EL BLOG DE JAVI GALLEGO: PEÑA PERICO Y PICO TRESPEÑA

jueves, 9 de febrero de 2017

PEÑA PERICO Y PICO TRESPEÑA - 05-02-17

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1ª ASCENSIÓN A LA “PEÑA PERICO” Y AL PICO “TRESPEÑA” (Olleros de Sabero)

05-02-17 (Domingo)

Este primer domingo de febrero nos hemos levantado en León capital con la nieve cayendo con ímpetu, aunque no tardó en cesar. Viendo lo que podíamos encontrarnos en la montaña, busqué alguna ruta alternativa a la prevista, aunque terminamos haciendo ésta. Tan solo José Luis y yo nos animamos a salir en esta jornada invernal de la que al final disfrutamos plenamente.

Sobre las 9:15 horas salí en busca de José Luis al que recogí minutos después en casa. Tras parar a comprar pan en Eras de Renueva salimos de León por la carretera de Santander hasta el enlace con la de Boñar. La nieve abundaba cada vez más en el terreno y comenzó a caer con fuerza. Nos desviamos hacia el valle de Sabero mientras nevaba con abundancia y con la carretera ya cubierta totalmente. Bajé la velocidad al mínimo y así comenzamos a subir el collado que separa la cuenca del Porma de la del Esla. Fue bajando cuando tuvimos un pequeño susto al irse la furgoneta, incluso en primera y sin acelerar. Por suerte pude controlarla y paré en un lateral de la vía. Si me asustó más ver a otro coche, que venía pegado por completo a mí, hacer malabares para no darme. De “chiripa” libré.

Pues bien, intentamos colocar las cadenas, y después de un rato y la poca práctica, solo las he colocado una vez y de prueba, tuvimos que desistir. Retomamos la marcha con precaución sin ningún contratiempo más hasta llegar a Olleros de Sabero, 1060 m, a las 11:00 horas.

Aparcamos en una calle muy cerca de la carretera mientras el sol comenzaba a brillar en el cielo. Nos preparamos para la marcha y a las 11:25 horas la iniciamos cruzando la carretera general por la que habíamos llegado y pasando a la vera de una fuente de piedra, “El Caño Real” figuraba en una placa de la misma. Al Este veíamos la cresta en la que se emplazaba la Peña Perico a la que nos dirigíamos. Cruzamos el barrio de La Mata y salimos por la calle del cementerio, al lado del cual pasamos minutos después. Enseguida se termino el asfalto y seguimos por un camino de tierra cubierto por la nieve caída desde hacía pocas horas, según nos contó un lugareño que subía hacia un refugio que tenían él y otros socios más arriba. Con él caminamos un rato hasta que nos dejó atrás mientras nosotros parábamos a sacar fotos del aquel bonito paisaje nevado entre algo de arboleda.

Dejamos atrás un merendero y una estructura de troncos de madera a modo de túnel que entraba a una finca. Hacia atrás veíamos Olleros y el alto de La Camperona tras la cual volvía a ennegrecerse el cielo. Poco a poco se cubrió por completo y la nieve hizo presencia. Íbamos ascendiendo por un valle entre la sierra de la Peña Perico al Norte y el alto de La Cerra al Sur. A las 12:25 horas llegamos al refugio en el que estaba el hombre anterior intentando sin éxito abrir la puerta. Se había trabado la cerradura y fue incapaz de abrirla al final. Este refugio de Valdeguida está a 1259 metros de altitud y hasta allí llevábamos 2,600 Km.

Estuvimos un rato con él mientras comenzaba a nevar copiosamente y el viento arreciaba con fuerza cada vez más. Luego abandonamos el camino para seguir una vereda por la vaguada hacia un collado y bajo una línea eléctrica. Pasamos al lado de lo que parecía un depósito de agua o captación hasta que, poco antes de alcanzar dicho collado, nos desviamos hacia el Norte por otra ancha vereda entre pinos y altas escobas ya con dirección a la cumbre. La ventisca arreciaba y la visibilidad era nula en pocos metros. A pesar de ello, la ascensión se hacía cómoda ya que no era muy fuerte la pendiente y la vegetación no estorbaba demasiado.

Más arriba llegamos a una zona de pinos altos ya cercanos a la cumbre. A su vera subimos los últimos metros hasta ver entre la ventisca el buzón y la placa con dos figuras que señalan la cima. A las 13:25 horas, tras 3,400 Km, alcanzamos esta cota de la Peña Perico con 1406 metros de altitud y en la que hay, como ya apunté, un buzón metálico con forma de casa y una chapa con la silueta de dos montañeros. Seguía la ventisca de nieve y no se veía paisaje alguno. Intentar sacar una foto de los dos era imposible, por lo que nos las hicimos individuales, y no fácilmente, ya que la nieve llegaba a hacernos daño en la cara por la fuerza del viento.

Mientras estuvimos allí abrió un poco el paisaje y logramos ver Sabero en el valle así como las cimas del pico Moro o Peña Rionda de fondo y Peña Corada al Este. También la sierra de Los Castros en la que colocamos el Belén de cumbre hace dos años y La Camperona más al Oeste. Al Sur teníamos el valle por el que habíamos subido y el refugio en él.

A las 14:05 horas retomamos la marcha hacia el Este para intentar hacer la ruta circular y pasar por el Castillo del Aguilar antes de bajar a Sabero. Nos metimos de lleno en el pinar de altos ejemplares que se mecían violentamente por el viento que soplaba. Sin miedo, pero atentos a posibles desprendimientos o caídas de ramas o incluso pinos, cruzamos el mismo hasta llegar a una fuerte bajada por un camino o cortafuegos, imposible de distinguir con la nieve, por el que nos echamos algo más resguardados de la ventisca por esa parte. Numerosas ramas y troncos caídos y ocultos se cruzaban en el trazado y había que tener cuidado de no tropezar con ellos. Así llegamos a la parte baja de este paso entre peñas a una altitud de 1315 m.

Desde allí comenzamos a remontar otra loma ya fuera del pinar hasta entrar en una zona rocosa por la que ganamos altura suavemente hasta divisar por delante el vértice geodésico del pico Trespeña al que llegamos a las 14:34 horas. Esta cima tiene una altitud de 1359 metros y no encontramos buzón alguno en ella. Allí soplaba incluso más que en el anterior y apenas era posible sacarse fotos. No dejamos tarjeta aquí y enseguida continuamos la marcha siguiendo el track del GPS que llevábamos como referencia.

Según bajábamos iba perdiendo fuerza el vendaval ya que venía de la vertiente contraria. Bajamos una pendiente pronunciada donde ambos tuvimos más de una caída al resbalar con la nieve. Nos desviamos hacia la derecha para subir unos pocos metros hasta un collado que nos dio paso al valle de Valdetorno en un descenso pronunciado y con tramos de pedrero donde la nieve ocultaba los huecos que suponían un peligro de torcedura de tobillos. No tardamos en volver a divisar Sabero, oculto desde que salimos de la Peña Perico. Ahora nevaba menos y el viento había aflojado, en parte por la pérdida de altitud.

Descendimos hasta el arroyo Valdetorno y allí fue donde decidimos acortar la ruta y atajar directamente hacia Sabero en vez de ir hacia el Castillo del Aguilar. Ya eran las 15:45 horas, no habíamos comido y desde Sabero teníamos otros 3,000 Km hasta Olleros.

Nos metimos entonces en un camino ya más marcado que nos llevó a la vera de otro pinar. Vimos como, además de haber dejado de nevar, el sol se atrevía a salir. Fue por ello que decidimos parar allí mismo, justo por encima de Sabero, a comer. Eran las 16:10 horas y llevábamos recorridos 6,300 Km. Estábamos a 1042 metros de altitud.

Encontramos dos tocones de pino que nos sirvieron de asiento y así comimos cómodamente y sin prisa antes de retomar la marcha mientras el sol se mantenía. Era curioso ver los troncos de los pinos totalmente nevados por un lateral y limpios por el resto. Nos sacamos algunas fotos entre ellos antes de volver al camino por el que fuimos perdiendo altura dejando atrás un depósito de agua del que bajaba una tubería enterrada que podía verse en algunos tramos muy erosionados. Llegamos a un cruce y tomamos el ramal de la derecha pensando que nos bajaba más rápido, pero comprobamos que a los pocos metros se cerraba de maleza teniendo que retroceder. Encontramos por allí varios ejemplares de robles de gran tamaño y envergadura. Tuvimos que destrepar un talud hacia un regato antes de meternos en un prado del que salimos por una cancilla pocos metros antes de incorporarnos al asfalto de la carretera casi enfrente de la iglesia de Sabero. Eran las 17:25 h y llevábamos 7,500 km. Estábamos a 970 m.

Entramos hacia el centro del pueblo y en un bar tomamos un refrigerio antes de emprender el último tramo a Olleros a las 18:15 horas. Lo hicimos por la carretera antigua que atraviesa los pueblos del valle. El cielo se mantenía con algunas nubes aisladas ahora, salvo al Norte que seguía cerrado. Salimos de Sabero y entramos en Sahelices en el mismo punto. Este valle fue de una de las mas importantes cuencas mineras de la provincia y pueden verse numerosos vestigios de esta actividad. Un castillete, bocaminas, lavaderos, cargaderos, etc, etc. Nosotros ya hicimos hace tiempo la Ruta de Las Minas desde Sabero pasando por varias de esas explotaciones hoy abandonadas.

Atravesamos Sahelices y poco después, ya anocheciendo, entramos en Olleros. La furgoneta estaba a la otra punta del pueblo y tuvimos que cruzarlo por las calles en las que la nieve que quedaba se estaba helando ya, para terminar la ruta a las 19:10 horas. El GPS nos daba estos datos: 11,800 Km hechos y un desnivel acumulado de 565 m.

Nos cambiamos y tuve que rascar la nieve de la luna que ya se helaba en ella. Habíamos pensado volver por Cistierna para evitar la subida del collado hacia Boñar, pero la carretera estaba ahora limpia y decidimos venir por allí. Salimos a las 19:35 horas y sin novedades hicimos el trayecto de regreso hasta llegar a León a las 20:30 h. Llevé a José Luis a casa y a las 20:55 horas llegaba yo a la mía.

Sin duda resultó una jornada de lo más interesante. Un fuerte vendaval de nieve, pero una ruta accesible y sin peligro, la hicieron un tanto “emocionante”. Lo negativo, el susto del viaje de ida con ese patinaje de la furgoneta que por fortuna no llegó a más.

ARMUNIA