lunes, 18 de julio de 2011

NOCTURNA "FUENTES DE NOCEDA" (Noceda del Bierzo) - 16/17-07-11

 


XIX TRAVESÍA NOCTURNA.

3ª TRAVESÍA “FUENTES MEDICINALES DE NOCEDA DEL BIERZO”.

16/17-07-11

Como ya es habitual en esta época estival, hemos vuelto a realizar una marcha nocturna por montaña, siendo en esta ocasión la Ruta de las Fuentes Medicinales de Noceda del Bierzo.
La mala previsión del tiempo, con lluvia precisamente en esas horas nocturnas, nos hacía presagiar una noche pasada por agua. Al final la suerte estuvo de nuestra parte y tan solo cayeron cuatro gotas antes de comenzar la misma durante la cena.
Nos animamos siete componentes del club a realizar la misma: Nati, Cundi, Álvaro, Mª Jesús, Alex, Alba y yo. Días antes habíamos concretado la estancia en el camping de la localidad, que administra la Junta Vecinal, y que nos ofreció sin cargo alguno al no tenerlo aún en funcionamiento regular. Teniendo el lugar de pernocta asegurado, solo nos restaba esperar que el tiempo se pusiera de nuestra parte.

SÁBADO 16
Tras algunos ajustes de última hora, al final salimos de Armunia poco después de las 20:00 horas por la ronda sur de la ciudad hacia Astorga. Por la nacional avanzamos hacia dicha localidad que rodeamos para entrar en la autovía hacia el Bierzo. El cielo despejado de la capital se volvió oscuro al otro lado del puerto Manzanal. Ya en Bembibre nos salimos de ésta autovía y nos costó encontrar la carretera hacia Noceda. Al final dimos con ella, pero no con la más directa, si no por la que iba hacia Toreno, teniendo que desviándonos por varios pueblos anteriores antes de llegar a Noceda del Bierzo, 850 m de altitud, a las 22:00 horas. En dicho pueblo nos encaminamos hacia el camping, situado en el barrio del medio, encontrándonos enseguida con el presidente de la junta vecinal que nos condujo al mismo, en el que solo había otras dos tiendas.
Nos presentó al responsable del recinto y charlamos un rato con ambos antes ponernos a cenar en una de las mesas del merendero. Estando en ello fue cuando comenzó a llover haciéndonos resguardar bajo el techo de uno de los edificios. No fue mucho lo que cayó y enseguida salimos para decidir que hacíamos, si poner las tiendas en ese momento o a la hora de llegar. Optamos por lo primero y nos dispusimos a montarlas en una de las parcelas del camping mientras la luna jugaba detrás de las nubes que pasaban movidas por el viento. Tras dejarlas montadas y todo recogido, emprendimos la ruta nocturna, que en mi caso supone ya la decimonovena.

DOMINGO 17
A la 1:30 horas salimos por la puerta trasera del recinto justo al comienzo de la ruta señalizada. Enseguida comenzamos a subir suavemente situándonos poco a poco sobre el barrio alto de Noceda. De momento caminábamos por un ancho camino en el que no tardamos en ver una gran araña a la que le brillaban los ojos a la luz de nuestras linternas. No sacamos una foto en un enorme castaño antes de proseguir subiendo con dirección Norte y dejando atrás un vallado de alambre por la parte baja. Yo me detenía a menudo para sacar fotos de la luna que formaba bonitos efectos entre las nubes y las ramas de los árboles.
Nos fuimos dividiendo tirando por delante los “maratonianos” llegando así a la primera fuente de la ruta, la de “Juan Álvarez”, 1002 m. Se trata de una fuente que mana entre las piedras con un pequeño canal empotrado del que bebimos. Eran entonces las 2:50 horas.
Por detrás fuimos quedando Álvaro, Mª Jesús y yo y nos sacábamos fotos de vez en cuando con el bosque que nos rodeaba y que la luna llena iluminaba. En los tramos que éste se abría no hacía falta ni linternas. Poco a poco fuimos viendo más ampliamente el valle con las luces rojizas de pueblos más grandes reflejadas en las nubes. Saqué una foto del mismo con exposición larga y me salió como si fuese de día. Más adelante encontramos un par de enormes sapos que casi pisamos en la oscuridad. Estaban en un tramo donde el camino se encontraba encharcado.
A las 3:30 horas nos reunimos de nuevo todos en el punto donde la ruta se separa del ancho camino que baja hacia el arroyo cerca del cual hay un colector de recogida de agua. En este lugar decidieron dar la vuelta Nati y Cundi mientras el resto, tras detenernos unos minutos, comenzamos a subir por un sendero de fuerte pendiente. Serpentea primero por la ladera entre más arboleda hasta situarse unos metros más arriba del camino anterior y luego llanear un tramo más. De nuevo encontramos un sapo aún más grande que el anterior.
Pasamos al lado de un grueso tronco inclinado sobre el sendero y enseguida llegamos al primer puente de madera de la ruta. Lo atravesamos para dejar el arroyo a nuestra derecha y comenzar a subir una zona de roca tras la cual se encuentra el desvío a la “Fuente del Azufre”. Para llegar a ella bajamos unos metros hasta el arroyo que allí forma una bonita cascada sobre una poza. En uno de los laterales, y tras pasar un puente metálico, se llega a este manantial que sale directamente de una pared formando una escurridura rojiza bajo ella. Unos carteles y placas indican los nombres de las mismas así como sus propiedades medicinales. Eran las 4:20 horas.
Nos sacamos una foto en dicho lugar y nos acercamos a ver la cascada a unas rocas que formaban la poza. Yo estudié el terreno y decidí bajar hasta la misma donde se formaba una gran cavidad en la que, tras bajar el resto, nos sacamos más fotos. Tras unos minutos en este lugar, retomamos la marcha subiendo de nuevo los metros hasta el desvío del sendero para seguir por el otro ramal que continuaba ascendiendo por la ladera. Mientras, la luna llena nos seguía iluminando entre las nubes.
Enseguida llegamos a un nuevo desvío, esta vez al de la “Fuente de la Salud”. Una vez más se desciende unos metros hasta llegar a este manantial escondido en una bonita cueva tapizada de verde musgo que contrasta con lo rojizo de la roca oxidada por el agua ferruginosa. En su entorno nos sacamos unas fotos y a las 5:00 h de la madrugada retomábamos la marcha ya camino de la parte alta de la ruta, el mirador de La Gualta.
Este tramo atraviesa un bonito bosque de jóvenes árboles que forman túneles con sus ramas sobre el sendero. Realmente en la noche se aprecia pocos detalles de estos, pero en las fotos con el flash salen nítidos y bonitos. Pasamos enseguida un nuevo puente de madera con barandilla a un lado solo, como el anterior, y nos sacamos en él unas fotos haciendo un poco “el ganso”......... y lo divertido que es?
Poco antes de las 5:30 horas salimos a la pista de la cabecera del valle que transcurre a media altura del mismo. El paisaje se abrió y comenzamos a ver numerosas luces de pueblos alejados en los valles cercanos a Bembibre y Ponferrada. Por delante de nosotros levantó el vuelo un gran ave asustada al oírnos. La pendiente era suave pero el cansancio, más que de la ruta en sí, de llevar sin dormir tantas horas, se hacía notar.
El camino serpenteaba siguiendo la orografía del terreno. Llegamos así a un brusco giro donde otro indicador nos sacaba de esta pista hacia las rocas en las que se encuentra dicho mirador. Echando una mirada atrás vimos como el cielo ya comenzaba a clarear por el Este. Pocos metros nos restaban de este balcón natural antes del cual se encuentra la bifurcación que baja hacia la cascada de La Gualta y el resto de ruta circular. Dejamos de momento este ramal y trepamos por las rocas hasta alcanzar este punto más alto de la ruta, con 1322 metros de altitud, a las 6:00 h. de la mañana.
En el mismo hay una banderola de metal y el precipicio está protegido por una barandilla de madera. La vista del valle desde allí con Noceda y los demás pueblos llenos de luces era realmente bella. La luna seguía encima de nosotros iluminando el entorno mientras la claridad matinal iba ganando espacio en el firmamento. Sin más retrasos nos sacamos una foto de grupo allí mismo antes de sentarnos a la abrigada de las rocas. En pocos minutos se había levantado un viento muy frío que nos hizo abrigar con lo poco que habíamos subido. Nunca pensamos estar a esas horas allí. La idea era estar ya casi en el camping.
Como digo, nos acomodamos sentados o tumbados cerca de las rocas tapados hasta las orejas mientras se hacía de día completamente. Alex decidió emprender él solo la marcha ya que le podía el sueño y el frío. Allí quedamos Alba, Álvaro, Mª Jesús y yo viendo como el sol proyectaba en las nubes sus rojizos rayos del amanecer. En la lejanía se veía un cerro con un sombrero de niebla totalmente coloreado por ese efecto. En la desembocadura del valle se emplazaban los tres barrios de Noceda del Bierzo que se veían por completo. Mas al fondo también parte de Bembibre.
Estuvimos estudiando la posibilidad de ascender un poco más por el camino hasta lo alto de la sierra, pero intuimos que lo que veíamos no era lo más alto y nos quedaba bastante más. Además, aún nos quedaba el descenso, y no era corto. Lo comenzamos a las 7:20 horas cogiendo poco después el desvío a la cascada. Este primer tramo es muy pendiente teniendo como apoyo una cuerda atada a estacas ancladas en el terreno. Estando seco no es tan complicado, pero mojado, como ya lo he bajado en las dos anteriores ocasiones, puede ser peligroso. En poco espacio se bajan varios metros de desnivel.
Alcanzamos un nuevo desvío al salto principal. Aquí sí que se hace necesaria la cuerda para bajarlo por lo pendiente y el mal estado del firme. Así se llega a la Cascada de la Gualta emplazada en un bonito paraje entre roca. No traía mucho caudal, pero merecía la pena verla. En sus cercanías hay algunos troncos con raíces fuera del terreno semejando culebrillas. Nos sacamos una foto en la parte baja que luego he completado en panorámica con otras del resto del salto.
Retornamos al sendero principal subiendo este tramo encordado y viendo enseguida entre la arboleda como comenzaba a dar el sol en Noceda. Mas abajo volvimos a meternos unos metros hacia el arroyo para ver la cascada desde otro punto de vista y además con el salto inferior. De nuevo en la ruta atravesamos un helechal bajo unos árboles casi suspendidos en el aire por desprendimientos del terreno. Echando la vista atrás vimos las peñas y el mirador ya iluminados por el sol matinal. Estábamos bajando por otro ramal del valle diferente al de subida por la noche.
Mas abajo atravesamos otro puente de madera similar. En un tronco de doble rama nos sacamos una foto subidos al mismo. No sé si era por la falta de dormir, el chupito que algunos se habían tomado por la noche, o qué, pero bajábamos desmadrados. A alguno le daba por hacer la posición de la grulla mientras otras invitaban a no se que chocolate...............................eh¡ con leche. Claro, a mí me dio un rato la risa tonta y no podía parar. Total, que en ese plan llegamos a la fuente “Del Canalijo”, que como su nombre indica, sale por un pequeño canal similar a la primera que vimos. Eran las 9:10 horas.
Frente a nosotros ya contemplábamos el valle de Noceda totalmente iluminado y con él de fondo nos sacamos unas fotos. Perdimos altura entre escobas y enseguida nos llegó también el sol a nosotros. Entramos luego en un bosque de árboles delgados en el que grabamos un ataque de zombis a un paseante que andaba por esos lugares a esas horas intempestivas. Nosotros pudimos salir ilesos de tal asalto.
Un nuevo puente nos condujo a la margen contraria del arroyo de este ramal del valle y llegamos a un punto donde una tabla sobre el mismo arroyo daba paso a un sendero que ascendía por la ladera hacia la “Fuente del Rubio”, la última de la ruta. Aquel no era el “oficial”, por lo que no estaba señalizado pero sí bien marcado. En cinco minutos de subida regular llegamos a este manantial similar al anterior, con un pequeño canal saliendo entre unas rocas dispuestas alrededor del mismo. Era la única en la que no había estado ninguna de las veces anteriores.
A las 10:00 horas retomamos la marcha sin retroceder en esta ocasión. Seguimos subiendo unos pocos metros más hasta salir a un ancho camino en cuyo cruce sí había señal de la ruta. Comenzamos entonces el descenso por éste encontrando algún castaño de enormes dimensiones. En una finca había un perro que nos ladró al paso. Dejamos atrás una nave ganadera ya próximos al pueblo y en un prado vimos “dos vacas tuneadas de burros”, según comentarios al respecto...... ese chupitoooo. Echando la vista atrás contemplamos ahora el valle de bajada y las peñas de La Gualta. Por encima aún quedaba un trozo bueno de ladera hasta el cresteo.
A las 10:20 horas entrábamos en el barrio alto de Noceda. En algunas huertas vimos cerezos cargados de rojos frutos así como numerosas flores de vivos colores. Atravesamos este barrio y en una plaza una vecina del lugar nos sacó una foto a todos. Al decirle lo que habíamos hecho por la noche nos comentó lo atrevidos que éramos habiendo como había algún lobo y jabalí por aquellos parajes. Valientes que somos.
El último tramo hasta el camping era cuesta arriba y en él entramos a las 10:45 horas. Lo cruzamos hacia el lugar donde estaban las tiendas en las que estaban Cundi y Alex. Nati había bajado a desayunar al bar. Tras deshacernos de la mochila y demás, nos dispusimos a desayunar nosotros también. Algunos decidieron ir también al bar del pueblo mientras otros quedábamos allí. Con el camping-gas calenté los batidos que llevaba acompañados por bollería que pasamos por encima del fuego, a la plancha.
Mas tarde decidí meterme un rato en la tienda. Medio dormité un poco, pero descansé un rato. Luego un lavado de cara para despejar y sin más nos pusimos a desmontar las tiendas mientras decidíamos qué hacer el resto del día. Se había comentado la posibilidad de hacer una pequeña ruta por las cercanías, pero ¿cuál?. Algunos estaban más animados que otros para hacerla, por lo que al final decidimos no perder el tiempo en buscar alternativas y venir para León directamente. Al fin y al cabo la ruta prevista estaba hecha y bien aprovechada.
Antes de partir nos sacamos una foto de grupo allí mismo. A las 15:15 horas emprendimos el regreso a casa. En el pueblo preguntamos por la casa del responsable del recinto y nos acercamos a ella para agradecerle las atenciones y demás. Sin más retrasos retomamos el viaje, esta vez por la carretera más directa a Bembibre. Decidimos entrar en San Román a tomar un refrigerio y hacer las cuentas de la salida. En una terraza de un bar nos acomodamos para ello durante una media hora. Algunas nubes rondaban el cielo, pero el sol calentaba lo suyo.
A las 16:30 horas nos levantamos para recorrer el último tramo a la capital. Como no íbamos los dos coches al mismo punto, nos despedimos allí mismo unos de otros. Durante el viaje se hacía patente el cansancio en todos. Por la autovía llegamos a Astorga abandonándola hacia la nacional. Por ella restamos kilómetros hacia León y a las 17:40 horas llegábamos a Armunia, Álvaro, Mª Jesús y yo. El primero tenía el coche aquí y nosotros estábamos al lado de casa.
Y esto fue lo acontecido durante esta escasa jornada de montaña. Realmente fue otra experiencia inolvidable, tanto por la compañía como por los gratos momentos vividos. Aún nos queda otra salida de este tipo este año, “La Ruta del Gallo”, en Agosto. Este próximo fin de semana también tenemos la de Cantabria de tres días. A ver como sale.































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