lunes, 14 de agosto de 2006

"PEÑA PRIETA", "TRES PROVINCIAS" Y "CUBIL DEL CAN". (Puerto de San Glorio) 13-08-06

 


2ª ASCENSIÓN AL “PEÑA PRIETA” Y “TRES PROVINCIAS”.

1ª ASCENSIÓN AL “CUBIL DEL CAN”.

13-08-06         (Domingo)

Este domingo de agosto hemos intentado, y conseguido en esta ocasión, lo que la climatología nos impidió en el mes de marzo. La actividad prevista era la ascensión al Gabanceda, pero visto que tanto Luis como yo, los dos que en principio íbamos a realizarla, ya la habíamos subido hace tres meses con el grupo Yordas, decidimos cambiarla e intentar de nuevo lo antes apuntado uniéndose a nosotros Álvaro, Fernando y José Antonio.
El domingo a las 7:00 horas nos juntamos en Guzmán Álvaro, Luis y yo. José Antonio había hablado con uno de ellos y quedó en que también iba, pero pasaba la hora y no llegaba. Dimos cinco minutos de margen y justo cuando ya arrancábamos llegó. Así salimos de León por la nacional hacia Mansilla donde nos desviamos hacia Riaño, localidad donde habíamos quedado con Fernando. Avanzamos sin novedades pasando Cistierna y bordeando luego el pantano de donde se elevaba una ligera neblina. En la gasolinera de Riaño esperaba el compañero y con los dos coches continuamos el viaje hacia el puerto de San Glorio, límite provincial de Cantabria y León, situado a una altitud de 1684 m. Allí llegamos poco antes de las 9:00 horas. Nos preparamos para la marcha con el cielo bastante despejado salvo alguna bruma suelta. Hacia Cantabria sí se veía niebla baja.
A las 9:10 horas comenzamos la ruta que íbamos a variar respecto a la vez anterior. En esta ocasión lo íbamos a subir por el mismo lugar por el que yo lo había hecho hace 6 años siguiendo la línea de cumbres en vez de por los valles. Para ello entramos en el camino que entra en la vega de Tarna y que está señalizado como sendero PR. Avanzamos por él unos 200 metros antes de abandonarlo hacia la pradera con dirección SE. Poco a poco fuimos ganando altura por debajo de los picos Nave y Los Campanarios. Siguiendo los numerosos senderos de la vega, algunos con bastante desnivel, y cada uno por donde mejor le vino, alcanzamos la collada entre el Campanario Superior, al que habían subido Fernando y Luis, y el pico Las Tetas. José Antonio se adelantó por la collada y comprobó que tenía mal paso. Por ello, mientras los tres se encaminaron hacia la cumbre de Tetas, Álvaro y yo optamos por bordearla por el norte hacia el Portillón de las Yeguas. En este tramo tuvimos que subir algunos fuertes repechos y el último trecho hacer una sencilla medio trepada.
La niebla se había ido acercando desde el norte y durante unos minutos nos estuvo rondando, lo cual temíamos ya que hasta Peña Prieta nos quedaba aún un buen trecho. Por otro lado, merecía la pena la vista del mar de nubes que contemplábamos por debajo de los tres macizos de Picos de Europa que ya se empezaban a distinguir.
Estábamos en una de las laderas del pico y teníamos que bajar unos metros para coger la senda bien marcada que bordeaba las cimas de Yeguas y Faro. Por la misma serpenteamos un rato teniendo por debajo la vega del Naranco por la que la vez anterior habíamos subido al también visible Boquerón de Bobias.
Mientras Fernando y Luis ya iban por delante y no se les veía, Álvaro y José quedaron por detrás de mí. El sendero estaba cubierto de polvo suelto que se levantaba al paso. Así alcancé el collado Robadoiro a las 11:15 horas donde estaba Fernando ya esperando. Luis se había despistado por completo y si éste no le advierte, marchaba hacia un pico bastante alejado pensando que era Peña Prieta. En este collado nos reunimos todos y saqué una foto que luego he visto como ha quedado rayada por el fallo de la cámara. En este punto había tres grandes hitos de piedras apiladas no sé con que sentido. Desde allí pudimos contemplar ahora Llánaves de la Reina al fondo del valle del Naranco.
Reanudamos la marcha por el sendero subiendo ahora más duramente hacia el Cubil del Can. Las laderas peladas se alternaron con algunos canalizos de gravilla con la que se resbalaba. Algunos tramos tenían una inclinación exageradamente vertical y pasamos entre moles de piedra conglomerada y verdecida por los musgos o líquenes. De esa forma alcanzamos la parte alta donde se sitúa la cumbre del Cubil del Can con 2412 metros de altitud. Eran las 12:40 horas.
Álvaro y Fernando ya se habían adelantado y sacamos una foto José, Luis y yo dejando una tarjeta en un bote. Desde allí se contemplaba el circo de Peña Prieta y Tres Provincias bajo el cual puede verse una laguna. También hacia el Oeste se distinguía parte del pantano de Riaño.
Sin más reemprendimos la ruta siguiendo el sendero algo por debajo de la línea de cumbres en su parte Oeste y con suave pendiente. Atravesamos varios pedreros hasta llegar a un collado pocos metros por debajo de la cumbre del Tres Provincias al que optamos por no subir de momento. Lo pasamos por la parte Este al igual que lo habíamos hecho la vez anterior cuando la niebla nos impidió incluso verlo. Esta vez el sendero estaba bien visible y tras bajar ligeramente alcanzamos otro collado entre dicho pico y el Peña Prieta. Abajo, en la parte sur, se emplazan las lagunas de Fuentes Carrionas, nacimiento del río Carrión. Hacia dicha parte se elevaba la cumbre del Curavacas y algo más al Oeste el Espigüete.
El sendero se metió ahora de nuevo entre pedreros de la ladera del Peña Prieta aunque se subía cómodamente. No sé por qué José se desvió y yo le seguí unos metros hasta que comprobé que no se caminaba nada bien por fuera de la senda y decidí perder unos metros de altura y reincorporarme a la misma. La cumbre de este pico es doble y el sendero pasa por la izquierda de una de ellas hasta terminar directamente en la cúspide más alta. A ella llegué cuando eran las 13:45 horas. Allí estaba ya Fernando y Álvaro desde hacía un buen rato y Luis desde poco antes.
En esta cumbre cántabra de 2536 metros hay un buzón y el hito geodésico caído en el suelo. En la misma había algún montañero más y otros que fueron llegando. Sentados cómodamente nos dispusimos a comer los recién llegados. La cantidad de cumbres que se pueden divisar desde allí es tremenda y por enumerar algunas de ellas puedo apuntar las del Torres, Toneo o Agujas, en San Isidro, así como Peñas Pintas, Yordas y Redondo, en Riaño, y más cercanas las del Coriscao, los Vallines, Corcadas o Gabanceda, al que estaba previsto subir en principio. Igualmente puedo decir que se distinguía Peña Ubiña, situada al Oeste y en línea recta a 100 kilómetros exactos medidos por mapa. Por la parte cántabro-leonesa seguíamos viendo el impresionante mar de nubes por encima del cual sobresalían los tres macizos de Picos de Europa. En Palencia destacaban las cumbres del Curavacas, Espigüete o el Murcia.
A las 15:00 horas, tras sacarnos unas fotos en la cumbre, emprendimos el descenso para subir al Tres Provincias. Por el mismo sendero entre pedreros bajamos a la collada y lo abandonamos para subir los escasos 50 metros hasta la cumbre del mismo donde llegamos a las 15:25 h. En dicha cima, triple límite provincial, hay un buzón metálico con tres caras formando un triángulo en cada una de las cuales se lee el nombre de la provincia hacia la que apunta. Por un lado Cantabria, por otro Palencia y la tercera León. La otra vez que estuvimos estaba bien colocado y se leían, esta vez ya estaba suelto y las letras tachadas y rayadas por los típicos gamberros que abundan en cualquier lugar. Allí coincidimos con una pareja de jóvenes extranjeros.
Sobre las 16:00 horas comenzamos a descender hacia el collado por el que pasaba el sendero. Fernando ya se había adelantado antes ya que quería llegar pronto al coche y marchar pronto. Volvimos a pasar por la cumbre del Cubil del Can y retomamos la senda enseguida. José Antonio se fue quedando detrás e íbamos Luis Álvaro y yo juntos. Como ya habíamos acordado, el descenso lo íbamos a hacer por el Boquerón de Bobias y el valle del Naranco. Por ello, justo antes de comenzar a bajar el tramo fuerte hacia la collada de Robadoiro, nos desviamos hacia la izquierda siguiendo el cordal que bajaba hacia dicho paso. Por debajo teníamos la vega de Bobias que más adelante se une a la de Lechada por las que bajamos en marzo los que no intentamos ya continuar desde el Boquerón de Bobias al pico. Ahora me arrepiento menos que antes al ver el desnivel que aún quedaba por subir y la pendiente que había. Los que sí lo intentaron apenas si alcanzaron otro collado por debajo del Tres Provincias cuando el viento y la nieve acumulada les hizo desistir. En el relato de aquel día se especifica todo.
Comenzamos entonces el descenso hacia dicho valle siguiendo la línea del desfiladero que caía hacia la vega contigua del Naranco. Hacia dicha parte bajaban numerosas canales estrechas y verticales con pedreros. Poco a poco nos fuimos desviando del mismo para bajar hacia el arroyo de la Canaleta de Bobias cerca del cual hicimos el último tramo antes de alcanzar el boquerón de Bobias a las 17:30 horas. José Antonio había quedado por arriba y supusimos que bajaba por el mismo lugar de la ida. Allí nos juntamos de nuevo con la pareja del pico que nos había adelantado bajando aquél tramo.
Desde dicho punto se comienza a bajar bastante fuerte hacia la vega del Naranco por un sendero que la vez pasada subimos cargado de nieve blanda. Algún tramo del mismo lo bajamos incluso corriendo ahora alcanzando el fondo de la vega en pocos minutos. En la misma se emplaza el refugio de Tajahierro cerca del cual se veían algunos vehículos. Por la parte alta se distinguía el sendero por el que habíamos subido al pico por la mañana. Atravesamos el valle y entramos en el camino que sube desde Llánaves a dicha vega. Recorrimos por él unos metros antes de desviarnos por un sendero señalizado hacia el Boquerón de Tarna. Una indicación marcaba 2 Km al puerto y comprobé luego con el podómetro que así era realmente.
La senda sube ligeramente y pasa entre grandes moles de piedra al lado de un arroyo que baja de la vega de Tarna a la del Naranco. Este sendero enlaza poco después con el camino que parte del puerto y por el que antes habíamos ya recorrido unos metros cuando subimos. En pocos minutos y cuando eran las 18:45 horas, llegamos al coche los tres.
De José Antonio no había ni rastro, aunque conociéndole no nos extrañaba nada. Nos cambiamos y decidimos subir con el coche los dos kilómetros que había hasta el mirador de Llesba. Por una estrecha carretera fuimos ganando altura mientras la niebla se nos cerraba por completo. Arriba había varios coches más pero fue imposible ver paisaje alguno. La vista era nula desde aquel balcón hacia los Picos de Europa. Unos metros más arriba se encuentra el monumento al oso hasta el que solo yo me acerqué.
De regreso al puerto despejó de nuevo y en esos momentos llegaba José. Sin más, sobre las 19:20 horas, emprendimos el regreso a León. Bajamos el puerto y bordeamos el pantano. Creo que fue en Crémenes donde paramos a tomar un refrigerio y hacer las cuentas de gasto de gasolina. Estuvimos unos minutos y reemprendimos el viaje hacia León donde entramos pasadas las 21:30 horas. En Guzmán nos despedimos y con la moto que tenía allí cerca vine a casa en pocos minutos.
Un buen resultado para este nuevo intento de ascensión a Peña Prieta que fue ampliado además con otras dos cumbres del mismo macizo.





















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