lunes, 20 de febrero de 2012

BRAÑAS DE CALDAS DE LUNA (Caldas de Luna) - 19-02-12

 


2ª TRAVESÍA POR LAS “BRAÑAS DE CALDAS”.

19-02-12                (Domingo)

Una vez más hemos sufrido los efectos de este atípico invierno en el que de un día para otro cambia la climatología, y para mayor colmo, en fin de semana. En esta ocasión sí pudimos realizar la ruta prevista, aunque la nieve nos metió en algún pequeño apuro del que al final salimos airosos. Aparte de un tramo de ruta que sí nos salimos, otro del comienzo del tramo circular tampoco lo hicimos por el sendero “oficial”.
Diez fuimos los apuntados para esta travesía en la que no nos esperábamos ni mucho menos el tiempo que tuvimos ni encontrar la nieve que había en ella. En Guzmán nos reunimos Álvaro, Alex, Alba, Macrina, Irene, Nati, Tiquio, Marcial, Ana y yo. En los coches de Tiquio y de Marcial partimos a las 8:30 horas por la carretera de Caboalles hacia La Magdalena. El cielo despejado de la capital se fue tornando a gris según avanzábamos por la autopista en el tramo del pantano. Tras atravesar el puente colgante abandonamos la misma para salir hacia Caldas de Luna. Por una nueva carretera que llega al balneario directamente evitamos el paso por dicho pueblo aparcando al comienzo de la ruta cuando eran las 9:30 horas. Como apunte añadiré que en principio estaba prevista la entrada al balneario tras la ruta, pero además de no estar aún abierto en esta época, no había mucho interés en general por ello.
Nos preparamos para la marcha mientras lloviznaba. La ruta partía de allí mismo, un poco más adelante del balneario, tratándose de una marcha circular de 8,5 Km que recorre varias brañas de la parte norte de Caldas. A las 9:50 horas nos pusimos en marcha por un ancho camino ya cargado de nieve. Paralelos al arroyo de Caldas fuimos avanzando hacia el norte dejando atrás una cancilla. Enseguida llegamos a un túnel bajo la autopista por el que pasamos para meternos en un desfiladero no muy angosto con curiosas formaciones rocosas en las laderas. De nuevo unos metros después volvimos a pasar otro pasadizo bajo dicha autopista encaminándonos ahora hacia las cercanías de la entrada del túnel del Negrón en su parte leonesa.
Allí mismo termina el tramo común de la ruta para comenzar el circular entrando en un camino más estrecho que comenzaba a subir entre bosque y matorral. La nieve se acumulaba aún más en el terreno y la lluvia era se intensificaba. En las cumbres se cerraban las nieblas por completo. La pendiente se notaba, pero se ascendía cómodamente. Por delante íbamos viendo unas huellas que supusimos eran de los ocupantes de otro vehículo aparcado donde habíamos dejado los nuestros. En este tramo no vimos ni una señal de la ruta y ahora estudiándola en Internet veo que en algún punto nos desviamos de ella ya que no vimos tampoco ninguna braña hasta la cabaña de La Foz. Nos pasamos las de Laven, que nos quedaron por debajo. Claro, el mapa que llevábamos con la ruta sí viene marcada, pero no tan al detalle como para acertar a que altura sobre el río transcurre. Además la nieve acumulada nos despistó mucho y las señales se ven peor.
En el bosque veíamos, además de robles, algunos acebos. En algunos lugares el camino se encajonaba entre taludes de tierra donde la arboleda con los restos de hojas formaban un túnel sobre nosotros. Las gruesas raíces salían del terreno y sobre ellas se acumulaban tapices de musgo.
Salimos del bosque a cielo abierto y sin ver ni una señal de la ruta, lo cual nos parecía raro. Cuando eran las 11:15 horas alcanzamos un collado donde para colmo el camino se dividía. Mientras un ramal comenzaba a descender, otro ascendía hacia las cumbres. Bajo las mismas veíamos una edificación, pero dudamos que fuese alguna majada dado la altitud a la que se emplazaba. Las huellas seguían hacia la misma, pero tras deliberar y sopesarlo, decidimos echarnos hacia la parte baja no si antes haber subido un pequeño tramo en aquella dirección. Allí mismo vimos una fuente con pilón completamente cubierto por la nieve.
Descendimos suavemente por el camino que durante un buen tramo nos llevó serpenteando por varias vaguadas y colladinas en tanto salía el sol entre unos pequeños claros que se abrieron. Volvimos a subir luego hacia otra collada mayor desde la que tuvimos ya una amplia vista del valle de Lavén con las brañas del Recuesto en la ladera del Negrón. Por esa zona debimos de enlazar con la ruta real.
Por la ladera del valle fuimos descendiendo suavemente con las brañas a la vista. Pasamos una curiosa zona donde la nieve había formado unas bonitas dunas en las que nos sacamos unas fotos. Al fondo del valle, en su parte este, se veía la collada de La Divisa donde teníamos que llegar. Para llegar a las brañas había que pasar el arroyo Cacabillos, y mientras Tiquio se decidía a bajar a él directamente, el resto optamos por seguir un poco más su curso para cruzarlo sin bajar tanto. En los paredones de nuestra izquierda pudimos contemplar grandes chupiteles helados en las rocas. En esos momentos la lluvia ya era nieve que nos pegaba de frente.
Por unas piedras atravesamos el arroyo saliendo a otro camino que venía de la parte alta. Cambiamos de sentido totalmente para situarnos poco después encima de las brañas de las que subía Tiquio. Estando como estaba, y la cantidad de nieve que había, no nos merecía la pena ni bajar a dar un vistazo entre ellas. Las dejamos por debajo y atrás mientras subíamos hacia la collada. Ahora teníamos una amplia vista del valle en el que se cerraba la niebla. A la vera del camino vimos algunos acebos.
De haber hecho buen tiempo, una de las opciones que habíamos barajado era la ascensión al Negrón o Barradál, de 1884 metros, cuyas laderas subían por la parte izquierda nuestra hacia el norte. Desechamos por supuesto esa idea y seguimos ascendiendo cómodamente hacia la collada de La Divisa cerca de la cual se encuentra un refugio que enseguida vimos. Antes del mismo nos encontramos un cartel con una foto panorámica del valle en primavera siendo curiosa la comparación con lo que ahora veíamos.
A las 13:15 horas llegamos al refugio de La Divisa donde un indicador nos marcaba 4,5 Km restantes a Caldas. Cómo la ruta que habíamos seguido era más larga que la oficial, calculo que llevaríamos unos 5 ó 6 Km hechos. En el refugio de piedra había unos bancos, mesa y chimenea que enseguida encendieron los pirómanos. Claro, el humo casi nos hace salir hasta que comenzó a tirar mejor. Mientras fuera nevaba con ganas, nos acomodamos para comer tranquilamente.
Cuando terminamos una hora después había amainado un poco y nos encaminamos hacia la cercana collada, punto más alto de la ruta con 1500 metros de altitud. Habíamos partido de unos 1160 metros. La niebla se nos cerraba en torno nuestro y allí no se veía sendero alguno. Alcanzamos esta collada en pocos minutos dando vista al valle del arroyo de Vildeo. Como curiosidad apunto que según el mapa estábamos exactamente encima de la autopista, varios metros por encima, claro.
Por una loma comenzamos el descenso hasta un punto determinado que nos echamos a la vaguada. En ella vimos una estaca de la ruta. Algunos aprovechamos la pendiente para hacer “culoski”. Pasamos la vaguada y nos internamos en un bosque donde de nuevo perdimos la ruta. Sin nieve es fácil ver el sendero, aunque no haya señales muy juntas, pero así no había manera de saber por dónde transcurría exactamente. Álvaro, que iba delante, seguía las huellas de alguien que había pasado anteriormente. Supusimos que íbamos bien hasta que la cosa comenzó a ponerse fea. Entre el bosque, y la nieve acumulada, no sabíamos por donde salir. Repito, Álvaro iba por delante y el resto le seguíamos confiando que las huellas que seguía nos sacasen de allí.
En algunos tramos había que ir sorteando las ramas teniendo que hacer zigzag entre ellas. Cruzamos algunas colladinas entre vaguadas viendo que cada vez el fondo del valle quedaba más bajo. Así llegamos a un punto donde las huellas bajaban directamente en línea recta hacia la parte baja. No veíamos muy claro si tendría salida o no, pero pensamos que al menos, si nos perdíamos, estaríamos con el grupo predecesor que también les habría ocurrido lo mismo,......vaya consuelo.
La pendiente era pronunciada y llena de matorral, que por otro lado nos servía de agarre para no patinar. No pasamos mal del todo este tramo y, sin llegar abajo, emprendimos la marcha subiendo ahora suavemente hacia otro paso entre rocas. Fue desde allí desde dónde vimos por fin la autopista y lo más importante, una especie de camino pocos metros por encima de nosotros.
Había dejado de nevar copiosamente, aunque a ratos se seguían escapando copos. En un momento subimos los 20 metros escasos que nos restaban hasta aquel camino más definido y que ya bajaba más suave con buena dirección. Aún dimos algunos zigzag por él y atajamos cuando estábamos seguros del todo de no “meter la pata” de nuevo. Lo que si metimos algunos fue la pierna en algunos lugares en los que se acumulaba más de un metro de nieve.
A las 16:15 horas llegábamos a las últimas brañas de la ruta, las de Gameo. La mayoría de las que vimos se encuentran derruidas casi totalmente. Atravesamos una pradera cubierta por el blanco manto y enlazamos de nuevo con el camino donde por fin vimos otra señal. En otros diez minutos por él nos situamos encima de las bocas del doble túnel del Negrón. Un indicador nos marcaba 2 Km a Caldas. El camino serpenteó luego para bajarnos a la altura de las entradas donde cerrábamos la ruta circular. Eran las 16:40 horas.
Ya por pista continuamos la marcha hacia el final de la ruta. En la autopista un gran cartel indica la entrada en la comunidad de Castilla y León y en la provincia de León concretamente. Realmente dicho indicador tiene que ubicarse dentro del túnel de más de 4 Km que une ambas comunidades ya que el límite provincial está dentro del mismo. A la salida de la parte asturiana está el indicador de entrada al Principado.
En pocos minutos atravesamos el primer túnel bajo esta vía rápida. Paralelo a él, tanto en éste como en el siguiente, hay otro por el que atraviesa el arroyo de Caldas. En el segundo paré unos minutos para cambiar la tarjeta de la cámara de fotos y me quedé rezagado. Llegando a los coches se podía ver cómo hacia el sur se colaban el sol entre las nubes. A las 17:10 horas terminaba la ruta.
Mientras nos cambiábamos pasó por allí cerca un rebaño de cabras con un par de perros. Luego con los coches nos acercamos hasta el bar donde estaba Nati. Ahora podía verse el pueblo iluminado por el sol formando una bella panorámica con las rocas de fondo.
Nos tomamos un refrigerio e hicimos las cuentas de la salida antes de emprender el regreso cuando eran las 18:25 horas. Enseguida entramos en la autopista por la que hicimos el tramo hasta La Magdalena. El cielo iba despejando pudiendo disfrutar de unos bonitos efectos de colores en las nubes que iban quedando. Con el cielo totalmente limpio entramos en León a las 19:15 horas. En Guzmán nos despedimos y en la furgoneta regresé a casa minutos más tarde.
Como ya apunte al comienzo, este invierno tan particular que estamos pasando nos da una de cal y otra de arena. Tan pronto tenemos que quitarnos hasta la camiseta, o casi, como no nos da tregua alguna con agua y nieve. Eso sí, y como curiosidad lo anoto, en León capital no ha caído un copo este año ni el anterior.


















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