lunes, 22 de noviembre de 2010

ADRADOS - PICO RELANCE - VOZMEDIANO - ADRADOS 21-11-10

 


1ª TRAVESÍA “ADRADOS – PICO RELANCE (1ª ASCENSIÓN) – VOZMEDIANO - ADRADOS”.

21-11-10      (Domingo)

En esta ocasión hemos modificado un poco la ruta prevista, que según el calendario transcurría desde Cerecedo al Collado de Los Muertos, y en su lugar recorrimos unos valles contiguos y ascendimos al pico Relace, situado un poco por encima de dicho collado. A pesar de las condiciones climatológicas adversas que tuvimos durante la jornada, en la que nevó como pleno invierno, resultó todo un éxito y disfrutamos de la misma plenamente.
De Guzmán salimos los siete componentes de esta actividad en los coches de José Luis y de Alejandro en los que además íbamos Mª Jesús, Mateo, Álvaro, Nati y yo. Por su cuenta iba Javi F. y dos amigos a los que encontramos después.
A las 8:00 horas salimos de la ciudad por la carretera hacia Puente Villarente donde nos desviamos hacia Boñar. En esta localidad nos detuvimos unos minutos a tomar un café antes de recorrer los poco más de tres kilómetros hasta Adrados, 1150 m, donde aparcamos los coches en los escasos lugares que había. Bajo un soportal nos preparamos para la ruta resguardados de la lluvia que caía.
Poco después de las nueve y media emprendimos la marcha saliendo del pueblo por un camino entre prados y arboleda ascendiendo suavemente. Tras haber recorrido unos 500 metros me di cuenta que había olvidado los bastones en el pueblo. José Luis se ofreció a volver a por ellos mientras nosotros continuábamos caminando poco a poco. Dejamos atrás un puente de madera que daba paso al ramal por el que se pasaba a Vozmediano y por el que luego volveríamos.
Paralelo al arroyo Arvejal subía el ancho camino por el que nos adelantó un todoterreno de guardas forestales. En las laderas del valle podíamos ver numerosos canchales que se precipitaban entre matorrales y escobas. Algo más arriba encontramos una bonita fuente de piedras con un enorme pilón y escudo en él. Tras el mismo comenzamos a ver pinares entre los cuales entramos minutos más tarde. Poco a poco fuimos viendo corros de nieve al lado del camino y como la lluvia que caía se iba convirtiendo en ese elemento.
Encontramos varios desvíos del camino que dejamos atrás guiándonos por una foto de satélite que llevábamos impresa y que realmente nos sirvió para coger las direcciones correctas en más de una ocasión. La pista se desvió del arroyo y serpenteaba por las laderas del valle cogiendo altura sobre el mismo con dirección a la collada de Los Sillares a la cual llegamos a las 11:25 horas. Esta collada se sitúa a una altitud de 1515 metros y da paso del valle de Arvejal al del arroyo de Romatío que abajo se une a El Río que pasa por Vozmediano. De allí partían varios caminos escogiendo el que mejor dirección nos llevaba al pico oculto tras la niebla y la nieve que seguía cayendo.
Ascendimos suavemente entre pinares cubiertos parcialmente por la nieve que le daba un aspecto totalmente invernal y un tanto navideño. Dicho camino daba rodeos amplios siguiendo la orografía del terreno. En este tramo nos encontramos de frente con los dos compañeros de Javi. Se habían separado y ellos habían llegado hasta una collada más adelante donde habían encontrado un cartel que prohibía el paso, lo cual nos extrañó. Por lo visto Javi había cogido otro camino diferente desde la collada y habían hablado con él por teléfono. Nosotros pensábamos que íbamos bien por allí y decidimos seguir sin más. No tardamos en divisar Vozmediano en el fondo del valle. Poco a poco la nieve fue cubriendo el camino por completo y seguía cayendo. Lo que abajo era lluvia allí había sido nieve, y no era solo de ese día por la capa que ya había.
De esa forma alcanzamos por fin la collada en la que vimos el cartel que antes nos habían comentado. Efectivamente prohibía el paso a vehículos y personas, pero era al bosque de Pardomino en cuyo límite nos encontrábamos. En principio creemos que era la Collada del Lobo, aunque luego bajando pasamos por otra más alta y lo dudamos. En el mapa vienen las dos y el nombre está en medio. La altitud sí que era de 1662 m siendo la otra de 1682 m. Eran las 12:40 horas en esos momentos.
Consultando el mapa y la foto satélite vimos que un cortafuegos que partía de allí nos llevaba directamente a la cumbre y por él comenzamos a subir sin más dilaciones. La pendiente era pronunciada en aquel tramo que por otra parte no se veía largo. Seguía nevando, aunque menos. La niebla sí era cerrada impidiendo la visión en pocos metros. Atravesamos otro camino perpendicular y enseguida vimos una gran antena en lo alto. A las 12:50 horas alcanzábamos esta cumbre del pico Relance con una altitud de 1720 metros.
En la misma había un punto geodésico y un hito de piedras entre las que encontramos un buen número de mariquitas aletargadas por el frío. No había tarjeta alguna y dejamos la nuestra en un bote. Detrás de nosotros llegó Javi que apenas paró un momento antes de bajar hacia la collada de Los Muertos. Los compañeros llegaron minutos más tarde y él volvió a subir enseguida. Aprovechamos para sacarnos una foto de grupo en la cumbre. Aunque no hacía un frío excesivo, al estar parados se notaba más. Al quitarse la mochila se suele notar mucho más en la espalda.
Escasa media hora paramos allí ya que, como digo, la visibilidad era nula. Mientras Javi y los compañeros bajaron por el mismo cortafuegos de subida nosotros decidimos bajar por otro a la collada de Los Muertos, hacia el norte. Antes de alcanzar ésta llegamos al camino que habíamos abandonado antes y que pasaba por encima de la collada. Como no merecía la pena bajar a ella, retomamos la marcha por el camino subiendo suavemente por él bajo la cumbre del Relance y dando vista al valle de Pardomino, el cual ni se distinguía tras la niebla. Así alcanzamos la collada de 1682 metros dudando cual de las dos es la del Lobo.
Comenzamos a descender entre robles y pinos cubiertos igualmente de nieve mientras el sol hacía guiños entre las nubes. Íbamos escrutando el camino en busca de algún lugar apropiado para comer aunque sin éxito. La niebla había abierto un poco y el contraste de colores era espectacular. El blanco de la nieve se mezclaba con los vedes pinos y los robles marrones en un auténtico cuadro.
Aún nos quedaba un tramo para llegar a la collada de Los Sillares cuando alguien vio en el suelo el nombre de Nati marcado con algún palo. Estábamos en frente de un cortafuegos que bajaba hacia el valle de Vozmediano y lo primero que pensamos es que se la había ocurrido bajar a él por allí. Ya cuando salimos tenía intención de ir a ese pueblo y al final nos siguió, por eso pensamos que podía haber bajado por allí. Como aún eran las dos y cuarto decidimos que nosotros sí íbamos a bajar hacia el pueblo desde el cual hay unos 4,5 Km. hasta Adrados. Luego supimos que ella había dado la vuelta por el mismo lugar.
Emprendimos el descenso por aquel cortafuegos empinado hasta llegar a una zona de rocas que encontramos muy apropiada para comer. Además en esos momentos no llovía ni nevaba, por lo que nos acomodamos a su abrigada para comer tranquilamente. A las 15:10 horas retomamos el descenso hacia lo que parecía un camino. La maleza nos impidió llegar a él y buscamos lugares más limpios para bajar ladera abajo ya que el cortafuegos también había desaparecido. A José Luis se le perdió un guante y lo vimos retrocediendo unos pocos metros.
En 20 minutos llegamos a la parte baja del valle por el que transcurre El Río, nombre del río en sí. Lo cruzamos saltando por las piedras y enlazamos con otro camino que venía de la cabecera. Pasamos al lado de una recogida de aguas y entre grandes escobas fuimos bajando suavemente. Más adelante lo volvimos a pasar, aunque esta vez estaba entubado bajo el camino. En el cauce vimos unas pequeñas pero bonitas cascadas. Ya cerca de Vozmediano estaba el depósito de agua.
A las 15:45 horas entrábamos en el pueblo, situado a unos 1200 metros de altitud. Tres perros nos salieron a recibir cordialmente. Vimos un hórreo de construcción más o menos reciente y llegamos a la fuente en la que hace varios años paramos José Barrientos y yo tras haber hecho la ruta nocturna desde Valdoré a la collada de Bosvil. En ella dormimos antes de bajar a este pueblo y pasar luego a Boñar por Adrados. Por cierto, en la fuente de Adrados en la que por la mañana nos habíamos sacado la foto también tengo una de ese día en junio del 2000.
Nos indicaron una especie de cantina para tomar café y la encontramos cerrada. Por un camino que salía frente a la iglesia abandonamos Vozmediano a las 16:00 horas. Comenzamos a subir por el mismo entre prados y laderas en las que abundaban los hayedos. En varios de ellos pudimos ver los troncos cubiertos de verde musgo contrastando con las hojas marrones que aún les quedaban. Mª Jesús encontró un pequeño cuerno de un ciervo o similar. Hacia atrás veíamos la cresta y cumbre del pico Soberón que habíamos tenido a la vista buena parte de la ruta. La lluvia seguía cayendo a ratos no muy fuerte. Perecía además que se estaba riendo de mí. Si llevaba la gorra puesta paraba y si la quitaba se echaba a llover.
Así llegamos a la collada de Valdavida situada a 1400 metros. Desde la misma divisamos el pico Cueto por encima de Boñar y otras cumbres más lejanas. Nos metimos más de lleno entre arboleda mientras el camino se estrechaba en muchos tramos convertido casi en sendero. Más adelante subimos unos metros para pasar otra colladina antes de emprender la bajada constante hacia Adrados. Fue en este paso donde se me salió la cámara de la funda y cayó al suelo dándose cuenta Álvaro. Menos mal que cayó en la hierba y no pasó nada. Por lo demás, como a cada paso saco fotos, no hubiese recorrido mucho antes de darme cuenta.
No tardamos en divisar Adrados entre la arboleda. Por los walkies que nos había dejado José Luis nos dijo que él ya estaba en el pueblo. Al lado del camino encontramos un gran corro lleno de arbustos cargados de brunos que algunos comieron. En algunos tramos salíamos del camino al estar encharcado e íbamos por los prados.
Por fin enlazamos con el camino de subida tras pasar un puente de madera sobre el arroyo Arvejal. Escasos 300 metros nos separaban del pueblo en el que entramos a las 17:50 horas. De nuevo vimos en una finca media docena de gatos resguardados bajo unas tablas.
Tras llegar al coche nos cambiamos la ropa húmeda y sin más emprendimos el regreso. Paramos en un bar cercano a Vegaquemada, si no me equivoco, y allí tomamos un refrigerio e hicimos las cuentas. El resto del viaje lo hicimos sin novedades llegando a León a las 19:30 horas.
Podemos considerar esta salida como la primera excursión invernal de la temporada. Salvo por la temperatura, que no fue muy baja, los demás criterios los cumplió todos: nieve, lluvia y niebla. Solamente nos queda, como club, el Belén de Cumbres programado para el día 5 de diciembre y la cena de Navidad para el sábado 11 del mismo mes, finalizando así un año más cargado de actividades y ya con las del próximo programadas.
















No hay comentarios:

Publicar un comentario