EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PEÑABUENO Y PEÑA DE LA ARBELLOSA

jueves, 25 de julio de 2024

PEÑABUENO Y PEÑA DE LA ARBELLOSA - (Valdehuesa) 20-07-24

1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑABUENO” Y A LA “PEÑA DE LA ARBELLOSA”. (Valdehuesa).

20-07-24 (Sábado)

En pleno verano y con una “ola de calor” encima, hemos salido este sábado para realizar una ruta en la que tendríamos que haber coronado cuatro cumbres, de altitud no muy destacable, pero con desnivel acumulado más o menos señalado. Al final, por el efecto de dicho calor por un lado, y la tranquilidad con que nos tomamos la marcha por otro, reducimos a dos las cimas ascendidas en esta jornada en la que no por ello disfrutamos menos. La idea inicial era ascender a las cumbres de Peñabueno, o Santa Eugenia, como figuraba en una piedra de la cima, Peña de la Arbellosa, Pico de Los Álamos y Pico Grande, quedando, como ya anoté, reducidas a las dos primeras.

Para evitar en parte ese calor estival, madrugamos un poco esta vez, saliendo yo de casa a las 7:20 horas. 17º C marcaba un termómetro exterior a esa hora. Recogí a los cuatro compañeros en los lugares acordados, José Luis, Arancha, Juan y Silvano, antes de salir de la ciudad una media hora después con los cielos despejados por completo. Por la N-621 avanzamos dejando atrás algunos pueblos y luego entre monte hasta enlazar con la CL-624 en Barrio de Nuestra Señora. Ya en Boñar hicimos la parada casi habitual para tomar un cafetín en uno de los bares de esta población. De nuevo en ruta llegamos al desvío hacia Vadehuesa, pueblo en el que yo no había esta anteriormente, y donde llegamos a las 9:00 horas. La carretera que llega al mismo pasa entre las cumbres que teníamos programadas, dos al Este y dos al Oeste. Algunas nieblas rondaban aún por el valle, pero iban disipándose rápidamente. 16º C marcaba el termómetro allí a esa hora.

Aparcamos en el centro del pueblo y nos preparamos para la ruta. Nos sacamos una foto con la Peña de la Arbellosa de fondo al Oeste y a las 9:20 horas iniciamos la marcha a una altitud de 1132 m. Caminamos por la carretera que continuaba saliendo de Valdehuesa hacia el Norte con dirección a Rucayo y al Museo de la Fauna Salvaje. Antes de cruzar el puente sobre el arroyo Valdehuesa nos desviamos por un camino que se metía al valle por el que bajaba el mismo. Caminamos en este primer tramo entre arboleda que mitigaba el calor que ya iba haciendo a esa hora temprana alternando algunos tramos más abiertos. Fuimos girando a Oeste mientras por el Norte se cerraba el valle con el pico Gudín. Entre la arboleda que crecía en el valle encontramos numerosos guindales cuyos frutos algunos probamos. No tardamos en divisar por delante la silueta piramidal del pico Peñabueno hacia el cual nos encaminábamos ahora. La idea era hacer ese más alto el primero para hacer el resto con menos altitud seguidos. La pendiente del ancho camino se fue acentuando hacia esa orientación Oeste hasta llegar al desvío donde lo abandonábamos. Hasta allí íbamos siguiendo el “PR LE - 59 Por Vadehuesa”, una ruta circular que parte del pueblo para rodear la Peña Arbellosa y bajar a la carretera para entrar de nuevo en el pueblo por el Sur. Hasta ese punto yo aún no había visto señal alguna de la misma, aunque más tarde sí encontraríamos varias. Este cruce está situado a 1261 metros de altitud y llevábamos 1,300 km hechos. Eran las 9:53 h.

Nos metimos entonces en un sendero ancho con firme bastante irregular entre algunos pinos y escobas. La pendiente era aún más fuerte que lo anterior y comenzaba a notarse el calor ya que en el valle no corría viento alguno. Poco a poco fue estrechándose la senda y se llenó de maleza, aunque más o menos se sorteaba bien. Cruzamos un pequeño arroyuelo secundario antes de pasar el principal, el de Vadehuesa, con apenas caudal. Desde ese punto desaparecía la arboleda que nos había dado algo de sombra en algunos tramos anteriores y salimos a campo abierto. Un estrecho sendero seguía ganando altura cruzando entre algunos helechos mientras nos acercábamos a la base más caliza de la peña.

Habíamos leído que esta subida rocosa tenía algunas trepadas sencillas que se podían evitar haciéndola por el trazado de bajada del track que llevábamos como referencia. Como se suponía que eran sencillas, optamos por no variar el sentido de la ascensión y así nos situamos justo al comienzo de la zona más caliza a una altitud de 1475 metros y habiendo hecho 2,300 km. Eran las 10:40 horas. Atravesamos unos pedreros en los que encontramos varios restos óseos de animales y en la zona de más pradería vimos unas bonitas y curiosas plantas con forma de piña o alcachofas. Como ahora es posible saber casi todo al instante, con el móvil supimos que se trataba de la Leuzea Conífera, también conocida como Cuchara de Pastor o Piña de San Juan.

La pendiente se acentuó aún más y nos fuimos metiendo bajo las paredes calizas de la peña por su cara Sur. El paisaje se fue ampliando hacia el Sur y Este apareciendo ya varias cumbres que luego describiré. También veníamos viendo desde hacia rato parte del embalse del Porma al Este y las otras tres cumbres de la ruta por encima del mismo. Por la pendiente loma entre pedreros y zonas más montanas ganamos altura mientras nos dirigíamos hacia una de las canales por la que teníamos que subir. En una de las paredes se podía ver una cavidad abierta a modo de gran hornacina. Algunos árboles aislados crecían por aquellas pendientes laderas entre la roca. En algunos puntos nos ayudamos con las manos para subir, pero sin que supusiese mayor complicación. Por encima habían ido apareciendo algunos negros nubarrones que ocultaban el sol y que casi agradecimos por ese frescor que proporcionaban. De hecho, la previsión para esa jornada allí era algo lluviosa a mediodía.

Llegamos entonces a la cresta en un pequeño paso hacia la vaguada Norte hacia la que nos echamos sin perder altura para acometer el último tramo a la cercana cumbre. Por la loma más montana subimos estos últimos 40 metros hasta coronar la cumbre de Peñabueno a las 11:55 horas y tras 2,800 km recorridos.

En esta cima de 1645 metros de altitud encontramos un hito de rocas con otra piedra encima en la que se podían leer dos inscripciones. Por un lado ponía “Peñabueno 1645 m” y por el contrario, “Santa Eugenia 1645 m”. Viendo varios mapas he comprobado que en todos denomina la cumbre como Peñabueno, siendo Santa Eugenia la zona en general. Entre ese montón de rocas estaban los restos de un belén de cumbres así como un bote con una tarjeta de cumbres de un grupo vizcaíno.

Aunque la altitud de esta cima no es muy destacada, las panorámicas sí lo eran. Infinidad de cumbres aparecían a la vista en cualquier orientación, muchas de ellas conocidas e incluso ya ascendidas. Por enumerar solo una mínima parte de ellas: Al Sur teníamos el Cueto de Boñar en cuya cumbre se acertaba a distinguir la caseta forestal. Girando a Oeste, el Prado Llano, Peña Valdorria y detrás de ella, la doble cumbre de Peña Galicia en la que estuvimos hace un par de semanas. Totalmente camuflado delante de Peña Valdorria, el Cueto Ancino. Siguiendo el giro, el Bodón, Cueto Cabañas o La Morala más al Noroeste. Las nieblas cerradas ocultaban las cimas alejadas al Norte, pero por delante de ellas acertamos a ver la parte alta del Cueto Cerulleda y el Pico Espina, también coronados hace algunas semanas, así como las del Redondo y el Cuerna. Más al frente teníamos La Sierra del Caballo y de la Cuerna, el Mahón, Socellerón, La Forqueta o el Susarón. Tras el pantano del Porma se elevaba el macizo del Mampodre, el Corral de los Diablos, Lázaro, Llerenes o Las Pintas. Más al Este, alejado, el inconfundible Espigüete. La calima difuminaba las cumbres de la zona del Esla como el Cedroso o Peña Corada. A la vera del pantano estaba la también casi recién subida Peña San Pedro. Alineadas teníamos las tres cumbres restantes previstas de la ruta, la Peña Arbellosa, Pico de Los Álamos y Pico Grande. También algunos pueblos se mostraban en los valles cercanos. Bajo nosotros, al Este, Valdehuesa de donde habíamos salido y algo más arriba estaba el complejo del Museo de la Fauna Salvaje. Más alejados, en el valle de Reyero, se distinguían algunos, pero la calima y lejanía los hacían inidentificables. En los valles al Noroeste teníamos Arintero y La Braña.

Saqué fotos de todo ello y del grupo también. Dejamos una tarjeta nuestra en el bote del que recogimos la otra y a las 13:00 horas iniciamos el descenso hacia la ladera Suroeste mucho menos pedregosa que la de subida y algo más tendida, aunque tenía pendiente. En pocos minutos perdimos altura hacia el collado de esa orientación, al que no llegamos, ya que nos echamos a la vaguada del Este por la que antes habíamos subido. Bajo las paredes y agujas de esta cara Sur de la peña fuimos descendiendo por pradería y sorteando algunas zonas de matorral algo más alto, que sobre todo se concentraban en el fondo de la vallina. Cruzamos algunas zonas de helechos y otras con algunos espinos antes de enlazar con el sendero de subida ya bastante abajo. Llegamos al paso del arroyo Valdehuesa y el sendero se hizo más evidente desde allí. Entre matorral más alto bajamos el siguiente tramo hasta llegar al camino más ancho en el cruce donde anteriormente lo habíamos abandonado. Eran las 13:50 horas y llevábamos hechos 4,300 km. Allí la altitud era de 1261 metros.

Tomamos ahora de nuevo el trazado del sendero homologado PR – LE 59 que se dirigía a la falda de la Peña Arbellosa. Allí sí vimos algunas estacas con la doble pintura blanca / amarilla del mismo. Entre matorral y arboleda, pinos sobre todo, fuimos ganando altura más o menos suavemente hacia el Sudeste trazando algunas curvas siguiendo la orografía del terreno. En una de estas curvas encontramos un cartel caído y muy deteriorado con una foto y descripción de la panorámica que se veía desde allí.

Mientras José Luis se adelantaba y el resto quedaba por detrás, yo quedé en medio. Llegué a la falda de la Peña Arbellosa y vi a José Luis subiendo por la ladera Norte de la sierra. Yo, viendo el trazado del GPS, me eché por la contraria, al Sur, y el resto me siguió poco después, todos salvo Silvano, que allí decidió dar la vuelta por cierto malestar que tenía. Ya adelanto aquí mismo que la subida buena es por el Norte de la sierra y no por el Sur. El primer tramo tras abandonar el ancho camino, que pasa por un collado cercano algo más al Sur, es pendiente pero cómodo de subir por ladera. El problema viene cuando hay que meterse en la roca. Al igual que en la Peñabueno, habíamos leído que también aquí había trepadas más o menos accesibles, aunque en esta ocasión nos encontramos con que no eran tan fáciles de superar. Además de no localizar muchos lugares por donde atacar estas paredes, donde lo hicimos encontramos roca lisa y con pocos amarres para manos y pies. En un par de ocasiones tuvimos que trepar tramos de ese tipo, que para alguien experimentado en escalada no supone mayor contratiempo, pero que no siéndolo impone un poco. Repito de nuevo que la subida por la cara Norte era todo ladera hasta la cumbre. Y adelanto que “para más inri”, tuvimos que bajar de nuevo por allí por el motivo que luego detallaré. Alcanzamos la cresta no lejos ya de la cumbre a la que llegamos nosotros tres cómodamente cuando eran las 14:40 horas y habiendo hecho 5,400 km. En esta cumbre encontramos una piedra con el nombre y altitud de la misma, “Peña de la Arbellosa - 1381 M”.

Ya iba siendo hora de comer, y a ello nos pusimos acomodándonos en la cima mientras por el Noroeste se fue cubriendo de oscuros nubarrones amenazantes de lluvia, que por fortuna se contuvo. Las vistas eran algo menos amplias por la diferencia de altitud con la Peñabueno y un poco diferentes de perspectiva. Veíamos algo más superficie del pantano y quedaba oculto Valdehuesa tras un espolón que se alargaba al Este. Con el zoom de la cámara se acertaba a distinguir la gran cruz en la cima de la Peña San Pedro. Teníamos Peñabueno al Oeste y al Este las otras dos cumbres, el Pico de los Álamos y Pico Grande, a las que ya habíamos descartado subir definitivamente. Anotar que estas dos cumbres se encuentran al otro lado de la carretera que entra a Valdehuesa.

El motivo de volver a bajar por el mismo lugar fue que, estando allí, uno de nosotros, no detallaré quien, se dio cuenta de que había perdido la cartera con la documentación, dinero, etc., estando casi segura esa persona que había sido desde el enlace con el camino ancho bajando de la otra cumbre. De no haber sido eso, habríamos bajado por el valle Sur a la carretera y vuelto por ella a Valdehuesa. Tras sacarnos algunas fotos y dejar una nueva tarjeta en un bote entre rocas, iniciamos el descenso a las 16:10 horas. Cresteamos un tramo hasta echarnos por el lugar en el que habíamos encontrado las trepadas y que ahora hubo que destrepar. Con precaución volvimos a pasar estos dos tramos a la vez que íbamos mirando si estaba la cartera caída. Ya en la ladera nos espaciamos en ella para seguir dicha búsqueda que resultó infructuosa en este tramo hasta el camino. Por el mismo avanzamos unos por delante y otros más atrás mirando entre algo de maleza que crecía en los laterales y en el centro del camino. Nos cruzamos con tres personas que venían del pueblo y a los que se lo comentamos, no habiendo encontrado nada por su parte. Fue poco después cuando la encontré en el punto donde se había hecho una parada subiendo y donde había más posibilidades de que estuviese.

Con esa satisfacción para todos, más para la persona que la había perdido, claro, continuamos bajando por el valle del arroyo Valdehuesa siguiendo el trazado de subida. Aunque seguía nublado, había aclarado algo el día. Entramos enseguida en la arboleda entre la que también bajaba paralelo el arroyo por nuestra izquierda. Ya cerca del pueblo cruzamos de nuevo una cancilla de alambrada para el ganado y entramos en Valdehuesa a las 17:40 horas. Por la carretera recorrimos los escasos 200 metros hasta donde teníamos la furgoneta aparcada y donde terminamos la ruta a las 17:42 horas. El GPS nos marcaba 7,900 km hechos con un desnivel acumulado de 662 metros.

Nos cambiamos y hablamos con Silvano, que se había acercado a la vera del pantano. Íbamos a ir nosotros también, pero nos dijo que por el camino que había ido él no entraban vehículos, aunque sí había varios allí. No tardó en llegar y en la furgoneta nos pusimos en marcha por la carretera dirección a Rucayo en busca de algún camino que entrase hacia el embalse. Sí dimos con él, y aunque estrecho y con algo de maleza a los lados, nos llevó a la explanada cercana al agua. En ella algunos remojaron los pies mientras yo sacaba unas bonitas panorámicas del embalse con las cuatro cumbres, las dos hechas y las pendientes. Estas últimas las teníamos justo de frente tras el brazo del pantano y las coronadas más al Oeste.

A las 18:40 horas, marcando 24º C la furgoneta, nos pusimos en marcha de nuevo, subiendo ahora por otro camino más ancho y en parte asfaltado hasta la carretera. Íbamos a tomar algo en el bar que hay en Valdehuesa y en cuya terraza estaban merendando, pero resultó que eran los dueños y estaba cerrado. Con las mismas continuamos el viaje mientras al Norte se oscurecía de forma desmesurada y amenazante. Así llegamos a Boñar donde nos detuvimos a las 19:00 horas. No había mucha prisa por ninguno de los que estábamos, así que alargamos este rato tomando unos refrigerios y charlando distendidamente. Allí estaba despejado y así continuó todo el resto del trayecto de vuelta hasta León. Aquí fueron quedando los compañeros y a las 22:00 horas llegaba yo a casa cuando marcaban los termómetros 20º C. Al Norte, en la montaña, se mantenía cerrado por completo de nubarrones.

Sumamos un par de cumbres más al ya largo listado de ellas, aunque sin duda lo más importante es disfrutar de la rutas que nos llevan a las mismas y de la compañía con la que se hacen. Qué sigamos acumulando experiencias tan positivas y placenteras en la montaña a lo largo de mucho tiempo.

MAPA ESQUEMA