EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PEÑA CONSTANTE - PEÑA DEL RUBIO - PEÑA DEL MONTE (Redilluera) 09-09-23

viernes, 15 de septiembre de 2023

PEÑA CONSTANTE - PEÑA DEL RUBIO - PEÑA DEL MONTE (Redilluera) 09-09-23

1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA CONSTANTE”, “PEÑA DEL RUBIO” Y “PEÑA DEL MONTE”. (Redilluera).

09-09-23 (Sábado)

Tras casi un mes sin hacer rutas de montaña, retomamos las mismas con una triple ascensión en el valle de Redilluera, en la zona de Lugueros. Hasta allí nos acercamos los tres participantes animados en esta jornada, Juan, José Luis y yo.

Nos despertamos en León con una tormenta que descargaba y que poco a poco fue desplazándose hacia el Norte. 17º C marcaba el termómetro a las 8:30 horas cuando salía de casa para recoger a los dos compañeros. Un arco iris incompleto se podía ver mirando al Oeste sobre algunos nubarrones que iban quedando, creando todo ello una bella postal.

Salimos de la ciudad poco antes de las 9:00 horas por la carretera del Torío hacia Robles de la Valcueva donde giramos al Este hacia La Vecilla. En un bar de esta localidad nos detuvimos a tomar un café mientras el cielo se iba despejando casi por completo. Continuamos a la vera del Curueño y cruzamos las Hoces de Valdeteja para desviarnos en Lugueros hacia el valle de Llamazares y Redilluera, pueblo en el que termina la carretera. Atravesamos el mismo sin encontrar un lugar apropiado para aparcar y lo hicimos a las afueras cerca del cementerio cuando eran las 10:05 horas. Hacia el Bodón tuvimos un bello contraluz con unas nubes sobre el mismo. Una joven nos comentó que durante la noche había descargado una fuerte tormenta con granizo. La previsión era de nuevo empeoramiento hacia el mediodía.

Nos preparamos para la ruta y a las 10:25 horas la iniciamos a una altitud de 1292 metros. Nuestros objetivos eran: la Peña Constante, Peña del Rubio, Peña del Monte y la Peña de Los Picos, pudiendo ampliarse también al Cueto Cabañas. Dejamos atrás el recinto sacro y avanzamos por el ancho camino entre arboleda, praderías y paralelos al río Labias que bajaba por nuestra izquierda. En esa misma orilla encontramos una nave ganadera cerca de la cual, en la margen contraria, nos “saludaron” ladrando unos mastines. Rebasamos un comedero para el ganado y el camino se empinó un poco más hacia un refugio al que llegamos a las 10:40 horas y tras 1,100 km hechos. Este refugio se emplaza a 1354 metros de altitud y dentro lo encontramos muy bien cuidado.

Retomamos la marcha tras una ojeada al mismo por el camino que seguía subiendo y que al poco se encajonó en un pequeño desfiladero entre la Peña Constante y la Peña del Empenadero. En él cruzamos una cancilla para el ganado antes de salir a una campas desde las que divisamos por delante el collado de Canseco, o de Redilluera, según quien lo nombre. En pocos minutos remontamos este pequeño tramo hasta alcanzar el mismo a las 11:15 horas y habiendo hecho 2,400 km. Este collado se sitúa a 1539 metros de altitud y comunica el valle por el que veníamos con el que baja a Canseco, distante poco más que a Redilluera. Un cartel informativo se erguía en este paso con datos sobre la vegetación, fauna o el paisaje divisado.

Las nubes cubrían de nuevo el cielo y parte de la cumbres que desde ese punto se divisan. Por el Norte subía la loma hacia la cima del pico Canales y La Morala, ambos ascendidos hace algunos años por nosotros. Al Sur ascendía la ladera de la Peña Constante hacia la que nos echamos nosotros paralelos a una alambrada que dividía ambas vertientes, la del Curueño al Este y la del Torío al Oeste. Tras un tramo no muy largo por terreno montano, la roca se hizo más palpable. Buscando las canaletas y vaguadas ganamos altura mientras se empinaba la pendiente. En ocasiones hubo que echar las manos para trepar algunos tramos más inclinados, pero sin peligro alguno. Mientras, los claros ganaban terreno en el cielo luciendo el sol radiante.

De esa forma alcanzamos la cresta en la que la piedra y el terreno más montano se mezclaban. Un último repecho de escasos metros me llevó a la cima unos minutos antes que los compañeros. Eran las 12:10 horas y hasta allí llevábamos 3,200 km hechos. Desde los 1738 metros de altitud de la Peña Constante tuvimos una amplia vista de los alrededores divisando cumbres y valles cercanos y algunos no tanto. Justo por el Sur corría la sierra hacia la que nos dirigiríamos luego y en la cual se emplazan cimas como la del Bodón de Cármenes, Peredilla, Peña del Rubio, Peña del Monte, Peña de los Picos, Cueto Cabañas y el Bodón de Lugueros como techo de la misma. Tras ella y paralela, otro macizo con cimas como el Cueto Calvo, Peña de las Tablas, Bucioso, el Sancenas, etc. etc. Al Oeste, lejana, se distinguía perfectamente la silueta de la Forqueta de Arintero. Por el Norte veíamos ahora toda la loma montana del pico Canales y la Morala y girando al Oeste, el pico Majao, ascendido a principio de año. Medio ocultos por las nieblas emergían varias cumbres del puerto de Piedrafita. Poco más era reconocible, por dichas nieblas y por la relativa escasa altitud de la cumbre en la que estábamos. Sí se veía Redilluera, Llamazares e incluso Lugueros a los pies del Bodón.

En la cumbre dejamos una tarjeta en un bote que había vacío entre unas rocas y nos hicimos unas fotos de grupo antes de emprender el descenso sobre las 12:50 horas. Lo hicimos hacia la vertiente contraria de subida, al Sur, metiéndonos en una amplia canal entre grandes formaciones rocosas y con una fuerte pendiente. En el siguiente collado nos incorporamos a una ancha pista que venía de la parte baja del valle del arroyo Foceoscura y que continua rodeando los cerros de su cabecera hacia el collado de Trancosa, 1583 m, al que llegamos a las 13:20 horas y tras 4,200 km hechos. En el mismo se bifurca la pista en dos ramales, uno sigue bajo la sierra al Oeste y otro al Este. Tomamos nosotros el del Oeste solo un pequeño tramo antes de echarnos directamente hacia la ladera de la Peña del Rubio que teníamos justo en frente. Por debajo pastaba una manada de caballos con algunos mastines como guardianes. En el camino, al Este, vimos un todoterreno y un quad.

Por la empinada ladera ganamos altura hacia la zona más rocosa siguiendo el track que llevábamos en el GPS. Justo en su borde giraba para seguir a la vera de las paredes hacia el Oeste durante varios metros antes de emprender una fuerte subida no muy larga que nos llevó a la cresta. Alcanzamos la misma a las 13:45 horas, a una altitud de 1651 metros y habiendo recorrido 4,500 km hasta ese punto.

Lo que vimos desde allí no nos reconfortó demasiado, la verdad. La cresta que nos quedaba hasta la cumbre se veía muy abrupta y expuesta en algunos lugares. Nos encaminamos hacia ella con mucha precaución y tras un pequeño tramo llegamos a un destrepe un tanto delicado por las caídas que teníamos a ambos lados. Agarrándonos con “uñas y dientes” y bien asegurados los pies logramos pasarlo. El siguiente tramo se hacía por la cara Sur donde teníamos algunas losas de piedra bastante verticales por debajo del trazado de subida. Por su parte, Juan decidió no seguir ya desde ese punto y continuamos su hermano José Luis y yo.

En montaña, el aspecto psicológico y de actitud es muy importante en situaciones como ésta. Si bien hay casos en los que el riesgo sí que es máximo, y ya apunto que por mi parte suelo evitar rutas con ese peligro, hay otros en los que, existiendo el mismo, el miedo está provocado más por lo que ves que por lo que realmente es. En este caso, y otros muchos, no es el trazado lo peligroso, si no lo que lo rodea. Si no estuviese la caída tan cercana, el sendero rocoso por el que se sube sería uno más sin dificultad alguna.

Con esa precaución fuimos ganando altura José Luis y yo por el sedo agarrándose o apoyándose con las manos en la parte derecha para mayor estabilidad hasta alcanzar la parte alta de la misma. Tras pasar algún pequeño paso delicado más, alcanzamos la cumbre de la Peña del Rubio a las 14:00 horas y habiendo hecho 4,900 km. La altitud de esta cima es de 1698 metros y desde ella, aparte de lo contemplado anteriormente, desde otra perspectiva, eso sí, vimos el valle Sur en el que se emplaza Genicera justo bajo nosotros. Algo más arriba, la collada de Valdeteja que divide igualmente las cuencas del Curueño y del Torío.

Nos sacamos unas fotos en la cima y dejamos una tarjeta en una bolsa cerrada entre un pequeño mojón de rocas antes de emprender el descenso no menos arriesgado que la subida. Con la misma precaución bajamos este tramo y nos reunimos con Juan de nuevo. Una trepada más antes de bajar a la falda de las rocas por la que habíamos pasado anteriormente y por la que hicimos el recorrido inverso continuando ahora hasta dejar atrás todo el macizo de la Peña del Rubio. Seguimos luego hacia el Este por la línea cimera hacia la Peña del Monte, nuestro siguiente objetivo. Entre ambas, y en línea recta, hay unos 650 metros.

Sin dificultad alguna recorrimos este tramo hasta esta pequeña formación a la que llegamos a las 15:10 horas y tras 5,800 km hechos. La cima de la Peña del Monte, de 1616 metros, la forma una roca aislada a la que se accede trepando unos dos metros y en cuya cima hay un hierro al que le falta la placa de coto de caza que vimos caída abajo. El viento, que ahora soplaba un poco más fuerte, me hizo sujetarme a ella para evitar que me tirase ya que apenas sí había lugar para una persona arriba. Saqué unas fotos y bajé de nuevo para reunirme con los compañeros que se habían acomodado a la abrigada de otra roca cercana para comer. Los nubarrones volvieron a cubrir de nuevo buena parte del cielo amenazando lluvia o tormenta. En el valle que teníamos justo de frente, al Norte, se veía un refugio. Yo volví a subir de nuevo a la cima para sacar algunas fotos más desde ella, pero en esta no dejamos tarjeta.

Cerca de las 17:00 horas retomamos la marcha, ya sin intención de ascender a ninguna cima más. Por delante teníamos la Peña Los Picos, 1675 m, el cuarto objetivo de la ruta, pero ya lo habíamos descartado y se veía también muy abrupto. Alcanzamos el collado anterior a ella y nos echamos hacia la pista que pasaba pocos metros más abajo. En pocos minutos nos metimos a la vera de un hayedo de la falda de la sierra y en él vimos ejemplares de gran envergadura. Tras un pequeño tramo de bajada llegamos a una bifurcación a la derecha que se internaba en el bosque y por la que hace unos años habíamos subido y bajado al Cueto Cabañas, siguiente cumbre de la sierra tras la Peña Los Picos.

El hayedo quedó atrás y fue sustituido por un gran pinar. Entre éste y el camino baja el arroyo Valdiforno prácticamente seco. Sin abandonar ya el ancho camino fuimos perdiendo altura y a las 18:00 horas entramos en Redilluera. Por sus calles, entre verdes fincas y casas de piedras, nos encaminamos hacia el final de la ruta dejando también la iglesia atrás. Se mantenía nublado, pero el agua nos estaba respetando hasta el final. Tras cruzar parte del pueblo llegamos a las cercanías del cementerio donde teníamos la furgoneta y donde terminamos la ruta a las 18:10 horas. 9,500 km y 640 metros de desnivel acumulado marcaba el GPS.

Nos cambiamos allí mismo y 20 minutos después iniciamos el viaje de regreso. En Lugueros hemos parado a tomar un refrigerio antes de retomar el viaje mientras comenzaban a escaparse algunas gotas de lluvia. Ya en La Valcueva paramos unos minutos y allí quedó José Luis mientras Juan y yo continuamos hacia León. A las 20:40 horas entramos en la ciudad y poco después quedó Juan cerca de casa. A las 20:50 horas llegaba yo a la mía donde un termómetro cercano marcaba 18º C.

Buena ruta la de esta jornada, en la cual nos respetó la climatología adversa que se preveía, dejándonos disfrutar de unos bonitos paisajes en esta recta final del verano.

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