lunes, 13 de noviembre de 2023

HAYEDOS DE LOIS Y PEÑA JOYA 11-11-23

 


3ª TRAVESÍA POR EL “HAYEDO DE LOIS”. 4ª ASCENSIÓN A “PEÑA JOYA”. (Lois).

11-11-23                    (Sábado)

El otoño es una de las cuatro estaciones del año en la que los paisajes, sobre todo de bosque y arboleda, se presentan de lo más impresionantes. En esta ocasión volvimos a elegir una ruta en la que predominaba dicho escenario, y aunque ya repetido en más de una fecha anterior, no defraudó en absoluto. Por otro lado, la climatología no fue la más aconsejable, pero al final tampoco se “portó” del todo mal.
Salía de casa a las 8:00 horas, con 13º C en el exterior, para recoger poco después a José Luis. Minutos más tarde se nos unían Álvaro y Juan, completando el grupo Javi F. que saldría más tarde en su vehículo. A las 8:30 horas iniciamos el viaje en mi furgoneta hacia el punto de destino. Las nieblas cubrían buena parte de las cumbres mientras avanzábamos hacia el Norte. Así llegamos a Boñar donde nos hemos detenido unos minutos a tomar un café y comprar algo de pan. Retomamos la marcha por el valle de Sabero para salir a la nacional con dirección Riaño. En la misma hice numerosas paradas para reflejar en fotos el espectacular paisaje de hayedos que cubren buena parte de las laderas de este valle del Esla. A pesar de lo nublado del día, se mostraban con unos colores de postal.
Poco antes de llegar a Las Salas se encuentra el desvío al valle de Lois hacia el que entramos. De nuevo no fueron pocas las breves paradas que hice para fotografiar el paisaje que se exponía a la vista. Pasamos por Salamón y dejamos atrás la ermita de la Virgen del Roblo y el desvío a Ciguera antes de llegar a Lois cuando eran las 10:25 horas. Entramos hacia el centro del pueblo antes de darnos cuenta que la ruta se iniciaba al comienzo del mismo y retrocedimos para aparcar a la entrada. Varios carteles mostraban allí diferentes mapas de rutas e información de la zona. Este verano pasado iniciamos también en este pueblo la ruta al pico Lázaro. La lluvia había hecho acto de presencia y así nos preparamos para la ruta. En ello estábamos cuando llegó Javi F. y juntos iniciamos la marcha a las 10:50 horas a una altitud de 1224 metros. Como referencia llevábamos un track en el GPS de la ruta hecha por nosotros hacía 6 años.
Salimos por un ancho camino hacia el Suroeste que subía entre praderías y algo de arboleda en la que podía verse numerosas bolas de muérdago en las ramas. Llegamos a un alto desde el que iniciamos un descenso hasta un punto en el que el camino principal trazaba una curva a la izquierda, Sur, y en donde el track del GPS que llevábamos se bifurcaba en dos ramales, el de ida y el de vuelta. Tomamos ahora el de la derecha, que entraba hacia unas praderías en las que también el agua abnegaba buena parte de ellas. En estas verdes praderas vimos un par de vacas y tres bonitos ternerines. Rodeamos una gran zona inundada y bajamos hacia el cauce del arroyo Prado de la Vega que teníamos que pasar. Pues bien, dado el caudal considerable que bajaba no fue fácil encontrar lugares para cruzarlo, pero lo hicimos al final.
Entramos entonces en la ladera del valle en la cual ya comenzaban a verse retazos del hayedo que cubre buena parte de la falda de la sierra que cierra el valle por el Sur. La lluvia había cesado y la niebla alta había abierto algo, viendo todo el macizo que se eleva en la margen Norte. Poco a poco nos internamos de pleno en el hayedo que ofrecía verdaderas estampas otoñales. Al contrario que hace tres semanas en el hayedo de Canseco, donde el colorido era aún muy verdoso, aquí los tonos otoñales amarillos y ocres se habían apoderado de toda la arboleda. Hacia cualquier punto se sucedían los rincones de postal. Numerosas setas de diferentes colores, formas y tamaños surgían del terreno y de los mismos troncos de las hayas. Mi cámara de fotos ya “echaba humo”.
Salimos entonces de este bello paraje hacia una loma abierta desde la cual contemplamos Lois en el valle. El color ocre del hayedo que quedaba atrás contrastaba de forma espectacular con el verdor de las laderas y praderías del valle. Subimos varios metros por aquella estrecha franja abierta entre dos vallinas que nos sacó a un ancho camino, que ahora viendo el mapa, comprobé que venía desde Lois siguiendo la ladera Norte del valle y cruzando hacia ésta cerca de la cabecera. Eran las 11:57 horas y estábamos a 1355 metros de altitud. Llevábamos hechos 1,500 km.
Nos incorporamos a dicho camino que seguía hacia el Suroeste cambiando de vaguada poco después. En un momento determinado vi un rebeco en lo alto de una loma al Oeste, que enseguida se escondió. Dimos vista a este siguiente valle y avanzamos siguiendo el ancho camino que atravesó una cancilla de madera a la vera de un risco. Las nieblas habían vuelto a cubrir la cimas bajo las cuales sí aparecía otro destacado hayedo por el que luego bajaríamos. De nuevo encontramos el camino embarrado y nos echamos a las praderas para evitarlo. No lejos vimos un pilón de agua al que nos acercamos. Se trataba de una fuente, bastante reciente por lo que parecía, con pila de piedras y un tubo por el que ahora no salía agua, aunque dicha pila estaba llena. El camino principal giraba totalmente hacia abajo mientras otro menos marcado, que tomamos, seguía subiendo por el valle. Nos llevó a la vera de otro bebedero con fuente, mucho más antiguo y que aparece en las fotos de la vez anterior. En una placa medio legible se acierta a distinguir una fecha “1957”. Estábamos a 1400 metros de altitud y eran las 12:25 horas.
Tras cruzar entre algunas hayas un tanto solitarias iniciamos la fuerte subida hacia la cresta de la sierra de Peña Joya por un pendiente sendero entre matorral bajo y pradería. Habíamos quedado Juan, Álvaro, José Luis y yo juntos mientras que Javi F. ya se había adelantado desde hacía un rato. De nuevo divisamos durante un momento el pueblo entre la niebla que seguía bastante cerrada. Aunque la subida era fuerte, avanzamos cómodamente por sendas más o menos marcadas que zigzagueaban por la pendiente.
A las 13:00 horas, tras 3,000 km hechos, alcanzamos la cresta de la sierra a una altitud de 1599 metros entre Peña Joya y Peña el Jaido. Nos metimos entonces en la roca por donde seguía subiendo la ruta y donde nos fuimos encontrando algunas hoyas rocosas que dan nombre a esta cumbre. Joya, en este caso, no se refiere al objeto precioso, si no a la variante con el mismo significado de hoya como hueco o pozo.
A las 13:15 horas, tras 3,300 km, alcanzamos Álvaro y yo esta cumbre, poco después que José Luis y su hermano Juan. No encontramos sin embargo a Javi F. que ya había comenzado a bajar por lo que luego supimos, aunque no nos cruzamos con él. Peña Joya o Peña Hoya, tiene una altitud de 1687 metros y en ella hay un monolito de rocas entre las cuales encontramos una bolsa con una tarjeta toda mojada y apenas legible. De hecho terminó por borrarse todo lo escrito y grabado en ella. Por suerte la saqué unas fotos antes y por ellas puede luego compararla con otras que habíamos recogido en el Peredilla y saber que eran del mismo grupo de montaña asturiano, al que se la devolveremos, aunque esté ilegible.
La visibilidad era nula por completo, aunque seguía sin llover. Solo se acertaban a distinguir las caídas verticales que hacia el Nordeste tiene esta cima. Sí estaba bastante fresco allí arriba y soplaba algo de viento fuerte, por lo que nos hicimos unas fotos antes de echarnos de nuevo hacia abajo a la abrigada de una de esas hoyas. Algunas vacas pastaban a esa altitud cerca de la cumbre, una de ellas con unos afilados y erguidos cuernos. Nos acomodamos a la vera de una pared de rocas de este hoyo donde nos dispusimos a comer cómodamente. Durante un breve momento salió el sol iluminando el paisaje, pero se cerró enseguida. La ausencia de lluvia era todo un lujo.
Sobre las 14:30 horas nos dispusimos a emprender el descenso. Aunque lo podíamos hacer directamente desde allí, remontamos de nuevo los pocos metros a la cima para dejar nuestra tarjeta de cumbres entre el monolito de piedras y en una bolsa hermética. Justo en esos momentos vimos como el paisaje se abría por el Suroeste y comenzamos a divisar parte del pantano del Porma con la Peña Armada a su vera y Reyero en el valle del mismo nombre. Ya bajando fue ampliándose dicha panorámica con los valles cercanos en los que seguían destacando los hayedos en las laderas de los mismos. Vimos Lois por delante de la cumbre de La Trapa e incluso distinguimos la furgoneta aparcada a la entrada del pueblo. El pico Lázaro se mantenía oculto por las nieblas. La parte más alta de Peñas Pintas, Llerenes, Los Cantos, Castaño, etc. etc. tampoco eran visibles, pero por muy pocos metros. Al Norte se cerraba mucho más impidiendo distinguir paisaje alguno.
Descendimos por la cresta un tramo antes de abandonarla, pero no bajando por el mismo sendero anterior de subida. Nos echamos por otro que mantenía el descenso más suave bajo la línea cimera ya que queríamos cruzar el hayedo que veíamos algo por debajo hacia el Nordeste. Nos fuimos situando por encima del mismo, que ofrecía de nuevo una panorámica de postal con el valle y las cimas frente a nosotros. Fuimos perdiendo altura hasta que nos metimos de lleno en el mismo a una altitud de 1480 metros. De nuevo muchos rincones que vimos en el bosque eran dignos de postal. Musgo, hongos, líquenes, roca y las mismas hayas creaban un impresionante cuadro. En el tronco de un árbol vimos la corteza desgastada por el frotamiento de algún animal sobre él. En otro, una tablilla coloreada mostraba la frase “Abierto si me tratas bien”.
Tras cruzar un pequeño claro llegamos al camino que bajaba y donde poco más arriba estaban las fuentes por las que habíamos pasado en la subida. En él encontramos otra cancilla de madera, de la cual me acordaba también de ocasiones anteriores, y que aprovechamos como soporte para sacarnos una foto de grupo. Por otro lado, a través de un vídeo enviado al grupo de wasapp supimos que Javi F. estaba ya cerca del pueblo.
En el tramo siguiente del resto del hayedo casi “quemo” la cámara de fotos. El contraste de colorido y los diferentes rincones que ofrecía no era para menos. El camino cubierto por hojarasca bajaba entre todo ello y a su vera encontramos algunas tablillas más en postes de madera con diferentes inscripciones como: “Pozo de la Nieve 300 m”, “Todo lo que haces a la naturaleza, te lo haces a ti mismo” o “Aquí el Tito vio al oso”. Muchos de ellos con un nombre y fecha a modo de firma.
Algunos arroyos cruzaban bajo el firme del camino. Así llegamos de nuevo al cruce con el arroyo Tras el Castro, que atravesamos sin más miramientos por el agua. El camino iniciaba una subida tras el mismo entre praderas donde pastaba ganado. Enseguida enlazamos con el que venía del pueblo y por el que nos restaba el tramo común de ida y vuelta. Antes de llegar a Lois vimos una bonita estampa de una manada de caballos cruzando al galope una verde pradera para regresar luego a un bebedero que tenían en ella. Me desvié yo hacia otro prado para sacar unas fotos del pueblo y su impresionante iglesia, conocida como La Catedral de la Montaña, destacando en el cuadro.
A las 16:50 horas terminaba la ruta donde teníamos la furgoneta aparcada. Ahora, sin niebla, identificamos la cumbre de Peña Joya desde ese punto. Me cambié y en un reguero cercano limpié las botas y polainas, una de las cuales me llevó la corriente un tramo. Por cierto, para las botas será la última ruta ya que estaban muy castigadas y terminaron por desarmarse del todo. De hecho ya las llevaba con el “Goretex” casero que muchos montañeros conocemos: calcetín, bolsa, calcetín.......
Como llovía cuando iniciamos la ruta, nos sacamos ahora la foto de grupo en ese punto antes de comenzar el regreso a las 17:23 horas. 12º C marcaba la furgoneta. He parado a hacer unas fotos del bonito molino que hay en el desvío de Ciguera y de la ermita de la Virgen del Roblo más adelante. En este tramo vimos un bonito visón negro a la vera de la carretera. Paramos, pero enseguida se metió hacia el río. Por la mañana, no me acuerdo donde, se había cruzado una ardilla.
Ya en la carretera nacional llovió un poco durante un pequeño rato. Nos desviamos a Sabero para cruzar hacia Boñar donde llegamos a las 18:15 horas. Nos tomamos un refrigerio en el mismo bar que por la mañana y 20 minutos después reanudamos la marcha. Ya anochecido avanzamos sin novedades hacia la capital donde entramos a las 19:15 horas. Aquí fueron quedando los compañeros y a las 19:40 horas, con 14º C en el exterior, llegué yo a casa.
Poco puedo añadir a este relato. A pesar de que la climatología no fue la más indicada, aunque mejor de lo esperado tras el comienzo que tuvimos lloviendo, los paisajes de los que disfrutamos, sobre todo en los hayedos, compensaron con creces ese contratiempo. No sé si aún nos dará tiempo a hacer alguna más por bosques otoñales antes de que se deshojen por completo, pero si es así, lo aprovecharemos.

MAPA ESQUEMA



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MAPA RASTER

VISTA SATÉLITE

ARMUNIA

TRAYECTO



BOÑAR



VALLE DEL ESLA








HACIA LOIS



LOIS (1224 m)


POR EL CAMINO

PRADERÍAS




ENTRAMOS AL HAYEDO







POR LA LOMA ENTRE VALLES







REBECO





FUENTES





HACIA LA CRESTA

POR LA ROCA EN EL ÚLTIMO TRAMO


DELANTE DE LA CUMBRE

PEÑA JOYA (1687 m)

CANALES Y PAREDES DESDE LA CUMBRE

A LA ABRIGADA


SALE EL SOL UN MOMENTO

VIGÍA


VALLE DE REYERO Y EMBALSE DEL PORMA

VALLE HACIA CIGUERA

LOIS


DESTREPES

IMPRESIONANTES CONTRASTES


POR LA VAGUADA


PANORÁMICAS DEL VALLE Y DEL HAYEDO




EN EL BOSQUE


LA CUMBRE TRAS EL HAYEDO



RINCONES DEL BOSQUE


TABLILLAS EN LOS TRONCOS





COLORIDO












LAS CUMBRES AL NORTE








ARROYO TRAS EL CASTRO

PEÑA JOYA Y HAYEDO EN SU FALDA


CABALLOS EN LAS PRADERAS




LOIS


PEÑA JOYA DESDE LOIS

LA FOTO QUE NO HICIMOS AL COMIENZO, LA HICIMOS AL FINALIZAR (HE AGREGADO UN RECORTE DE NUESTRO COMPAÑERO JAVI F., DEL QUE AL FINAL NO TENGO NINGUNA FOTO DE ESTA RUTA)

MOLINO CERCA DE CIGUERA

ERMITA DE LA VIRGEN DEL ROBLO

BOÑAR

ARMUNIA


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