EL BLOG DE JAVI GALLEGO: MURIA BRAVA

martes, 9 de mayo de 2017

MURIA BRAVA - 07-05-17

1ª ASCENSIÓN A LA “MURIA BRAVA” (Torrestío)

07-05-17 (Domingo)

Hemos comenzado este mes de mayo con una ruta un tanto exigente por su desnivel, unos 1000 metros, como por su distancia, 18 Km. El transcurso de la misma fue satisfactorio y pudimos disfrutar de unos bellos paisajes durante la ruta en sí y desde la cumbre.

A las 8:00 horas hemos salido de mi casa Mª Jesús, José Luis y yo en el coche de José. Ya en León recogimos a José Antonio para salir por la carretera hacia La Magdalena donde nos incorporamos a la autopista para pasar el tramo del pantano de Luna, bajo mínimos a estas alturas de la primavera tras un invierno con escasas nevadas caídas. Dejamos esta vía para seguir por la carretera que nos metió en Babia llegando a San Emiliano sobre las 9:00 horas. Allí estaba ya José Carlos esperando, y al no encontrar ningún bar abierto, continuamos el viaje hacia Torrestío, inicio de la marcha.

A las 9:15 horas aparcamos en dicho pueblo, emplazado a 1353 metros de altitud, preparándonos para la ruta. A las 9:35 horas emprendimos la marcha teniendo nuestro objetivo a 6,000 Km en línea recta. Cruzamos parte del pueblo, en el que vimos algunos hórreos y bonitas fincas con edificaciones de madera y piedra en algunas de ellas y caballos pastando. No tardamos en encontrarnos la ya conocida señal de tráfico de peligro con una gallina pintada en medio avisando de la presencia habitual de estas aves en las calles de dicho pueblo.

Ya en las afueras llegamos a la bifurcación de la ruta de ida y de vuelta que queríamos hacer y cuyo sentido decidimos allí mismo. Optamos por comenzar por el camino del collado de La Farrapona y los lagos para luego volver por el valle de Valverde. Por el primero nos encaminamos hacia el Noroeste subiendo por la ancha pista por la que no tardamos en ver llegar los primeros vehículos de una larga sucesión de ellos que nos fueron adelantando durante el tramo que anduvimos por la misma. Se trataba de una concentración de geólogos que se dirigían hacia los lagos de Somiedo.

Avanzamos por este valle paralelos al río Traspando mientras ganábamos altura. Hacia atrás quedaba Torrestío con todo el cordal de Ubiña como fondo. Fuimos pasando entre la Peña Redonda y las cumbres del Norte subiendo a lo largo de casi 3,000 Km hasta que algunos abandonamos la ancha pista para cruzar el río y meternos en un sendero de la parte contraria. Poco a poco fue girando a Suroeste bajo la Peña Redonda para entrar en el valle de Traspando, una gran vega en la que se emplazan un par de refugios, uno más antiguo y abierto y otro mas reciente cerrado. Cerraba este valle frente a nosotros las Peñas de Traspando y varios collados. Allí nos juntamos de nuevo con los que habían cruzado el río algo más arriba para continuar por senderos que subían por las praderías hasta meterse en la lomas con algo más de piedra y de pendiente pronunciada. Tras este tramo de más inclinación pasamos otro más descansado antes de atacar fuertemente el último hacia el collado sin nombre situado al Norte de la Peña La Braña y emplazado a 1840 metros de altitud. Eran las 12:05 horas y llevábamos 5,100 Km.

Desde aquel punto, límite provincial con Asturias, divisamos el lago de la Calabazosa bajo nosotros y el Cerveriz más alejado así como varias lagunillas del entorno. No se veía el de La Cueva, oculto por las cumbres de la misma sierra. Además tuvimos una amplia panorámica de todo el circo que había que rodear para llegar a la Muria Brava, cumbre que veíamos en la parte contraria y muy alejada aún. En el trayecto hacia ella se podían ver también numerosos neveros que podían complicarnos el mismo, tanto por encontrarse muy blanda la nieve, como por dura y resbaladiza. Este circo lo componían las cumbres de las peñas de Traspando, Cualmarce, La Colorada, Calabazosa, La Peña, Pico Blanco, Diente de la Cuerna, Cueto Crespo y Muria Brava. Detrás de la misma estaba La Muela, Torre Orniz y Peña Orniz. Más al Oeste, encima de los lagos, los Picos Albos.

Retomamos la marcha por un sendero un poco por debajo de la línea cimera ya en la parte asturiana. José Antonio decidió descender varios metros e ir por la parte baja, aunque luego tuvo que remontar. Por el mismo lugar que él vimos a un joven que se nos unió en el collado siguiente, el de Sousas, 1918 m, desde el cual contemplamos el valle del mismo nombre que bajaba al encuentro con el de Valverde por el que luego regresaríamos.

Unos minutos después reanudamos la caminata por un sendero que enseguida nos metió en los primeros neveros, que de momento tenían la nieve blanda y no con mucha capa, por lo que se pasaban más o menos bien. En ellos el sendero se perdía, aunque era muy intuitivo su trazado, que reaparecía al termino de los mismos. Fran, que así se llamaba el joven Lucense, no llevaba un objetivo concreto y se unió a nuestro grupo.

No tardamos en dividirnos nosotros. José Antonio siguió la línea de cumbres y al final ascendió a la Calabazosa. Por su parte, José Carlos optó por llevar otro sendero más bajo para evitar tanto nevero. El resto seguimos a media altura pasando bajo las varias cumbres del circo, incluida la Calabazosa. Llegamos entonces al collado de la Cuerría, que dejamos un poco al Sur para seguir ascendiendo metidos al Norte del macizo de la Muria Brava bajo el Cueto Crespo, cima anterior. Hacia él emprendió la subida José Luis, aunque le advertí que el cresteo no era nada accesible, como yo había leído en varias descripciones de la ruta.

Mª Jesús, José Carlos, Fran y yo seguimos el track del GPS que marcaba la subida por el Noroeste de la cumbre. Cruzamos algunos neveros más, éstos con nieve más endurecida donde había que clavar la puntera de la bota para evitar patinajes en la pendiente ladera. A las 14:37 h alcanzamos el estrecho collado entre la Muria Brava, al Este, y La Muela, al Oeste, situado a 2107 metros. Enseguida vimos que la subida era por las rocas pegadas al precipicio Sur de la sierra y por las que enseguida treparon José Carlos y Fran. Mas alejada de estas paredes había una canal en cuya parte baja se acumulaba la nieve medio helada. Mª Jesús y yo decidimos rodear el nevero, aunque hubo que pisar algún tramo, y emprender la subida por la pendiente canal. A las 14:45 horas alcanzamos la cima de la Muria Brava con 2126 metros de altitud tras haber caminado 9,400 Km.

Poco después llegaba José Antonio, por la línea de cumbres, y José Luis, que había bajado unos metros. El cielo se había ido cubriendo por negros nubarrones, aunque no amenazaba por cerrarse por completo. La vista desde aquella altitud era espectacular con infinidad de cumbres a la vista. Al Oeste, tras La Muela, ascendía la cresta de Torre Orniz y detrás la Peña Orniz. Girando de Sur a Este, unos más lejos y otros más cercanos, teníamos el Montigüero, la Peña Congosto, Morronegro, el macizo de Ubiña, la Peña Solarco o La Calabazosa. Por el Noroeste estaban todas las demás cimas de Somiedo: Picos Albos, Los Bígaros, Ferreirúa, entre otros. Muy alejada se distinguían las altas antenas del alto del Gamoniteiro. No eran visibles ninguno de los lagos, tan solo la laguna de Congosto al Sur medio seca y algunas lagunillas cercanas. Al fondo del valle de Torre se veía Torre de Babia y algo más alejado, Huergas. Al Norte nos parecía ver unas casas de Valle de Lago.

Esta cima es también divisoria provincial y en ella encontramos un bote de cristal vacío en el que dejamos nuestra tarjeta de cumbres. El espacio en ella es reducido y no se puede uno despistar ya que las caídas verticales, sobre todo al Sur, son de varios metros. Nos acomodamos en la misma para comer disfrutando de este amplio paisaje en redondo. La nieve ya solo se veía en las partes más altas, y en neveros aislados.

Tras sacarnos unas fotos de grupo emprendimos el descenso a las 16:15 horas por la canal que nosotros habíamos subido. Algunos variamos el tramo inferior un poco rodeando el nevero por la otra orilla hasta salir del mismo. Al poco vimos al Norte una pequeña luz muy brillante en la cima de una cumbre lejana. Con el zoom de la cámara de fotos comprobé que era el reflejo del sol en lo que parecían unos paneles solares de unas antenas. Cruzamos los neveros por las huellas anteriores perdiendo altura rápidamente. Más adelante rodeamos una poza por el lado contrario al de subida encontrándonos con unas curiosas formaciones rocosas en forma de losas verticales y de tono rojizo. José Luis había subido por esa zona.

Así llegamos a las cercanías del collado de Cuerría, 1946 m, en el que nos despedimos de la grata compañía de Fran, que continuaba ruta hacia la zona de los lagos donde tenía el coche. Antes nos sacamos unas fotos de grupo allí mismo tras lo cual nosotros alcanzamos dicho collado. Nos encontramos entonces con que había un destrepe por roca que bajamos con suma precaución hasta enlazar con el sendero de la parte baja ya metidos en el valle de Congosto y del río de La Majúa.

Por dicha senda perdimos altura hasta ponernos paralelos al río, que allí aún era un pequeño arroyo. Este valle está escoltado en su parte alta por las cumbres del Pico Blanco, La Calabazosa, Peña Solarco y la Pialda por la izquierda mientras que por la derecha se encuentra La Cervata, la Peña Congosto y Vega Redonda. En su cabecera se emplaza la Muria Brava y el Cueto Crespo así como Peña Orniz y Torre Orniz.

Descendíamos por el sendero cuando encontramos encima de una gran peña al “Tío de la Vara”, al que hacía tiempo no veíamos. Conseguí sacarle una foto antes de desaparecer. En las laderas de la Calabazosa vimos un rebeco y más adelante otro en la de Congosto. Cruzamos una zona rocosa y estrecha por encima de La Foz, un desfiladero por el que se precipita el río formando numerosas cascadas, una bastante alta al final del mismo hacia la que algunos nos desviamos unos metros para verla mejor.

Enlazamos allí mismo con un ancho camino que venía del valle y por el que subimos unos pocos metros hacia la collada de Queixeiro, 1751 m, dando paso al valle de Valverde. Ya por éste transcurría un sendero que descendía siguiendo el trazado de la loma Sur teniendo al lado contrario las cumbres tras las cuales está el circo de los lagos por el que habíamos subido anteriormente. Cruzamos el arroyo Moruquíl, afluente del Valverde, al que no tardamos en colocarnos paralelamente. Por las praderías seguimos el sendero que desembocó más abajo en un ancho camino. El sol ya se ocultaba tras las cimas del Oeste y en la del Morronegro se metía la niebla desde hacía un rato. También frente a nosotros veíamos las cimas de la zona Norte de Ubiña ya cubiertas por completo. Pasamos luego entre un refugio y la majada cercana para seguir por el camino mientras aparecía la luna por el Sudeste.

Al fin dimos vista a Torrestío situándonos justo encima, teniendo una bonita y amplia panorámica del mismo emplazado entre las verdes praderías. Tras un tramo de fuerte pendiente y cementado llegamos al enlace con el camino de La Farrapona por el que habíamos subido. Eran las 20:20 horas. Allí entrábamos en el pueblo por el que nos restaban por recorrer poco más de medio kilómetro por la calle principal en la que teníamos el coche aparcado donde ya estaba José Luis. A las 20:35 horas terminamos esta larga ruta de la que el GPS nos dio estos datos: 970 metros de desnivel acumulado con un recorrido total de 18,200 Km.

Nos cambiamos y poco después emprendimos el regreso. En San Emiliano paramos a tomar un refrigerio, hicimos las cuentas de gasolina y nos despedimos de José Carlos. Pasamos el pantano por la autopista saliendo en La Magdalena hacia la capital. En la anterior ruta descubrí que el GPS también traza rutas por carretera cuando el inicio y final están unidos por ésta y aproveché para probarlo en este trayecto de vuelta. Los datos son muy simples, pero útiles cuando en una ruta hay algún tramo asfaltado y se quiere saber la distancia exacta. En montaña la traza lineal.

Ya era noche cerrada cuando llegamos a León a las 22:25 horas. Dejamos a José Antonio en casa y seguidamente nos dirigimos hacia Armunia donde quedamos Mª Jesús y yo 15 minutos más tarde.

Ruta dura la de hoy, pero con buen transcurso y resultado. Yo me he sorprendido al encontrarme con una energía que pocas veces me acompaña en este tipo de ascensiones. A ver si se mantiene.

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