Sur. También al Nordeste apareció ahora Pobladura de Luna por encima del pantano. Cruzamos entre más escobas, aunque eran mucho más bajas y no ofrecieron dificultad alguna. Casi kilómetro y medio recorrimos por esa última cresta antes de llegar a la cima de La Filera a las 14:05 horas.

La altitud de esta cumbre es de 1873 metros y en ella hay un vértice geodésico. Allí encontramos a una pareja de montañeros con los que charlamos un rato y nos sacaron unas fotos. Luego nos acomodamos a la abrigada, ya que soplaba una brisa fresca del Sur, y allí comimos. El paisaje era amplio con numerosas cumbres de Oeste a Este por el Norte. Enumerando algunas: Peña Correa, Penouta, Ubiña, Cirbanal, Tres Marías o el cercano Cascaro subido hace un par de años. Veíamos también algún trozo del pantano y del puente colgante. Pueblos como Abelgas, Pobladura o Caldas de Luna y algunos al Sur que no identificamos.

El cielo se cubría cada vez más de nubarrones y pronto vimos como en algunos puntos el paisaje se velaba por las cortinas de lluvia. No tardamos en notar como nos alcanzaban las mismas y comenzaba a llover copiosamente mezclado con granizos. Recogimos a toda prisa para emprender el descenso hacia la ladera contraria. A las 15:30 horas nos echamos hacia abajo por la misma mientras descargaba el fuerte aguacero.

Poco después de abandonar la cumbre y cruzar un pedrero, nos metimos de nuevo entre escobas y matojos. Estaban igual de tupidos que los anteriores y era muy incómodo descender entre ellos. Como además estaba lloviendo, nos empapaban completamente. Yo había puesto el chubasquero y el pantalón impermeable, y eso me libraba, aunque temía las ramas gruesas y secas que podían rasgarlos. Alex y yo íbamos por un lado mientras José Luis y Álvaro iban juntos. Ya en el último tramo cogimos un sendero que nos sacó de esa maleza. Yo pensé que ellos iban por delante hasta que los vimos aún entre las escobas por detrás. Al final de esa ladera encontramos un pequeño nevero, el único de la ruta.

Habíamos abandonado la ruta del GPS, que bajaba por el valle del arroyo del Cuartero, y seguíamos otro valle paralelo, el del arroyo de la Vertiente de La Filera. En él encontramos numerosas setas, ya antes habíamos visto algunas. Descendimos siguiendo un sendero de la ladera Este del valle hasta que vimos que por el fondo iba otro pegado al arroyo. Álvaro y José Luis ya se habían adelantado y estaban llegando a un collado que pasaba al valle contrario hacia el que al final se metieron. Alex y yo decidimos echarnos hacia el fondo en busca de ese sendero. Había dejado de llover y se caminaba mejor.

Lo encontramos y lo seguimos como mejor pudimos, ya que había varios tramos muy cerrados en los que había que abandonarlo. Incluso algunos ratos bajamos por el casi seco lecho del arroyo. Tras un buen rato de descenso se abrió más el valle y encontramos el sendero más marcado y transitable. Comenzamos a ver la Peña Castillo y las terrazas por las que habíamos subido así como la Peña Negra. El verdor del valle era espectacular y los ratos en los que el sol salía entre las nubes creaba verdaderas postales.

El sendero nos sacó al ancho camino de la ruta del “Cordel de las Merinas” unos metros antes del desvío que habíamos tomado por la mañana. No sabíamos si Álvaro y José Luis quedaban por detrás o ya estaban delante. Cruzamos el puente de piedra sobre el arroyo Guariza y entramos entre las paredes rocosas en las que vimos algunas cavidades. En pocos minutos entramos en Abelgas y poco después terminamos la ruta cuando eran las 17:30 horas. Allí estaba ya el resto de compañeros. El GPS daba estos datos: 11,500 Km hechos y un desnivel de 694 metros.

Nos cambiamos y a las 17:55 horas emprendimos el regreso. Entramos por Sena de Luna a ver si había algún bar abierto y no encontramos ninguno. Decidimos volver ahora por el pantano en vez de coger la autopista. Lo bordeamos hasta llegar a la presa de Barrios de Luna y paramos en el bar cercano a la misma. Allí tomamos un refrigerio para luego acercarnos hasta la presa y ver el pantano cargado de agua. Retomamos el viaje hacia León donde llegamos sin novedades a las 19:50 horas. En Guzmán quedaron algunos compañeros y acerqué a José a casa. A las 20:30 horas llegaba yo a la mía.

A pocos días de comenzar el verano, esperamos que el tiempo se vaya estabilizando y podamos disfrutar a tope de las rutas. En principio, y si no hay nada en contra, la siguiente será una nocturna, y para eso sí es necesario buen tiempo.

MAPA ESQUEMA