lunes, 25 de noviembre de 2002

TOLIBIA DE ABAJO-LA BRAÑA-ARINTERO-TOLIBIA DE ARRIBA-TOLIBIA DE ABAJO 24-11-02

 



1ª TRAVESÍA “TOLIBIA DE ABAJO-LA BRAÑA-ARINTERO-TOLIBIA DE ARRIBA-TOLIBIA DE ABAJO”.

24-11-02    (Domingo)

Tras dos meses sin salir a la montaña hice esta sencilla, pero no por eso bonita travesía por la bella zona de Valdelugueros. A la misma nos apuntamos 8 personas: Carmen, José F., María, Jorge, Sonia, Pepe, Antonio y yo. Aunque la misma comenzó con una mala incidencia, el resto de la jornada lo compensó un poco.
Alrededor de las 8:40 horas pasó Sonia a recogerme en casa. Cuando paramos a por el pan, estaba allí mismo Pepe. Los tres nos dirigimos hacia la entrada de Navatejera donde habíamos quedado con el resto. No tardaron en llegar Jorge y María en el coche de ésta y poco más tarde José con Antonio y Carmen. El día antes había quedado yo con otra chica del club que estaba algo indecisa para ir y acordamos quedar a las 9:00 horas como tope de espera. Minutos más tarde, como no venía, emprendimos el viaje hacia Tolibia en los coches de María y José.
Como apunté, antes de comenzar tuvimos la incidencia negativa de la jornada. Nada más pasar Pedrún estaba la guardia civil que mandó parar a María. Según ellos la había detectado el radar al pasar por ese pueblo a 72 km/h. Tras ponerle la multa correspondiente, continuamos el viaje ya con otro humor diferente. En Robles de la Valcueva giramos a la derecha hasta llegar a La Vecilla donde cogimos la carretera hacia Tolibia de Abajo. Aquí aparcamos y nos preparamos para la ruta.
Poco antes de las 10:30 horas emprendimos la marcha por la carretera que habíamos llegado con el coche. Al contrario de lo que yo iba creído, no había nada de nieve en el valle, aunque sí mucha en las cumbres. A nuestra derecha se elevaba imponente el pico Bodón, cumbre que vimos durante casi todo la ruta.
Caminando por la carretera casi dos kilómetros llegamos a la entrada de las Hoces de Valdeteja donde está el desvío hacia La Braña que cogimos. Allí cerca vimos la presa desde la que se hace el trasvase de aguas del Curueño al Porma a través de un canal que atraviesa la montaña. Este tramo asciende un poco más pronunciado y por debajo corría el arroyo Vallarias. Ahora nos quedaba el Bodón por detrás de nosotros. Carmen iba sacando fotos de todo y tuvimos que esperar por ella y por José un buen rato. Al comienzo de esta carretera vimos también un puente romano.
De esa forma llegamos al desvío hacia La Braña situado a pocos metros de éste y al que no entramos. Hasta allí habíamos recorrido algo más de cuatro kilómetros y medio, según el mapa de la ruta. Continuamos ahora subiendo un pronunciada pendiente de cerca de un kilómetro hasta entrar en el pueblo de Arintero.
Este bonito pueblo fue la cuna de la famosa Dama de Arintero, una señora que, cuentan, luchó en su época vestida de caballero. En una de las casas se puede contemplar un escudo con su figura de caballero y una inscripción que cuenta esta curiosidad histórica. En otro solar había una mastina con dos bonitos cachorros que se nos acercaban.
Este pueblo está bastante alto, por lo que se podía divisar desde él una bella panorámica de todo el valle con La Braña en el fondo y los picos que lo circundaban, entre ellos, Las Vallinas, Gudín, Valdemaría, etc.
Tras ver todo ello salimos del pueblo ya por un camino de tierra con mucho barro que encontramos cerrado por un alambre electrificado que se podía abrir fácilmente. Un poco más adelante había un pilón de agua para el ganado. Aquí estuvimos un rato deliberando lo que hacer. Yo proponía comer ya un poco antes de continuar hacia Tolibia de Arriba. Fue Antonio el que apuntó la posibilidad de ascender hasta el collado Valmarías, que se veía a la derecha de donde estábamos. Mi opinión era que se tardaba bastante en subir hasta allí, aunque parecía poco. Al final optamos por intentarlo al menos.
Del pilón salían dos caminos y cogimos el de abajo, ya que encima había que bajar al valle para luego subir. Atravesamos prados encharcados de agua y el arroyo Vallarías antes de comenzar a subir por entre maleza hasta otro pequeño collado. Algunos decidieron que no querían subir y solo Pepe Antonio y yo optábamos por ello. Pues bien, resulta que Antonio también se echó atrás y al final nos acomodamos para comer por allí mismo.
Cuando ya estábamos comiendo tranquilamente, deciden Antonio y Carmen que ellos van a subir. A Pepe y a mí nos mosqueó un poco, ya que antes nos habían quitado las ganas y ahora eran ellos los que subían. Yo desde luego, tras haber comido, ya no subía a ningún sitio. Ellos emprendieron el ascenso mientras el resto comíamos apaciblemente.
El sol se veía ahora como un círculo blanco entre las nubes grises que daban al cielo un tono extraño y bello a la vez. A pesar de estar ya a unos 1400 metros, seguíamos sin pisar la nieve. Desde allí vimos como subieron y bajaron Carmen y Antonio de la collada. Al poco de llegar ellos abajo emprendimos la marcha de nuevo. Estuvimos allí desde las 13:30 a las 15:00 horas.
Bajamos desde allí a una pequeña collada y desde esta al valle desde al que hubo que remontar unos metros para coger el camino que ya se dirigía hacia Tolibia. Por éste subimos unos metros hasta alcanzar otra collada desde la que pudimos disfrutar de otra bella vista del valle de Valdemarías donde el contraste de colores era impresionante. Por un lado el verde de la pradera y por otro el verde de los pinos; de fondo, la roca del Bodón con nieve en la cumbre y el extraño gris del cielo. Realmente era una postal increíble.
Comenzamos a descender hacia el fondo de este verdoso valle siguiendo el camino de la derecha caminando luego por la pradera misma hasta alcanzar otra pequeña collada desde la que ya se baja hacia Tolibia de Arriba. Poco antes de alcanzar este pequeño paso, el camino se convirtió en un barrizal. Procurando sortear lo más posible este lodazal, empezamos el descenso hacia el pueblo que ya se distinguía en el fondo del valle.
Tras recorrer un kilómetro aproximadamente, y atajar algunas curvas del camino, entramos en Tolibia de Arriba, serían las 16:00 horas más o menos. De un manzano cogimos algunas frutas que aún estaban verdes, pero ricas. En la plaza había un caño con pila donde aprovechamos para quitar el barro de las botas, ya que el resto de trayecto era carretera.
Tras unos minutos en los que nos juntamos de nuevo, ya que íbamos un tanto desperdigados, emprendimos el último tramo de la ruta. Unos dos kilómetros nos separaban de Tolibia de Abajo, como digo, por carretera. En ella nos cruzamos con varios lugareños que paseaban ya de regreso al pueblo.
Sin más novedades entramos en Tolibia de Abajo poco antes de las cinco de la tarde. En el cruce de esta misma carretera con la general teníamos los coches. La tarde ya se iba oscureciendo mucho y comenzaba a soplar un frío viento del norte. Nos cambiamos un poco y entramos a un bar cercano a tomar algo caliente. En éste tenían una cesta de navidad que sorteaban y decidimos jugarnos un número para el club. Minutos más tarde emprendimos el regreso a León. María nos acercó a Pepe y a mí hasta casa donde llegamos sobre las siete.
Y con ello terminamos esta tranquila jornada de montañismo por la cercana, pero bella, zona del Curueño.