domingo, 10 de agosto de 2025

ARROYO MELEROS - PICO LA SILLA - PICO LA CARBA - ARROYO PALANCO - GERAS DE GORDÓN 02-08-25

 


1ª ASCENSIÓN A “LA SILLA” Y “LA CARBA”. (Desde el Aparcamiento de Los Pisares (Geras), por el Arroyo Meleros, Arroyo Palanco y Geras).

02-08-25                      (Sábado)

Volvemos de nuevo a realizar una nueva ruta en este caluroso verano. En esta ocasión nos desplazamos hasta la comarca de Gordón para coronar dos cumbres, nuevas para mí, a la par que completamos una bonita ruta circular, de la cual parte de la misma era desconocida por mi parte.
A las 7:50 horas salía de casa para recoger en los lugares acordados al resto de compañeros, José Luis, Juan, Silvano y Arancha. Por su parte, Javi F. se uniría más tarde a nosotros. 14º C marcaban ya a esa hora los termómetros exteriores.
Salimos de la capital por la nacional hacia el Norte con el cielo despejado por completo. Al llegar a Pola de Gordón nos hemos desviado unos metros hacia el camping en cuya cafetería nos tomamos un café antes de proseguir el corto trayecto que ya nos restaba. Unos 800 metros antes de llegar a Geras de Gordón se encuentra el aparcamiento de Los Pisones, 1126 metros de altitud sobre nivel de mar (m s.n.m.), donde teníamos decidido comenzar la ruta. En esos momentos encontramos a varios operarios con escaleras y demás material tirando una línea de comunicaciones por encima del río Casares, que baja por ese valle al principal del Bernesga.
Allí nos preparamos para la marcha que comenzamos tras una foto de grupo a las 9:40 horas y con el termómetro de la furgo marcando 13º C. Lo hicimos retrocediendo por la margen de la carretera a lo largo de unos 350 metros antes de llegar a la confluencia con el camino que entra hacia la hoz del arroyo Meleros, donde nos desviamos cruzando un puente sobre el río Casares. Tanto en el aparcamiento, como luego en el resto de la ruta, nos encontramos con infinidad de indicadores de madera que señalizan las numerosas rutas y puntos de interés que hay por esa zona.
Por un ancho camino con dirección Suroeste continuamos el avance entre las laderas de la sierra de Arniza a la derecha y la del Cueto Mellozo por la izquierda. Dejamos atrás los resto de una edificación de piedra y entramos así en la Foz de Foceltorno. Se trata de un estrechamiento de este cañón franqueado por altos paredones de caliza a ambos lados. En dichas paredes, y según rezaba una inscripción en uno de los indicadores, está la escuela de escalada de La Boyariza.
Se fue abriendo luego este desfiladero, y tras 1,100 km hechos, llegamos a la bifurcación que se adentra hacia el arroyo y hayedo de La Boyariza, al Oeste. Siguiendo el mismo se alcanza la collada de Collarriondo qué da paso al arroyo de Palanco por dónde volveríamos. A partir de este punto me era desconocida esa parte de la ruta, ya que en otras ocasiones nos hemos desviado, o por ese arroyo de la Boyariza al Oeste o por otro camino al Este rodeando el Cueto Mellozo. Eran las 10:00 horas y estábamos a 1177 m s.n.m.
Nos adentramos entonces en el verde hayedo que cubre parte de ambos valles, el del arroyo Meleros y el de La Boyariza. Cruzamos el primero y el camino se fue estrechando a través de la arboleda dejando dicho cauce por nuestra derecha. En medio del bosque se veían algunos ejemplares de hayas de gran grosor y retorcidas formas. Bajo una gran piedra manaba un arroyuelo que se unía enseguida al principal. Una tablilla indicaba este rincón y otra la dirección a un “salto de agua” más arriba. No lejos encontramos un bonito belén con numerosas figuritas cobijado en un hueco de la roca.
Llegamos así al primero de los pasos “delicados” de este desfiladero. Se trata de un tramo estrecho y encajonado entre caliza en el cual han colocado cuerdas y soportes metálicos incrustados en la roca a través de los cuales se puede trepar para remontar varios metros. En época de lluvia imagino que en ese punto haya una buena cascada. Ahora apenas un pequeño riachuelo se deslizaba por la roca erosionada y cubierta de verde musgo cayendo en pequeños saltos en algunos puntos. Ya en la parte alta de este salto continuaba siendo angosto este cañón cuyo caudal desaparecía bajo el lecho rocoso del cauce. Más escalones metálicos servían para trepar por dicho desfiladero en el que numerosos troncos de árboles aparecían cruzados tras ser arrastrados o simplemente haber caído sobre el arroyo. Nos encontramos también con algunas pozas en las que sí se acumulaba el agua medio cristalina.
Eran las 10:30 horas y llevábamos 1,700 km cuando llegamos al segundo de los tramos armados de este arroyo de Meleros. En esta ocasión, además de las varillas metálicas incrustadas a modo de escalones, han colocado una escalera, también de metal, en un tramo rocoso casi vertical del todo. Todos estos anclajes facilitan enormemente el avance por dicho cañón por el cual, sin su existencia, sería solo accesible para gente algo experimentada en escalada. Ya fuera de esta parte más abrupta se suavizó de nuevo la pendiente del lecho del arroyo a lo largo de otro tramo de unos 200 metros cubiertos por piedras, musgo, algunas ramas, etc. Fue allí donde alguien vio una salamandra que enseguida se escondió bajo una piedra.
Llegamos entonces a la segunda escalera metálica cuando eran las 10:40 horas y habiendo hecho 1,900 m. De nuevo fuimos ascendiendo por la misma para franquear otro tramo vertical donde bien se podría formar una nueva cascada con caudal abundante. En la parte alta una vez más se allanó el desnivel, no el terreno, que seguía siendo escarpado y salvaje. Encontramos por allí un pequeño tocón al que le habían colocado una piedra encima a modo de sombrero, lo que le hacía parecer un pequeño duende. Un tronco retorcido y arqueado alrededor de otro vertical me pareció totalmente el cuerpo de un dinosaurio. Imaginación al poder.......
Pasamos entonces otro tramo más angosto de mucha roca en el lecho del cauce y paredes verticales a los lados antes de que se fuese abriendo y por fin el sol hizo su aparición por encima de nosotros entre arboleda. Lo cierto es que a mi ya me estaba agobiando un poco tanta angostura, y eso que en ningún momento encontramos dificultades. Cuando por fin salimos de ese desfiladero eran las 11:25 horas y habiendo hecho 2,700 km en total. Estábamos a 1375 m s.n.m.
El siguiente tramo transcurría por una senda entre hierba y matorral bajo a la vera del arroyo en el que ahora se veía algo más de agua. La roca seguía presente en los riscos que cerraban el desfiladero, como digo, ahora más abierto. En la parte baja de ellos vimos una cueva cuya entrada estaba cercada por un murete de piedras apiladas a modo de refugio. En una gran formación a la derecha se acertaba a distinguir otra gran cavidad. De esa forma alcanzamos el punto en el que había que desviarse de la parte central del cañón para dirigirse ya hacia los valles desde los que se coronan las dos cumbres que teníamos como objetivo. Un nuevo poste de madera con varios indicadores marcaba las direcciones de diferentes rutas y puntos.
La senda iniciaba entonces una remontada hacia el Oeste por la loma de la Sierra de Arniza en la que se encuentran ambas cumbres. A pleno sol, el calor ya era bastante intenso y afectaba ya a la velocidad del avance. Además, las sombras eran escasas con solo algunos árboles solitarios o arbustos algo más altos en los que hacíamos paradas cortas para recuperar. Entre estos arbustos encontramos algunos acebos de verde hoja y aún sin frutos. Al Sur corría otra parte paralela de estas sierras con cumbres conocidas y varias ya alcanzadas como el Alto de Sañedo, Alto de la Ensancha o el Alto del Palomar, entre otros.
A las 12:30 horas, y tras 4,100 km hechos, alcanzamos un collado, sin nombre en los mapas y de 1633 m de altitud. Desde el mismo tuvimos a la vista, un poco al Noroeste, las dos cumbres que formaban parte de nuestro objetivo, La Silla y La Carba. Entre medias transcurre otro valle con un arroyo sin nombre y que más abajo se unía al Meleros. Hacia éste nos echamos sin perder altura por su cabecera con dirección al collado de La Carba, de 1735 m s.n.m. situado al Sur del pico La Silla. En esta vega nos encontramos numerosos restos óseos de una res de ganado.
Pues bien, unos 450 metros antes de llegar a dicho collado decidimos echarnos directamente a la cumbre por la pendiente falda de la misma pero sin dificultad alguna. En el primer tramo era muy herbosa con matorral bajo que no dificultaba para nada el avance. Echando la vista atrás vimos llegar a Javi F. al primer collado. Anteriormente, y gracias a la aplicación que lleva en el móvil de seguimiento en vivo, ya habíamos localizado su situación en el cañón. Luego vimos que había decidido llegar al siguiente collado.
Continuamos nosotros avanzando y ganando altura por la pendiente ladera en la que el abrasador sol nos pegaba de lleno. Yo iba haciendo varias paradas cortas y en una de ellas comí una pieza de fruta para reponer fuerzas. El paisaje se iba ampliando y aparecían ya numerosas cumbres por el Sudeste que luego enumeraré. Poco a poco la caliza fue cubriendo el terreno y por la misma ganamos metros hacia la ya cercana cumbre en la que ya estaban algunos compañeros que se habían adelantado. A las 13:42 horas llegamos Juan y yo a la cima del pico La Silla con sus 1853 metros y tras 5,300 km hechos. Casi a la par lo hacía Javi F. por la cresta Oeste. Apunto aquí que en varios mapas e incluso en los hitos de las cimas, estas dos cumbres tienen los nombres cambiados uno por el otro.
En esta cima encontramos un hito de rocas, con el nombre de la cima, equivocado por La Carba, y la altitud escritas en él, y entre el cual había un bote con una tarjeta de cumbres que recogimos y en el cual dejamos luego la nuestra. El paisaje divisado era amplio y guapo hacia cualquier dirección que se mirase. Enumerando una mínima parte de las cumbres divisadas, al Norte teníamos no muy lejano el Valle de Arbás con Las Tres Marías, Barragana, Ortigal, Peñas de Prado etc. etc. Asomaban algo más al Oeste las cumbres de ambas Ubiñas, el Siegalavá y por delante el Cirbanal. A la izquierda de estos, alejadas, varias cimas de Babia. Tirando a Nordeste, las sierras de la zona del puerto de Pajares y el alto Esla. Bajando hacia el Sur, Brañacaballo, Polvoreda, Bodón, etc. No muy lejanos de donde estábamos teníamos el Cerro Pedroso, la Peña Portilla o Viesca, Vega Cercada, Feliciano, Llamargones, Santiago, Alto de Sañedo, Lamazo, etc. Justo un poco por encima de la cumbre del pico La Carba, al Norte, aparecía una parte del pueblo de Casares de Arbás y algo al nordeste parte del pueblo de Cabornera. Por el Sur, entre calima, algo de la llanura en la que, sin esa calima igual podría distinguirse León.
Nos sacamos unas fotos de grupo y ellos emprendieron el paso hacia La Carba mientras yo quedaba un rato más haciendo la tarjeta y disfrutando de todo ese paisaje. Hacía calor, pero también soplaba una ligera brisa que lo contrarrestaba. Por el Oeste iban apareciendo algunas nubes por encima de Peña Ubiña y otras cumbres de esa orientación. Por el valle Sur vi pasar a dos montañeros que luego, por la indumentaria que llevaban, eran los mismos que luego vimos en un refugio cuando bajamos.
A las 14:30 horas emprendí yo el descenso hacia el altiplano que divide ambas cumbres bajando hasta los 1780 metros antes de remontar el corto tramo a La Carba, cumbre que alcancé a las 14:45 horas. En ella estaban ya los compañeros comiendo. En esta cima, al igual que en la anterior, un había un gran hito de piedras apiladas con el nombre, también cambiado, y altitud de la misma, 1821 m. Además de lo contemplado desde la cumbre de La Silla, se veía Geras en el valle al Nordeste y a la vera de Casares de Arbás, el embalse. Por muy poco no llegaba a verse Cubillas de Arbás, oculto por una loma anterior. Hacia esa orientación, por la zona de Pajares, entraban las nieblas acariciando las partes altas de las cumbres.
Antes de acomodarme yo también a comer saqué fotos de todo ello y disfruté de dicha panorámica. En esta cima también encontramos una tarjeta en un bote en el cual dejamos la nuestra. Javi F. había emprendido ya el descenso hacia el Norte siguiendo un track que llevaba alternativo. El previsto por nosotros regresaba a la cima de La Silla para echarse al valle Sur y bajar siguiendo el mismo camino que habíamos traído anteriormente y que rodeaba la sierra de Arniza, en la que estábamos, para cerrar el circuito por el arroyo de Palanco y Geras. Cabía la posibilidad de acortar bajando por esa parte Norte al collado de Collarriondo y meterse de lleno al barranco de Polanco. Pues bien, hablando por teléfono con Javi me comentó que esa bajada al Norte tenía zonas muy escarpadas y que, de no seguir el track podía complicarse. Yo no lo había grabado en el GPS y tampoco entendí a José Luis cuando dijo que él sí lo llevaba, por lo que al final nos echamos de nuevo al Sur.
A las 16:00 horas iniciamos el descenso hacia esa altiplanicie entre las dos cumbres. Queríamos evitar subir de nuevo a La Silla, por lo que nos tiramos hacia el Oeste para rodearla. El problema es que bajamos demasiado y nos fuimos metiendo a una vaguada que no sabíamos como estaría de accesible. Terminaba igualmente en el arroyo de Palanco, pero por mi parte la veía con bastante vegetación en la parte baja, lo cual no me convencía. Total, tras haber bajado hasta los 1755 m s.n.m. decidí remontar un tramo y seguir la idea de rodear La Silla por el Oeste hacia el ancho camino. Ya costaba hacer ese esfuerzo de remontada, pero tranquilamente me puse a ello mientras el resto, salvo Juan que decidió seguirme, continuaba hacia el fondo de dicha vaguada. La experiencia me dice que es preferible mil veces subir los 30 metros que al final ganamos nosotros, a pelearse con la maleza que pudiésemos encontrar, como les pasó al resto en dicha vaguada, como luego supimos.
Tras esos pocos metros de subida, que como digo costaron por el calor y lo que ya llevábamos encima, encontramos un sendero que cómodamente fue rodeando La Silla por el Oeste hasta comenzar a descender al Suroeste hacia una pequeña vega en la que encontramos una fuente con bebedero para el ganado que pastaba en esas praderías. Una vaca se interponía en el sendero y no se apartó hasta que ya casi la tocábamos. A escasos metros de dicha fuente se encuentra el ancho camino que venía de la vega anterior, desde donde habíamos comenzado la subida a las cumbres, pasando por el collado al que no habíamos llegado por la mañana. Eran las 16:50 horas, llevábamos 7,500 km hechos y estábamos a 1700 m s.n.m.
Estábamos justo en la falda del pico Vega Cercada, al Sur, y el camino continuó ascendiendo con moderación a lo largo de un kilómetro, ganando unos 60 metros de desnivel y pasando también bajo la cumbre del pico Lamazo. Llegado a ese punto más alto iniciamos un descenso hacia otra vega contigua siguiendo el ancho camino bajo la falda del Cerro Pedroso. Llegamos así a una cerrada curva en la que encontramos varios indicadores, uno de ellos hacia Geras por el arroyo Palanco. No lejos, siguiendo ese ramal, se encontraba el refugio de piedra en el que estaba la pareja de chicos que antes había visto yo desde la cumbre. Algunos negros nubarrones habían ido cubriendo el cielo mitigando el calor sofocante que aún hacía a esa hora. Eran las 17:25 horas y habíamos caminado 9,600 km. Estábamos a 1663 m s.n.m.
Desde ese punto nos encaminamos hacia el desfiladero del arroyo Palanco, que nace en esa vega bajo el Cerro Pedroso. Enseguida se estrechó el valle y el camino se convirtió en senda. Por el otro lado del cauce crecía un hayedo hacia el que se dirigía la pareja de jóvenes del refugio. Frente a nosotros comenzamos a ver la vaguada que sube desde este arroyo al collado de Collariondo, que veíamos desde la cumbre de La Carba, y que comunica este valle con el de Meleros a través del hayedo de La Boyariza, en la otra vertiente.
A partir de esa bifurcación también señalizada, las paredes verticales y las agujas calizas comenzaron a escoltar la senda que nosotros llevábamos. Se encontraba empedrada en numerosos tramos y se introdujo en el angosto desfiladero que varias veces hemos recorrido en otras rutas. Una de ellas incluso durante una marcha nocturna al pico Cerro Pedroso.
La arboleda, arbustos y otra vegetación se funde con la roca en este cañón por el que baja el arroyo a nuestra izquierda. Saltamontes, lagartijas y otros animalejos se mostraban en las piedras cercanas a la senda. En el lado derecho hay tres agujas verticales muy características de este desfiladero y que aparecen en multitud de fotografías y publicaciones referente al mismo. Avanzamos Juan y yo por el mismo bajando paralelos al cauce hasta llegar al final del cañón, del que se sale entre dos moles rocosas en las que vimos algunas vías de escalada de la escuela de El Palanco.
Poco nos restaba a Geras por un camino más ancho entre praderías de hierba alta y ya seca. A las 18:45 horas entramos en dicho pueblo desde donde contemplamos el pico de La Carba al Sur. En una de las calles estaba Javi F. con el todoterreno. Llegamos a la altura de los bares y miramos a ver si el resto de compañeros estaban allí, pero no era así. Nos restaba menos de un kilómetro al aparcamiento de Los Pisones donde teníamos la furgoneta. Yo decidí terminar la ruta caminando mientras que Juan, que llevaba los pies algo tocados ya, subió con Javi F. al vehículo.
En este tramo hasta dicho aparcamiento pasé por delante de la ermita del Cristo y pocos minutos después divisé el final de la ruta. A las 19:15 horas la terminaba tras 15,500 km y 920 metros de desnivel acumulado. Por otra parte, y al igual que en la pasada ruta, apenas si me acordé de la molestia que aún tengo en la zona de la cadera. Debe ser cierto que en la montaña se olvidan todos los males y preocupaciones......
Allí estaba el resto de compañeros ya. Nos cambiamos y decidimos subir hasta el bar que hay en el Collado de Aralla a tomar algo. Así lo hicimos, y tras pasar por Geras, emprendimos la pendiente subida del puerto hasta su parta alta a 1536 m s.n.m. En dicho collado hay un hostal con restaurante en el que teníamos pensado tomar un refrigerio y pinchar algo, pero al final solo pudimos hacer lo primero ya que no hubo servicio de cocina. Disfrutamos, eso sí, de unos bonitos efectos de luz al atardecer con las oscuras nubes filtrando los rayos solares entre ellas.
Así nos dieron las 20:50 horas cuando iniciamos el regreso. Bajamos de nuevo el puerto de Aralla hacia Geras y La Pola de Gordón donde nos incorporamos a la nacional ya con destino a León. Más o menos una hora nos llevó este trayecto a la capital en la que quedaron algunos compañeros mientras acercaba a otros a los puntos de recogida. A las 22:20 horas llegaba yo a casa, marcando los termómetros 25º C.

MAPA ESQUEMA


MAPA RASTER

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CAMPING DE POLA DE GORDÓN

APARCAMIENTO LOS PISONES - GERAS DE GORDÓN (1126 m)


POR LA VERA DE LA CARRETERA

RÍO CASARES

PANEL DE SEÑALES DE RUTAS Y PUNTOS DE INTERÉS

ENTRANDO EN EL VALLE DE MELEROS

FOZ DE FOCELTORNO




ARROYO DE MELEROS

HAYEDOS DE MELEROS Y LA BOYARIZA





BELÉN BAJO UNA ROCA

PRIMER TRAMO CON ESCALONES METÁLICOS






PRIMERA ESCALERA



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REFUGIO Y CUEVA EN LOS RISCOS



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FALDA DEL PICO LA SILLA

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LA SILLA (1853 m)

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TRES MARÍAS Y ORTIGAL EN EL VALLE DE ARBÁS

LA CARBA DESDE LA SILLA

PANORÁMICA AL SUR


¿BAILAMOS?......


SUBIENDO A LA CARBA

LA CARBA (1821 m)

EL NOMBRE Y ALTITUD DE LA CUMBRE ERRÓNEOS

MIRANDO AL NORTE


LA SIESTA QUÉ NO FALTE

LA SILLA DESDE LA CARBA

GERAS DE GORDÓN EN EL VALLE Y EMBALSE DE CASARES




LA SILLA AL SUR Y VAGUADA ENTRE CUMBRES


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AMBAS CUMBRES

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VEGA Y CABECERA DEL ARROYO PALANCO




HACIA EL DESFILADERO DE PALANCO

RESTOS DE UNA MAJADA. AL FONDO LA CARBA

BICHITOS.....


LAS AGUJAS MÁS CONOCIDAS DE ESTE DESFILADERO









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FINAL DEL CAÑÓN DE PALANCO

LA CARBA DESDE GERAS DE GORDÓN



ERMITA DEL CRISTO



LLEGANDO AL APARCAMIENTO DE LOS PISONES

HOSTAL EN LA COLLADA DE ARALLA

PUESTA DE SOL





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