miércoles, 12 de mayo de 2021

LAS MERINDADES (1) - SIERRA DE VALNERA 03-05-21

1ª ASCENSIÓN AL “PICO DE LA MIEL”, “CASTRO VALNERA” Y “TORCAVEROSA”. (Puerto de Lunada).

1ª TRAVESÍA “OJO GUAREÑA - PICO CUERNO - VILLAMARTÍN DE SOTOSCUEVA - VENTANÓN - OJO GUAREÑA”. (Las Merindades).

1ª TRAVESÍA “PASARELAS DE LOS HOCINOS”. (Puente del Aire -Las Merindades).

03/05-05-21


Un mes después de hacer las rutas en la provincia de Soria durante tres días, he vuelto a repetir la experiencia en tierras burgalesas aprovechando en esta ocasión unos días de vacaciones que tenía. Al coincidir entre semana, la participación se redujo a tan solo dos participantes, Ana y yo, lo cual no impidió que disfrutásemos al máximo durante estas jornadas en las que recorrimos algunos parajes de la comarca de Las Merindades, en el Norte de dicha provincia burgalesa.

Desde aquí llevaba estudiadas y programadas las marchas a realizar en estos tres días, no así el orden, que dependía un tanto de la previsión algo irregular del tiempo que teníamos. Al final, y salvo la última, que cambiamos en el último momento, el resto sí lo ajustamos más o menos a lo preparado. Por un lado estaba la ascensión al Castro Valnera, en la Sierra de Valnera, cumbre limítrofe con Cantabria que desde hace unos cuantos años teníamos pendiente en el grupo y que por unas circunstancias u otras nunca nos había cuadrado hacer. La segunda que me convenció en la zona fue la del entorno de Ojo Guareña, un complejo kárstico con roca, río y una ermita, la de San Bernabé, incrustada en la misma pared, creando todo ello un paraje espectacular que en esta ocasión solo visitamos por fuera al encontrase cerradas las diferentes cuevas y galerías que lo componen. Ampliamos esta ruta con la subida al pico Cuerno y el Ventanón, dos impresionantes miradores sobre valle de Sotoscueva. La tercera prevista, y que luego conmutamos por la que luego hicimos, era la subida a la cascada de La Salceda, en ese mismo valle, pero en las laderas contrarias. La incertidumbre de que tuviese o no mucha agua y que mereciese la pena subir a verla nos hizo variar el plan para ese último día, improvisando al final Las Pasarelas de Los Hocinos, más al Sur y ya en el trayecto de regreso.

En cuanto al alojamiento, Ana fue la encargada de hacer la reserva de la habitación en una bonita casa rural de Espinosa de los Monteros, muy cerca de los lugares escogidos para las rutas. Y con éstas preparadas y el alojamiento reservado, solo nos restaba que llegase el día para iniciar estas andanzas montañeras.                      

 

LUNES 3

1ª ASCENSIÓN AL “PICO DE LA MIEL”, “CASTRO VALNERA” Y  “TORCAVEROSA”. (Puerto de Lunada).


Poco pasadas las 6:30 horas iniciaba el viaje hacia Burgos con un cielo medio encapotado por nubes que ya se notaban en un cielo que comenzaba a clarear por el Este. Por la A-60 salí de León para continuar por ella varios kilómetros antes de enlazar con la A-231 hacia la capital burgalesa. Sin novedades fui avanzando por la misma con los claros y las nubes alternándose en el cielo mientras amanecía por completo y se escapaban algunas gotas de lluvia durante un breve espacio de tiempo.

Ya cerca de Burgos se enlaza con la BU-30 y con la BU-11 por la que entré hacia el centro de la ciudad. Había quedado con Ana en la estación de autobuses a las 8:00 horas, y al final llegamos casi a la par 15 minutos más tarde. Ella venía desde Aranda de Duero.

Salimos de Burgos atravesando páramos, algunos desfiladeros y puertos según avanzábamos hacia el Norte mientras se oscurecía cada vez más el cielo. Bajando el puerto de La Mazorra hice una parada para sacar una panorámica del valle de Valdivielso medio cubierto por las nieblas. Ya en la parte baja cruzamos el río Ebro por el bonito Puente del Aire, del siglo XV y construido con piedra. Allí hicimos una pequeña parada para sacar unas fotos del mismo, sin saber que dos días después iniciaríamos la ruta del Desfiladero de Los Hocinos o Las Pasarelas en ese punto.

Continuamos el viaje hasta llegar a Villarcayo, gran localidad que atravesamos antes de abandonarla con la misma orientación Norte durante varios kilómetros para luego cambiar el rumbo y dirigirnos hacia nuestro primer destino, Espinosa de los Monteros. A las 10:00 horas aparcamos en la plaza de dicha localidad habiendo hecho hasta allí 284 km desde Armunia.

Los cielos estaban más despejados en esa zona e incluso algo más hacia la orientación del puerto de Lunada. Como ya apunté, llevábamos las rutas previstas, pero no el orden, que íbamos a decidirlo sobre la marcha dependiendo sobre todo de la climatología. No es lo mismo hacer con mal tiempo una ascensión que una travesía. Viendo la mejoría del mismo en ese momento decidimos subir hacia el puerto para hacer ese día la ascensión al Castro Valnera.

Nos tomamos un café en uno de los bares de la plaza y retomamos el viaje de 17 km hasta el alto de Lunada. En este trayecto pudimos disfrutar de unos paisajes impresionantes con la sierra de fondo y las verdes praderías con bonitas y típicas casas en medio de las mismas completando las estampas. Nos encontramos con un gran rebaño de vacas en medio de la estrecha carretera que tuvimos que adelantar a velocidad mínima para no asustarlas mientras el ganadero intentaba arrimarlas lo mejor que podía. En dicha sierra ya podíamos ver las cumbres a las que luego subiríamos, aunque de momento no las identificábamos. El cielo se despejaba de nubes cada vez más, lo cual nos animaba enormemente.

A las 10:45 horas llegamos al Portillo de Lunada, límite provincial y autonómico de Burgos y Cantabria. Un indicador marca su altitud de 1350 metros, pero tanto en el GPS como en diferentes mapas lo he visto con una altura de 1320 metros, la cual voy a dar por válida para esta ruta. Hasta allí había hecho 301 km.

Nos preparamos para la ruta en ese punto en el que dejamos la furgoneta antes de iniciar la marcha a las 11:00 horas. Un sendero nos metió de lleno a la sierra por debajo de unas rocas con dirección Oeste. Poco a poco fuimos viendo parte de la carretera que baja el puerto hacia Cantabria por el valle del río Miera. Fuimos cambiando el rumbo para coger la orientación de esta primera parte de la cresta hacia el Suroeste. El sendero subía suavemente por la misma en un terreno montano de pradera y matojos bajos. Varios hitos de piedras apiladas iban marcando el rumbo, que en condiciones normales son innecesarios. No así cuando la niebla se puede cerrar y no se lleva GPS, por ejemplo.

Subiendo una ladera algo más pendiente nos encontramos con un indicador que marcaba “Alto Las Corvas”, una de las varias antecimas a las principales. En este alto nos encontramos uno de los numerosos neveros aislados que quedan en esta sierra y que rodeamos para seguir la subida entrando ahora en una zona quemada que, como luego comprobamos, era bastante extensa. Hemos sabido que son incendios provocados para producir mejor pasto para el ganado, aunque no le veo mucho sentido en esas partes tan altas de la sierra.

El paisaje se fue ampliando y comprobamos como hacia el Norte aparecía por sorpresa la costa y en ella la Santander y su bahía. Lo teníamos a unos 35 km en línea recta, por lo comprobado luego en el mapa. Además veíamos algunas localidades más costeras así como varios barcos con el zoom de la cámara.    

Seguimos la cómoda subida mientras algunos nubarrones aparecían por el Suroeste ocultando el sol por momentos. A las 12:00 horas alcanzamos la primera de las cimas principales de esta Sierra de Valnera, el Pico La Miel, con dos cotas distanciadas unos 400 metros entre ellas. Pues bien, en esta primera, aun siendo la mas baja con 1564 m, era donde estaban las señales de cumbre. Por un lado había un soporte metálico con un buzón adherido y coronado por una furgoneta también metálica y con pintura un tanto “hippie”. Cerca del mismo había una figura de un montañero sobre una montaña perfilada todo ella en hierro y anclada en una roca entre la que vimos un belén de cumbres. Hasta ese punto llevábamos 1,700 Km.

Desde allí veíamos la cima del Castro Valnera al Oeste así como los amplios y verdes valles cántabros al Norte. Al Sur, bajo nosotros, los remontes e instalaciones de la estación de ski de La Lunada. Ésta se encuentra en desuso para esquiar, aunque se siguen haciendo algunas actividades invernales en ella, como marchas con raquetas. Por el amplio valle también sube la carretera hacia el puerto y que está cerrado por otra sierra en la que se emplazan cumbres como Las Motas, Becerril, Bustarejo o Peña Lusa, con altitudes entre los 1450 y 1620 metros. En el alto de Las Motas, o Pico del Fraile, podíamos ver una gran esfera y algunos edificios que hasta ahora, mirando el mapa detenidamente no pude identificar, tratándose de un complejo militar.

Nos sacamos unas fotos y dejamos la tarjeta en el buzón antes de retomar la marcha hacia la siguiente cima. Tuvimos que rodear y bajar un pequeño paso rocoso para seguir por la cresta quemada hacia esta segunda cota de 1569 metros de altitud, pero como ya avancé, sin ningún signo de cima en ella. Fue desde la misma donde descubrimos lo que nos restaba a la cima principal del Castro Valnera y de lo que no me percaté al estudiar la ruta. Entre nosotros y el Castro Valnera se interponía un collado de 1415 m hacia el que había que bajar casi verticalmente. De frente se veía infranqueable con caídas verticales, aunque por el track del GPS sabía que había que echarse al Sur siguiendo el sendero que traíamos.

Nos echamos por el mismo trazando algunos zigzag por la pendiente ladera que casi daba vértigo. Llegamos al espolón que nos separaba de otra vaguada por la que vimos desviarse otro sendero que se metía hacia ella para rodear el Pico de la Miel por el Sur. Nosotros seguimos la dirección contraria hacia el collado ya no lejano al que llegamos a las 13:10 horas tras 3,200 km hechos. Desde esta cota de 1415 metros seguíamos viendo al Norte los verdes valles cántabros y al Sur otro en el que se emplaza el paraje del Bernacho con algunas cabañas entre las praderías. Ese lugar es otro de los puntos habituales de inicio para ascender a la sierra, sobre todo si se quiere ir más directamente al Castro Valnera evitando las cimas anteriores. La altitud del Bernacho es de 1120 metros. Hacia esa parte se veían también fuertes pendientes y algunos riscos verticales en las paredes.

En este collado dejamos atrás al terreno quemado e iniciamos la subida por lomas más verdes entre matorral muy bajo hasta alcanzar otro paso divisorio de valles desde el que vimos la grandiosa vega en la que nace el río Pas. Bajo nosotros, aunque invisible, estaba el manantial y la cascada del nacimiento de dicho río y hasta el que hicimos una ruta allí en junio del 2003.

Estábamos a 1505 metros de altitud y entre las cumbres del Castro Valnera al Suroeste y el Torcaverosa al Norte. Nos echamos por el sendero bastante vertical hacia el primero de ellos dejando atrás otra estaca con un indicador y el nombre de la cumbre pintado. En el terreno vimos numerosas babosas negras que intentamos sortear sin pisarlas. Subimos algunos tramos entre roca y cambiamos la dirección a Oeste ya por la cresta misma. Cruzamos o rodeamos algún nevero que otro en esta subida durante la cual ya disfrutábamos de unas vistas espectaculares. El tiempo seguía respetándonos a pesar de algunos nubarrones que rondaban de vez en cuando. Ya con la cima a la vista, pero aún a una distancia decente, se suavizó la pendiente. Por el Norte caían a plomo las paredes verticales mientras por el Sur eran algo más suaves las laderas, aunque también había tramos similares.

A las 14:25 horas alcanzamos la cima del Castro Valnera, con 1717 metros de altitud, tras 5,000 km hechos desde el puerto de Lunada. En ella encontramos un buzón metálico casi a ras de suelo y un vértice geodésico truncado también a ese nivel. Las panorámicas que teníamos eran impresionantes en redondo con valles burgaleses por el Sur y los cántabros al Norte. Hacia esa orientación seguíamos viendo parte de la costa distinguiendo, además de Santander, varias localidades más que no acierto a identificar. La calima impedía ver más claramente las mismas así como algunas cumbres nevadas que emergían al Noroeste. Bajo nosotros teníamos la bonita Vega de Pas, que ya veíamos desde el collado anterior, y lugar de origen de los conocidos y originales “sobaos pasiegos”. Sí se podía ver claramente el embalse del Ebro al Oeste así como los numerosos molinos eólicos en otras lomas más bajas de esa dirección. Por el Sur caían las laderas algo más escalonadas hacia los valles y barrancos. También desde allí veíamos la sierra que anteriormente describí al otro lado de la carretera del puerto, evidentemente bastante más alejada ahora.

Nos acomodamos para comer disfrutando de toda esta vista dejando luego la tarjeta nuestra en el buzón de cumbres y nos sacamos varias fotos con los diferentes fondos. A las 15:44 horas emprendimos el descenso siguiendo el mismo sendero anterior. Me preocupaba un tanto la vuelta por dos motivos, o tener que subir de nuevo el fuerte desnivel al Pico de La Miel o coger el sendero que lo rodeaba sin saber exactamente donde nos llevaría. Por otro lado, al Norte de dicho pico había visto también un sendero a media altura, pero no estaba muy claro tampoco donde terminaba y además la ladera de ese lado era enormemente inclinada.

Fuimos descendiendo por la cresta y bajamos el tramo más pendiente hacia el primer collado. Allí decidimos subir al cercano Torcaverosa, a cuya cumbre solo teníamos unos 35 metros de desnivel. En cinco minutos subimos una loma suave y herbosa que nos llevó a esta cumbre de 1544 metros de altitud. Desde la misma tuvimos una vista de toda la pared Norte del Castro Valnera y del ennegrecido Pico de La Miel. No había señal alguna de cima y no dejamos tarjeta en esta cima montana. Eran las 16:30 horas cuando habíamos alcanzado la misma y apenas estuvimos unos minutos antes de emprender el descenso hacia el mismo collado. Rodeamos un pequeño hoyo ya camino del collado bajo el Pico La Miel y fue en este tramo cuando vimos a un grupo de jóvenes con perros en otra ladera algo más al Sur. Estaban bajando y poco después iniciaron la subida por el mismo sendero por el que nosotros habíamos bajado.

Desde este paso de 1415 metros iniciamos la remontada bajo el Pico La Miel hasta el collado entre vaguadas. En este punto abandonábamos la ruta de por la mañana, que ascendía casi vertical hacia esta cumbre, y nos echamos por el otro ramal que lo rodeaba por el Sur sin saber muy bien donde nos llevaría. Claro, teníamos la furgoneta en el puerto, y si nos hacía perder mucha altura, tendríamos que remontar esa diferencia al final.

Entramos en la primera de las vaguadas hacia la que se precipitaban las paredes verticales del pico y bajo las cuales aún quedaba neveros y algunas lagunillas. Bajamos unos metros antes de subir por la ladera contraria que nos dio paso a una zona mas “llana” cargada de matorral bajo y arboleda, robles y hayas, si no me equivoco. Cruzamos entre todo ello con suaves vaivenes en el terreno mientras nos alejábamos de las paredes del pico y la carretera del puerto aparecía por delante de nosotros, aunque a mucha distancia aún. Grandes grietas y simas fueron surgiendo en el suelo según avanzábamos, algunas señalizadas y otras no. Una ruta por allí con algo de nieve que las oculte podría suponer un gran peligro.

Así apareció delante de nosotros la estación de ski a cuya parte baja llegamos cuando eran las 17:40 horas y habiendo hecho un total de 9,900 km desde el inicio. Nos encontramos con una nave medio en ruinas y por encima se veía otro edificio donde comenzaban los remontes. Estábamos ya por debajo del puerto y teníamos que subir hacia él, para lo cual había un par de alternativas. Podíamos hacerlo por una ladera desde allí mismo hacia la cresta por la que habíamos subido, intentando atajar, o dirigirnos hacia la carretera del puerto para subir por ella. Optamos por la segunda y cruzamos la carretera que llega a la estación de ski antes de ubicarnos en el borde de otra vaguadina. Descendimos hacia ella situándonos en ese momento en el punto más bajo de la ruta a una altitud de 1242 metros.

Iniciamos la remontada por la loma contraria y cruzamos unos cables de otro pequeño remonte antes de pasar al lado de un antiguo pilón de agua donde seguía manando ésta. Los tojos puntiagudos cubrían toda esa loma por la que íbamos subiendo a la par que nos dirigíamos hacia el Alto de Lunada. Poco a poco los tojos fueron sustituidos por un amplio campo rocoso y calizo lleno de hendiduras y simas que había que ir sorteando. En esos momentos un gran nubarrón oscuro dejó escapar algunos goterones de lluvia que por fortuna no fueron a más. Para poco que nos quedaba no nos hubiese hecho gracia mojarnos. 

El ultimo tramo volvió a ser más montano por otra vaguada en la que el sendero volvía a reaparecer por encima del arroyuelo que descendía por ella. Escasos metros nos restaban al alto del puerto en el que terminamos la ruta cuando eran las 18:10 horas. El GPS nos daba estos dos datos principales: 10,900 km hechos con un desnivel acumulado de 829 metros.    

Nos cambiamos un poco y emprendimos el descenso minutos más tarde. Al igual que en la subida, fui parando de vez en cuando a plasmar en fotos las bellas postales que podíamos ver en el valle. En un prado vimos pastando unos caballos y burros. Ahora sí identificamos las cumbres a las que habíamos subido en la sierra. En un pueblo, Bárcenas, tuvimos que parar por un rebaño de ovejas que cruzaba la carretera....y también un gallo.

Llegamos a Espinosa de los Monteros y nos dirigimos hacia la casa rural donde habíamos quedado por teléfono con la propietaria. “La Casa Encanto” es el nombre de este alojamiento rural al que llegamos a las 19:00 horas y donde ya estaba esperándonos ésta para hacer el ingreso. Nos enseñó nuestra habitación con doble cama y baño, y el resto de la casa, que esa noche no tenía más ocupantes. Aparte de esta habitación, dispone de otras cuatro y un salón / cocina en la planta baja. La decoración de la misma es muy rústica con cuadros, espejos, lámparas y muebles estilo antiguo. Parte de las paredes están cubiertas por papel pintado y el resto con piedra vista y los techos de madera con algunas gruesas vigas.

Nos cambiamos y adecentamos un poco antes de salir a dar un paseo por el pueblo. Espinosa de los Monteros se emplaza a una altitud media de 755 metros y cuenta con varios edificios destacados. En la plaza está el ayuntamiento, edificio de finales del siglo XIX con unos soportales en la facha principal y balcones superiores. También la gran iglesia de Santa Cecilia, de estilo renacentista del siglo XVI y parroquia principal de Espinosa. Vimos en otra calle un gran caserón con una entrada al patio frontal entre dos grandes columnas y cubos de piedra fortificados, la Torre de Los Monteros, del siglo XIV. En medio de un prado aún iluminado por el sol se erigía otra casa con solera. Otras muchas de ese estilo estaban medio en ruinas, pero permanecían esos vestigios en sus fachadas de haber sido viviendas con clase. La mayoría de ellas conservaban las balconadas de madera acristaladas. Muy cerca de la plaza del ayuntamiento se encuentra el Palacio de los Chiloeches, otro gran edificio de estilo barroco del siglo XVII con añadidos posteriores, según consta en los datos de su historia.

En un bar cercano al mismo nos acomodamos para cenar un poco mientras atardecía fuera. Cuando salimos nos encontramos con esos mismos edificios y monumentos ya iluminados dándoles incluso una vista aún mas guapa. Nos fuimos hacia la casa rural, ya que aún seguía el toque de queda a las 22:00 horas, y en ella estuvimos un rato en el sofá viendo la tele, con los móviles, etc, etc, hasta la hora de acostarse.

Sin duda acertamos con la ruta de esta primera jornada por Las Merindades burgalesas. Personalmente me “quité la espinita” que tenía desde hace muchos años con la ascensión al Castro Valnera, al que tendremos que volver con el resto de compañeros que también la tienen pendiente desde aquella. Por otro lado, el tiempo nos acompañó y tan solo cuatro gotas nos cayeron al final de la marcha. El paseo por Espinosa de los Monteros al final del día fue el mejor colofón de la jornada.  

TRAYECTO HASTA BURGOS





BURGOS
VALLE DE VALDIVIELSO DESDE EL PUERTO DE LA MAZORRA
RÍO EBRO Y PUENTE DEL AIRE



IGLESIA DE SANTA CECILIA EN ESPINOSA DE LOS MONTEROS
AYUNTAMIENTO

SUBIENDO HACIA EL PUERTO DE LUNADA





PUERTO DE LUNADA



MAPA ESQUEMA
ENLACE RUTA WIKILOC:


VISTA SATÉLITE
INICIO DE LA RUTA (11:00 h)

BAJADA DEL PUERTO HACIA CANTABRIA

HACIA EL PICO LA MIEL

VALLES CÁNTABROS


LOMAS QUEMADAS
SANTANDER Y BARCOS EN EL MAR

PANORÁMICA AL NORDESTE


PICO LA MIEL COTA NORTE (1564 m)
EL CASTRO VALNERA AL FONDO
LA CURIOSA FURGONETA Y BUZÓN
BELÉN DE CUMBRES
FIGURA METÁLICA

HACIA LA COTA SUR

VISTA HACIA EL VALLE BURGALÉS AL SUR
COLLADO Y CASTRO VALNERA DESDE LA COTA SUR DEL PICO LA MIEL
DESCENSO POR LA LOMA QUEMADA

PAREDES VERTICALES DEL PICO LA MIEL
SANTANDER EN LA LEJANÍA

SUBIDA HACIA EL CASTRO VALNERA

BICHITOS


PENDIENTE LADERA Y NEVEROS


ÚLTIMO TRAMO MÁS SUAVE A LA CIMA
CANALES AL NORTE

CIMA DEL CASTRO VALNERA (1717 m)


VEGA DEL PAS AL NORTE
EMBALSE DEL EBRO AL OESTE
SANTANDER EN LA COSTA CÁNTABRA
VISTA HACIA EL SUDESTE

INSTALACIONES EN EL PICO DE LAS MOTAS
DESCENSO
VALLES CÁNTABROS

VALLE DEL BERNACHO




TORCAVEROSA (1544 m) Y EL CASTRO VALNERA DE FONDO

PICO LA MIEL Y COLLADO

BRAÑAS EN CANTABRIA
PICO LA MIEL
RODEANDO ESTA CUMBRE POR EL SUR




CASTRO VALNERA A CONTRALUZ
CAMINANDO HACIA LA ESTACIÓN DE SKI
SIMAS
ESTACIÓN DE SKI DE LA LUNADA
REMONTES BAJO EL PICO LA MIEL
ATRAVESANDO LAS ZONAS ROCOSAS

LOS NEGROS NUBARRONES NOS DEJARON ALGO DE LLUVIA




LLEGANDO AL PUERTO DE LUNADA (18:10 h)

FIN DE RUTA
PAISAJES EN EL DESCENSO







EN BÁRCENA

CASA RURAL EN ESPINOSA DE LOS MONTEROS











PASEO POR ESPINOSA
TORRE DE LOS MONTEROS
CASERÓN EN LAS PRADERAS


MONUMENTO A SANCHO GARCÍA, FUNDADOR DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS
AYUNTAMIENTO
IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA CECILIA
PALACIO DE LOS CHILOECHES AL FONDO
CENANDO UN POCO
LA IGLESIA ILUMINADA

PALACIO DE LOS CHILOECHES
IGLESIA Y AYUNTAMIENTO

PANORÁMICA NOCTURNA DE LA PLAZA


DE VUELTA EN EL ALOJAMIENTO



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