viernes, 25 de octubre de 2013

PEÑA CEBOLLEDA Y CANTO CABRONERO 13-10-13

ASCENSIÓN A LA PEÑA CEBOLLEDA Y EL CANTO CABRONERO DESDE SOTO DE SAJAMBRE EN UNA RUTA OFICIAL DEL CLUB "CUMBRES DE LEÓN".


(Pinchar una foto para ampliar)



Resumen de la ruta que luego incluyo en los libros en los que voy plasmando todas estas experiencias añadiendo las fotos mostradas a continuación.  
  

1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA CEBOLLEDA” Y AL “CANTO CABRONERO” (Desde Soto de Sajambre)

13-10-13                         (Domingo)

Tras unos cambios en las fechas del calendario e incluso en la ruta prevista, hemos decidido completar una ascensión de hace dos años cuando hicimos Peña Beza y nos quedó el Canto Carbonero pendiente. En esta ocasión no solo alcanzamos esta cima, si no que ascendimos la Peña Cebolleda, situada en medio de ambas.
A las 7:30 horas salimos de Guzmán en mi furgoneta los participantes de esta salida: Nati, Mª Jesús, Álvaro y yo. Mientras amanecía avanzamos hacia el comienzo de la ruta, Soto de Sajambre, haciendo una parada en Riaño a desayunar. La niebla cubría todas las cumbres del entorno de esta localidad y no mejoró mucho el resto del viaje.
A las 9:55 horas llegamos a Soto de Sajambre, 930 m, tras haber dejado a Nati en Oseja. Cargamos agua en una fuente y aparcamos cerca de unos de los puentes del pueblo. Nos preparamos mochila al hombro y cuando eran las 10:20 horas emprendíamos la marcha saliendo por la Senda del Arcediano que parte hacia el Norte ganando altura rápidamente. La calzada romana traza algunas curvas mientras se eleva sobre el pueblo entre arboleda y algunas praderías pendientes. Allí la niebla no es tan cerrada y se ven algunas cimas hacia el Sur.
El otoño aún no esta muy avanzado en la arboleda, aunque ya se van viendo los tonos ocres en las hojas. También los helechos que cubren gran parte del terreno van cambiando el color. No tardamos en dejar atrás una caseta derruida entre algunos zarzales con moras ya un poco pasadas. A la altura de una segunda edificación, ésta en mejor estado, nos adelantó un grupo de montañeros que habían llegado poco después en un microbús al que habíamos dejado atrás en el estrecho tramo de carretera a Soto.
Mientras el valle se abría y la arboleda se difuminaba, el cielo se despejaba y las nieblas iban desapareciendo. Llegamos a la bifurcación que se desvía hacia el collado de Barcinera siguiendo nosotros el ramal principal hacia el Noroeste muy bien marcado por las señales de la ruta. Entre campos de helechos continuamos ascendiendo ya con el sol brillando sobre nosotros mientras aparecía la cumbre de Peña Beza al Norte y frente a nosotros, el Jorcueto. Entramos luego entre más arboleda parándonos en el tronco retorcido de uno de los árboles para sacarnos unas fotos al igual que hicimos en ocasiones anteriores. Antes de llegar a Los Collados sale un sendero que rodea el Jorcueto por el Este hasta alcanzar la collada de Beza por donde luego bajaríamos. Ahora no lo cogimos ya que la pendiente del mismo no lo hacía conveniente. 
Eran las 11:55 horas cuando alcanzamos dicha cota de Los Collados, a 1392 metros, entre el Jorcueto y La Dijusa. En esta collada, en la que termina el ancho camino, había un todoterreno aparcado. Por debajo, al Oeste, bajan las vaguadas hacia Los Beyos en las que vimos ganado pastando en los verdes prados. Desde aquí ya se tiene una panorámica de todo el cresteo hacia La Conia.
El sendero ascendía ladeando el Jorcueto por su cara Noroeste mientras nos metíamos en el estrecho valle del Cardal desde donde vimos por primera vez nuestro objetivo, el Canto Carbonero. Echando la vista atrás divisamos las cumbres de Peña Ten y el cercano Pileñes así como algunas cimas más de esa zona. Poco a poco avanzamos por el angosto desfiladero hasta salir a los puertos de Beza llegando sobre las 12:30 horas a la fuente con abrevadero de la que manaba apenas un hilo de agua. Allí estábamos a unos 1490 metros de altitud.
Hicimos una parada para tomar un tentempié mientras veíamos al grupo que nos había dejado atrás en la cima de La Conia. En la cercana collada de Beza, al sur, se recortaban las siluetas de algunos caballos. Por allí aparecieron dos jóvenes que bajaban ahora hacia la Portillera de Beza, al Norte, estudiando la Senda del Arcediano para un grupo de un colegio de León, según nos comentaron luego.
Estuvimos parados unos 15 minutos antes de retomar la marcha abandonando el camino para meternos de lleno en la ladera de la sierra con dirección a la canal de Misa, en el cordal de Peña Beza, y por la cual habíamos subido también a esta cumbre. Entre matorral bajo, y siguiendo algunos surcos anchos que bajaban por la loma, llegamos al comienzo de dicha canal en la que nos metimos para encontrarnos luego las trepadas bastante cómodas de atacar y que nos llevaron en pocos minutos al collado del Llano de Cebolleda, límite provincial emplazado a 1750 metros. Eran las 13:30 horas.
Desde allí tuvimos una bonita vista del Canto Carbonero, Peña Cebolleda, Peña Beza y la verde vega de La Huesal por la que bajaríamos. Nos sacamos una foto con este fondo antes de comenzar a descender a dicha vega en la que un sendero nos encaminó hacia la base de la Peña Cebolleda pasando entre algunas formaciones rocosas dispersas. Fue a la altura de esta peña donde tuvimos el error que al final no salió tan mal y que nos permitió sumar esta cumbre no prevista en la ruta.
Nos fuimos echando demasiado arriba, en vez de faldear la Peña Cebolleda, y vimos pasar un grupo de rebecos hacia la parte alta desde abajo por detrás de un espolón. Subimos hacia el paso pensando que no nos haría perder demasiada altura comprobando luego que teníamos que bajar incluso más que de dónde veníamos. Como no sabíamos si por aquella parte Sur era accesible la peña y luego el paso hacia el Canto Carbonero, estuvimos un momento dilucidando si bajar al sendero o arriesgar y subir hacia la parte alta a ver que se podía hacer. Al final optamos por seguir hacia arriba pegados a la roca y pasamos una pequeña canal hasta dar vista al valle del Dobra y al Macizo Occidental de Picos de Europa, teniendo una vista asombrosa de todo él. 
Enseguida comprobamos que era viable subir por allí hacia la cima, no sin tener que trepar algún tramo más de roca caliza. Estirando piernas y brazos en algunos lugares fuimos ganando altura coronando la Peña Cebolleda, de 1895 m, cuando eran las 14:35 horas. En la misma tan solo había un mojón de piedras apiladas entre las que dejamos nuestra tarjeta sacándonos unas fotos de cumbre en su entorno. Al Norte se elevaba nuestro objetivo, que se nos estaba resistiendo de momento. Podían verse las tres cimas que lo componen, siendo la Norte la más alta.
Apenas estuvimos 20 minutos allí antes de retomar la marcha hacia dicho punto cardinal para descender a un collado herboso y comenzar a rodear la cima por su cara Oeste. Bajo las paredes rocosas transcurre el sendero que nos llevó frente a una canaleta rocosa por la que decidimos subir. De nuevo tuvimos que echar las manos en algunos lugares comprobando que podía ser más complicado el descenso. Pasado lo más angosto se abrió la canal y enseguida alcanzamos sin problema alguno la cresta de esta cumbre a las 15:25 horas.
Estábamos entre la cima Sur y la del medio encaminándonos sin más hacia la principal. Poco a poco veíamos como el cielo se había ido cubriendo y las nieblas ya se cerraban en varias cumbres de los Picos de Europa. La caída hacia el Este era de vértigo mientras que al Oeste daba menos sensación de vacío. Aún nos tocó una nueva trepada antes de alcanzar la cumbre principal.
Eran las 15:30 horas cuando llegamos los tres al vértice Norte del Canto Carbonero, que con sus 1998 metros, es una amplia atalaya para divisar el Macizo Occidental y numerosas cumbres limítrofes de León y Asturias de esa parte Noroeste de nuestra provincia. Un piolet metálico medio roto hacía las veces de cruz con la placa en la que rezaba el nombre y la altitud. Entre las rocas encontramos un bote con dos tarjetas que recogimos y en el que dejamos la nuestra. Nos sacamos varias fotos en la cima desde la que se podía ver algunas casas de Soto de Sajambre así como algunos pueblos de la parte Asturiana cercanos a Los Beyos. Las nubes ya cerraban totalmente Los Picos de Europa mientras que por el Sudoeste también se iba nublando visiblemente. Los rayos de sol se colaban entre las nubes formando bellos efectos luminosos hacia este punto.
Se comenzaba a notar el fresco y nos acomodamos a la abrigada de unas rocas para comer tranquilamente. Con el zoom de la cámara pude incluso sacar la gran cruz que se eleva en el pico Pienzu, en la sierra del Sueve. Cimas como Peña Ten, Pileñes o el Sen de los Mulos los teníamos “a tiro de piedra”. Sería imposible enumerar la gran cantidad de ellas que podían contemplarse. Por el valle Oeste bajaba la Senda del Arcediano y por el Este la de La Jocica uniéndose en Amieva, pueblo que también creemos que se veía.
Dos horas después de alcanzar la cumbre emprendimos el descenso por el mismo lugar de llegada. Bajamos el tramo empinado de la canaleta y ahora, en vez de continuar cresteando, decidimos echarnos vaguada abajo hacia la Senda del Arcediano. Perdimos altura rápidamente acercándonos al espolón de la segunda cima que cruzamos para enseguida enlazar con un sendero muy marcado que terminamos por reconocer que era el de la ruta buena de subida. Por él fuimos bajando sesgadamente a la sierra dejando por encima la base de la Peña Cebolleda.
Nos llevó el mismo a la vega de La Huesal a la que habíamos bajado desde el collado del Llano de Cebolleda anteriormente. Viendo que el sendero bajaba por ella y que había ganado, supusimos que tenía buen acceso y salida, por lo que nos echamos por ella abajo hacia un embudo. Atravesamos una zona de roca caliza con afilados cortes sobre los que había que evitar tropezar. En medio del verdor salían innumerables flores violáceas y algunas setas que Álvaro identifico como champiñones. De pronto vimos como otro grupo de unos 8 rebecos cruzaban la vaguada por debajo de nosotros para encaramarse por los riscos de la parte contraria en un abrir y cerrar de ojos.
Dejamos atrás el rebaño de vacas y nos metimos en el estrecho cañón por el que seguía el sendero muy definido. Llegados a un punto se desviaba hacia la derecha para cruzar a otra vaguada ya que más adelante tenía una fuerte caída insalvable. No tardamos en tener delante el amplio valle por el que baja la Senda del Arcediano con la majada de Toneyo frente a nosotros.
Comprobamos que no nos hacía falta llegar a la parte baja, pudiendo perfectamente faldear a media altura hacia la Portillera de Beza, que aún no era visible desde allí. Cogimos entonces varios senderos, muchos del mismo ganado, que nos fueron acercando a este punto. Vimos el gran salto que había al final del valle del que se había desviado el sendero prudentemente. En una roca encontramos una placa con la figura y descripción del buitre leonado.
Pues bien, no sabemos dónde ni como, pero atravesamos la Senda del Arcediano y cuando nos dimos cuenta estábamos en la cresta de La Conia. Cuando vimos la Portillera de Beza al lado contrario del que pensábamos quedamos sorprendidos por este despiste. No había sido tan grave el error y en pocos minutos descendimos el tramo hasta la misma mientras notamos como se escapaban las primeras gotas de lluvia.
A las 19:10 horas llegábamos a esta portilla, situada a 1550 metros, en la que de nuevo pisábamos suelo leonés. La lluvia, incesante ya, nos hizo poner el chubasquero. Por el Oeste se veía una cortina de agua que impedía ver ya cualquier cumbre. Yo cambié la cámara de fotos y nos pusimos en marcha por un sendero hacia la Collada de Beza por la que ahora teníamos pensado atajar. Desde ella nos echamos por la falda Este del Jorcueto bajando bruscamente por entre matorral bajo siguiendo un sendero medio marcado y resbaladizo en el que caí de espaldas. Suerte que llevaba la mochila, porque lo hice contra una piedra puntiaguda que salía del terreno que me hubiese podido causar un buen daño en la columna.
Seguía lloviendo cuando salimos al ancho camino ya por debajo de Los Collados. La cámara pequeña no me dejó sacar ni una foto decente de este último tramo con la lluvia. Vimos como la niebla cubría por completo la cima de Peña Beza, aunque en pocos minutos volvió a quedar despejada. No teníamos tampoco cobertura para avisar a Nati de que ya estábamos de camino. Dejamos atrás el desvío de caminos y las dos majadas antes de divisar las luces del pueblo entre la arboleda y en un prado vimos caballos.
Poco a poco fue cesando la lluvia y a las 20:25 horas entrábamos en Soto de Sajambre. Nos dirigimos al coche directamente y allí nos cambiamos antes de emprender el viaje de regreso minutos más tarde. En Oseja nos detuvimos en el bar habitual en el que estaba Nati esperando. Allí nos tomamos un refrigerio e hicimos las cuentas de la salida. A las 21:15 horas nos pusimos de regreso a León llegando sin novedades a las 23:10 horas.
Completa jornada la de hoy en la que pudimos disfrutar de amplias panorámicas a pesar de la niebla que nos rondaba y sumando dos cumbres más a la lista de ellas.       




Café en Riaño

En Soto de Sajambre.

Por la Senda del Arcediano.


Peña Beza entre nieblas.




En Los Collados.

Valle del Cardal.


Hacia la canal de Misa.



Desde el collado Llano.

Subiendo a la Peña Cebolleda.

Macizo Occidental de Picos de Europa.
Trepadas en la subida a la peña. 

En la cumbre de Peña Cebolleda con Picos de Europa al fondo.
Con el Canto Cabronero detrás.

Faldeando el Canto Cabronero por su cara Oeste.
Canal de subida y cresteo.


Panorámicas desde la cima.

Fotos de grupo hacia los diferentes puntos cardinales.



Comiendo a la abrigada. 

Picos de Europa cubierto por nieblas.



Bajada hacia la Senda del Arcediano.



Vega de Sahugo.


Hacia la Portillera de Beza.

Desde la Portillera de Beza comenzó a llover y la noche se aceleró.  




Llegada a Soto de Sajambre.
Parada en Oseja de Sajambre.

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